Disculpen la tardanza... otra vez 😅. Aquí está el capítulo 😊
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Una vez escuché que cuando vives algo realmente importante, ya no sientes la cotidianidad como antes. También que cuando tienes en mente algo, el universo se encargaba de ponértelo de frente, como cuando te gusta un modelo de carro o una playera en específico y luego la ves en todos lados. Papá rebatía estas creencias diciendo que era inevitable ver tantas "coincidencias" porque ya estábamos predispuestos a notarlas. Al escucharlo, no pude evitar darle la razón. No se trataba de la magia o el destino queriéndote decir algo, aunque para mí en estos momentos la vida se siente como un cuento de hadas.
Una presión chida se instalaba en mi vientre cuando escuchaba la palabra "amor". Y es que de sólo recordar lo que pasó días atrás, mi cara me traicionaba en el acto y debo correr a esconderme porque lo rojo que me pongo es imposible de esconder.
Todavía se me hace increíble saber que hubo una vez donde abrí los ojos y lo primero que vi fue a Neptuno. Estaba guapo y sin camisa como de costumbre, bueno... realmente sin nada, ¡porque lo acabábamos de hacer!
Siendo honesto, en esos instantes me sentía tan cansado y a la vez tan abrumado por lo que había pasado, que ahora me siento un poco culpable de no haber podido devolverle a Neptuno una sonrisa de inmediato al despertar, porque aquel fue un momento para enmarcar, ahora lo sé.
Él me tomaba del rostro con dulzura, pero su expresión sólo podía calificar de alarma. Y cuando por fin sonreí —debí haberme visto súper menso con los párpados entrecerrados y somnoliento—, pude notar que sus facciones se relajaron visiblemente. Neptuno no sólo estaba aliviado de verme, se había quedado conmigo... no se había ido. No es que creyera que lo haría, es decir, ¡ni siquiera me imaginé que haríamos ESO aquel día!, pero me doy cuenta de cuán feliz me hizo que a pesar de haber sido débil y desmayarme, él estuvo ahí esperando por mí. Neptuno siempre está para mí.
Incluso me ayudó a relajarme después de que supe que, bueno, sufrí un pequeño desgarro allá atrás. Quedé muy impresionado, jamás me imaginé que a los hombres nos pudiera pasar eso. No recuerdo algo así en ninguno de los videos que vi en internet, quizá esto simplemente sea por mis propias limitaciones, no lo sé. Pero al menos me quedé más tranquilo cuando mi amigo me dijo que la herida sanaría por sí misma en unos días y que no tenía que preocuparme por eso.
Estoy muy agradecido con él porque habría estado tan angustiado en todos estos días pensando qué hacer. "¡¿Qué voy a hacer?! Tengo que ir al hospital para que me vean, pero no puedo ir. ¿Cómo le voy a explicar esto a mis papás? Y no puedo ir solo, no tengo el dinero y probablemente alguien le iría con el chisme a mis padres. ¡Al pueblo! ¡Por Dios!", le grité en mi momento más esquizofrénico luego de ver una manchita roja en el dedo de Neptuno, el dedo que previamente metió dentro de mí para "inspeccionar" y a lo que fui incapaz de negarme al no poder hacer el mínimo amago de moverme porque sentía una punzada horrible en toda mi espalda baja y un ardor inexplicable aún más abajo. Mis gemidos roncos de dolor me demostraron que no sólo me desgarré ahí. Creo que aún tengo ronquera hasta el día de hoy.
De no ser por su calma y seriedad, jamás habría podido sobrellevar esta nueva experiencia. O sea, había perdido la virginidad ¡CON UN SER MÁGICO! ¡Y CHAVO, COMO YO!, sin olvidar que en su pequeña inspección me hice consciente de que la capa blanca transparente en el resto de su dedo era semén, su semén... semén que estaba dentro de mí. Aún me sofoco de sólo recordarlo, y es que creo que al fin puedo entender la felicidad de los chicos de los videos a pesar del dolor.
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𝓜𝓲 𝓼𝓲𝓻𝓮𝓷𝓪 - ᴀʀɪꜱᴛᴇᴍᴏ
FanfictionAristóteles es un adolescente destinado a heredar la profesión de su padre pescador. Sin embargo, él ama la música y tiene el corazón de un artista. Cuauhtémoc, Dios de los mares, pasa los días de su larga vida secuestrando humanos por placer. Ningu...