[♫] La de la mala suerte – Jesse & Joy
Los susurros de las personas llegaban a mis oídos como cuchillas que cada vez destrozaban mi mente.
—¡Alex! —Me grito Lucas mientras me extendía su mano.
Lo mire, más sin embargo, mis ojos comenzaron a arder mientras comenzaban a perder visibilidad por las lágrimas que empezaban a salir.
—Ale... —Lucas se puso de cuclillas frente a mi aun con su mano apuntando hacia mí.
Me mordí el labio, le di un manotazo y me levante tan torpemente que casi logro caer de nuevo, pero poco me importaba. Lo único que quería era salir del lugar.
Corrí a la salida mientras pesados sollozos salían de mi boca.
—¡Espera, Ale! ¡Ale! —Gritaba Lucas a mis espaldas, pero por primera vez quería escapar de sus llamados.
Llegue a la calle y corrí, corrí como si estuviera huyendo por mi vida.
La cara de las personas parecían distorsionadas junto con los objetos a mis alrededores que amenazaban con hacerme perder la orientación, pero no fue necesario más tiempo para que esto pasara.
Me detuve tan frenéticamente que todo a mi alrededor daba vueltas, el ruido perforaba mis oídos de una forma atroz haciendo que mi pánico empeorara.
—¡Alexander! —Fue lo único que logre escuchar antes que mi cuerpo impactara contra algo, y que al mismo tiempo un pitido se instalara en mi oído privándome de escuchar más allá de un claxon de carro que tocaba furibundo y que me obligaba a mantener los ojos cerrados.
Trate de retroceder tambaleándome para poder ver que acababa de pasar, pero solo cuando lo intente fui capaz de darme cuenta de que estaba siendo aprisionado contra algo, o, mejor dicho, contra alguien que respiraba tan agitadamente como yo.
Conocía ese aroma que tanto me tentaba pero que ahora me hacía lagrimear.
—Suéltame, Lucas... —Hice presión entre su pecho y el mío para ver mejor, sin embargo, mis ojos seguían lloriqueando, haciéndome imposible ver en donde nos hallábamos.
—No. —Contesto con firmeza.
Comenzó a caminar conmigo pegado a su pecho. Yo me negaba a seguirlo, pero su complexión mayor a la mía no me lo permitía.
—¡Que me sueltes! —Le di varios golpes en su pecho hasta que pareció detenerse.
—Perdóname, Ale... —Su voz que antes sonó tan segura; se quebró. —No entendía que te estaba haciendo daño. Incluso casi te atropellan por mi culpa. Perdóname. —Afianzo su agarre mientras besaba mi cabeza.
—Es que... —Pensaba en si decirle o no lo que estaba pensando. —Me volví a sentir como aquel adolescente de dieciocho años que humillaban y hacían sentir de poco valor. —Me sincere mientras volvía a llorar, pero esta vez con mucho mas sentimiento.
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El chico de la cafetería
Romance[Historia BL] ÉL es el dueño de su cafetería; alguien servicial, muy extrovertido y coqueto, pero ¿Por qué todos se sorprenden cuando confesaba no haber tenido ni un solo novio a los 23? ¿Ser virgen es un pecado? ¿Ya paso de moda? No, nada de esas c...