09. Nota musical fantasma

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[ ♫ ] Sia - Angel by the Wings

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[ ♫ ] Sia - Angel by the Wings

Como cuando de niños pequeños llorábamos hasta quedarnos dormidos en el intento; desperté con mis ojos adoloridos e hinchados junto con el vaso vacío tendido a mi lado.

Mire mi celular y solo había pasado hora y media.

Me enrolle en la cama y sin querer mi vista se detuvo en mi estuche de lentes que estaba en una estantería.

Me talle los ojos y me levante. No quería estar más aquí.

Tome el estuche y sin pensármelo me asome por la ventana.

Considere saltar, pero aun apreciaba mi vida y creo que la escalera estaba de acuerdo con ello cuando la vi. Era una escalera de emergencia, así que era seguro.

Me puse el contenedor de plástico en mi boca para lograr salir por la ventana con mas facilidad. Solo al principio me costo algo de trabajo, pero después fue sencillo.

Mire la calle por ambos lados y cruce, aunque la calle estaba mas que vacía y que lo único que hacia ruido eran las ráfagas de viento.

No había pensado bien las cosas hasta que ya estaba frente a la cortina de metal.

Abrí con sumo cuidado el estuche del que saqué un par de billetes. Y es que las situaciones habían provocado que cada vez que esa cajilla era abierta; una adrenalina y miedo me tomaban de pies a cabeza. Si, ahí escondía mi dinero. No era mucho, pero si lo suficiente para una emergencia. Tuve que empezar a guardar cada billete que Ciro no registraba, de lo contrario ya hubiera dejado de tener algo mío desde hace tiempo.

Supongo que no fui tan cauteloso con mis movimientos de dejar escondido su dinero porque al minuto ya tenía al chico gritándome desde su balcón.

Digo ¿Tan mal me veo como para ser confundido con un borracho?

—Yo... solo venía a saldar mi deuda, incluso había dejado el dinero por debajo de la cortina.

Por su cara suponía que sus clientes no le dejaban el dinero escondido como forma de pago.

Me costaba admitirlo, pero sus actitudes tan abiertas y expresivas causaban curiosidad en mi y era raro...el era raro, pero en este instante no tenía los ánimos para catalogar a las personas más que a mí mismo como alguien inservible.

La noche estaba helada y mi chamarra no le hacía competencia y ni decir de la pelea que me había dejado templando y, eso con el frío no se lleva.

Pero cuando me ofreció su ayuda, solo pude preguntarme: ¿Por qué me estaba ayudando sin tan siquiera dudarlo?

Estaba tan costumbrado a estar rodeado de personas que solo me buscaban y fingían preocuparse por mí por mero interés que olvide que también hay personas dispuestas a ayudarte sin nada a cambio.

¿Él será un de esas personas?

De cualquier forma, esto es mejor que esa habitación fría del hotel.

El chico de la cafeteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora