19. Corazones entre notas de café

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[♫] Lana Del Rey - Born to die

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[♫] Lana Del Rey - Born to die

—Tengo miedo, Alexander.

—¿Miedo de que? —No me atreví a dejar el refugio de su cuello.

—De mí mismo.

—¿Por qué? —La voz de Alexander parecía tan serena pero su corazón iba demasiado acelerando que lo podía sentir por estar pecho a pecho.

Supongo que trataba de pretender estar tranquilo para transmitirme la suficiente seguridad y así decirle de que iba mi miedo.

—Porque no se si puedo llegar a ser lo suficientemente valiente como para aceptarme y ser la verdad que tu y yo necesitamos para amar, porque eso estoy haciendo; te estoy amando.

—Ven, salgamos de esta fiesta. —Me obligo a enderezarme para jalarme hacia las escaleras.

—Tranquilo, solo quiero tener mas privacidad porque no quiero que alguien borracho nos descubra y nos vomite encima.

—Oh —Estaba con los nervios a tope porque no sabia con exactitud porque quería ir a un lugar más privado, aunque eso no me molestaba, al contrario; me tentaba, pero sin una respuesta solida ante mi confesión no me podía permitir actuar tan deliberadamente frente a él.

—En ese caso; espera. —Me solté de su agarre e inmediatamente acudí a mi celular. Marqué los números y me puse el celular al oído.

—¿Dónde estas Lucas?

—Estoy haciendo una cosa muy importante. —Trate de sonar serio.

—¿Y esa "cosa" implica a un lindo chico rubio?

—¿Cómo..?

—Tienes que ser mas discreto en como lo miras si no quieres que además de mi alguien más lo sepa.

—... —Negue incrédulo con la cabeza.

—Bueno, pero dime ¿Qué quieres? Porque no creo que me hayas llamado solo para que yo te dijera que había descubierto quien era esa "persona" en un dos por tres.

—Maldición, Luisa. Odio que me conozcas tan bien. —Suspire resignado a que ya alguien mas supiera de esto. —Necesito que me cubras. No planeo llegar al hotel hasta la mañana. —Mire a Alexander con complicidad.

—¡Dios mío! Mi Lucas ya es todo un hombre. Recuerda no hacerlo en publico —Inhalo—Y no romper ningún lavamanos. —Finalmente se carcajeo.

—¡Luisa! —Le reproche mientras trataba de cubrir mi rostro que muy posiblemente estaba rojo de la vergüenza. —Espera... ¿Tú has roto un lavamanos? —Pregunte desconcertado, pero tratando de atar cabos.

—Pero no me arrepiento porque mi esposo ¡Dios! Si que sab...

—¡Luisa! ¿Si o no me cubres? No quiero quedarme a escuchar tus experiencias sexuales mientras el lindo Alexander me esta esperando. —Esto último se lo susurré. Voltee a verlo para encontrarlo mordiéndose las uñas de forma impaciente. —Me tengo que ir.

El chico de la cafeteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora