[♫] Rihanna-Sos
Así que Lucas, ¿eh?
Después de que terminara de atender a las chicas; todo el día había ocurrido como de costumbre así que cuando dieron las once de la noche; cerré la cortina de metal de la cafetería para irme arriba a dormir.
Agradecía que este local incluyera una pequeña vivienda en la parte de superior, de lo contrario no creo que mis pies aguantaran el recorrido de regreso a casa y como no soy un cerebrito, no podría manejar un coche por mi cuenta ¿Y si confundía el acelerador con el freno? Y en transporte público: ¿Qué tal si termino en Francia?
Cuando llegue a mi departamento, tire mis cosas al blanco sofá y me encamine al refrigerador en donde puse el pastel sobrante del día.
¿Cómo es que no me he vuelto diabético? Bueno, tampoco es como que me coma un pastel entero yo solo. Debo cuidar de este hermosísimo cuerpazo.
Había quedado tan hostigado de solo cocinar pasteles que ni siquiera cené, solo me puse el pijama y fui directo a la cama.
Por eso en estos momentos estaba mas atarantado que nada. Ya era la mañana siguiente pero aún no lo aceptaba.
Estaba disociado viendo un punto fijo en el techo.
No quería admitirlo, pero el asunto del guapo Lucas me estaba dando vueltas en mi cabeza y más al sentir que si no conseguía esos autógrafos mi cafetería podría ser víctima de un atroz "accidente" en el que cinco chicas adolescentes serían las responsables.
Mi lado extrovertido me indicaba, no, más bien, me dictaba que me vistiera para mostrar las curvas que algún Dios me había dado como regalo al nacer y como dicen: "Si lo tienes, muéstralo y siéntete orgulloso."
Suponía que era algo normal sentir curiosidad, pues ¿Quién no se alborotaría con un chico guapo? Es inevitable que no busques por lo menos obtener una mirada fugaz de ese chico apuesto. Inevitable.
Entonces sin poder desobedecer a mi espontaneidad fui hasta mi closet de donde saqué prendas de forma caótica.
¿Tenía menos ropa que otros días o porque no encuentro nada adecuado?
(...)
Me había centrado tanto en buscar algo que ponerme que había olvidado por completo que hoy también abriría la cafetería y con más razón siendo sábado.
Entonces, cuando ya iba a abandonar esa guerra, la deidad de los gays se apodero de mí y me mando una playera entallada de manga corta en color beige junto con un pantalón formal negro ajustado, una gabardina y mis botines con algo de tacón en color igual que el pantalón y para darle el toque; un collar flojo y un reloj con correa de cuero.
A como pude arregle mi rebelde cabello con ayuda del fijador. Con suerte no me termine picando el ojo con el peine.
—¿A qué hora se suponía que llegaría? —Revise a cada minuto mi reloj de mano. —¿Y si llega en la noche? Maldición, tuve que haber pedido más informes.
De pronto deje de tocarme el pelo y me quede como piedra. Un escalofrío recorrió mi espalda y se plasmó en mis manos que comenzaron a sudar en frio, pero en mis labios no hubo sudor, hubo una inmensa sonrisa juguetona en cuanto se escuchó todo el alboroto de afuera.
Rápido camine hasta mi ventanal, lo abrí y saque mi cuerpo al balcón, balcón que daba justo al hotel. Era perfecto.
Con una mirada curiosa recorrí a cada una de las fans que cada vez estaban mas amontonadas y ansiosas por romper las vallas metálicas que con tanto esmero los guardias de seguridad mantenían a raya. Pero cuando mi mirada dio con una vagoneta negra; mi sonrisa se amplió aún más.
—Bingo. —Celebré. —La cafetería puede esperar.
Incline hacia delante mi cuerpo, recargue mi codo en el barandal y mantuve en reposo mi rostro sobre mi mano.
Estaba segura de que las personas estaban a punto de tirar a los guardias de seguridad y estuve a nada de confirmarlo cuando las puertas de la camioneta se abrieron y los gritos empeoraron. Eran por lo menos mil personas ahí.
Enseguida enderece mi cuerpo, impaciente por comprobar si se veía o no igual a las fotos.
En cuanto salió de la vagoneta lo primero que vi fue su sedosa cabellera negra que ligeramente tocaba su chamarra de cuero. Se veía que era alto pues la mayoría de las personas le llegaban por lo menos una cabeza más abajo a excepción de sus guardaespaldas.
El pobre chico no pudo dar un paso antes de que una inmensa bola de fans terminara con el poco equilibrio de las vallas y arrasara con su espacio personal.
Entre libretas y celulares Lucas trataba de sobrevivir. Chico guapo en apuros.
Cuando sus guardaespaldas lograron poner distancia; el chico finalmente volteo para lograr saludar de lejos a las personas que tanto lo querían y fue en ese momento en donde comprobé que no, no era igual a las fotos, era mucho mejor. Su presencia imponía y sabía lo que hacía pues sus perfectas sonrisas y sus señas típicas de un Rockstar hacían polvo a las chicas.
Al parecer era tan famoso que era necesario que un helicóptero comenzara a sobrevolar la zona.
Pero en estos momentos el helicóptero se convirtió en mi transporte favorito porque gracias a el Lucas volteo al cielo y solo fueron suficientes cinco segundos para que cambiara de dirección.
Sin dejarme intimidar por su penetrante mirada; apoye mi mano en el barandal para dedicarle una sonrisa reveladora y llena de coqueteo junto con un giño que lo hizo voltear ruborizado de inmediato a otro lado.
—Es gay. —Afirmé.
Era demasiado arriesgado llevar prejuicios, pero mi gaydar jamás ¡Jamás! Se equivocaba.
Hola, hola! Aquí su Witch de confianza <3
Si fueran tan extrovertidos como Ale ¿Harían lo mismo? Porque yo no, no porque no quisiera, si no porque no puedo hacer algo así sin que haga el ridículo y termine cerrando los dos ojos en lugar de guiñar jajaja ;(
Recuerden que si les gusto el capitulo; voten, de esa forma me motivan a seguir escribiendo.
En fin, bai bai, les mando vibras y magia bonita <3
(No olviden seguirme en Ig y por aquí, se lo agradecería muchísimo.)
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El chico de la cafetería
Romance[Historia BL] ÉL es el dueño de su cafetería; alguien servicial, muy extrovertido y coqueto, pero ¿Por qué todos se sorprenden cuando confesaba no haber tenido ni un solo novio a los 23? ¿Ser virgen es un pecado? ¿Ya paso de moda? No, nada de esas c...