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Llevaban horas besándose

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Llevaban horas besándose. Horas largas. Habían elegido una película para ver juntos esa noche, pero luego de los primeros veinte minutos de recibir las caricias de Anton en su pelo, Wonbin se había rendido a sus necesidades. Grandes necesidades físicas que no podía complacer porque Anton no quería irritar su bonito trasero de nuevo. Era tan adorable como frustrante.

Y mordía el labio de Anton robándole un gemido—. ¿Sabes? Me quedé el fin de semana para follar como animales y creo que nuevamente estaremos jugando a "paja entre colegas" —decía con un puchero, levantando la camiseta de Anton y bajando su boxer y pantalón de algodón para liberar la polla dura por la que tenía una gran fascinación y aprecio.

Anton reía, pero luego un gemido lo abandonaba sin su consentimiento ante las caricias de esa gran mano. Wonbin, encima de él, tenía ese rostro de pura lujuria viéndolo mientras trabajaba su polla.

—No voy a lastimarte. La pomada es buena, estará mejor para la cuarta pasada, pero aún así es un no rotundo —mencionaba mientras Wonbin lo masajeaba y lo miraba con esos ojos oscuros y hambrientos.

—Ya no lo siento irritado... —decía relamiendo sus labios y comenzando a bajar mientras masajeaba a Anton.

—Eso no significa que no estés hipersensible si quisiera meter mi polla. Mmm, ah... Tranquilo —gemía, llevando sus manos a la cabeza de Wonbin.

El azabache reía mientras iba besando su abdomen—. Me gusta tu cuerpo —susurraba Wonbin, dejando un camino húmedo de besos hasta llegar a la polla firme sobre dicho abdomen—. Y tu polla —exclamaba con voz ronca mientras dejaba una lamida desde el eje hasta su glande.

Anton reía y suspiraba mientras se acomodaba con piernas abiertas para dejarlo a Wonbin hacer a su antojo. No había resistencia de su parte, sólo entrega, listo para disfrutar el momento y cuando Wonbin chupaba su glande, sus dientes se apretaban mientras llegaba el aire por sus fosas nasales dilatadas y luego un pequeño temblor lo estremecía cuando Wonbin pasaba la lengua por allí, como si fuera una paleta que chupaba sin apuro, sólo degustando y simplemente jugaba con su cordura.

—Mmm, quién diría que chupar polla fuera tan excitante —bromeaba el azabache entre sus piernas—. Oh, ya sé lo que quiero intentar —decía poniéndose de pie y quitándose toda la ropa.

Anton lo miraba atónito. Wonbin siempre era una caja de sorpresas, pero le seguía el juego—. No te voy a follar —exclamaba quitándose toda su ropa sobre el sofá, para arrojarla al suelo y ver el bonito desastre que sus prendas y las de Wonbin hacían.

Luego de eso, el azabache caminaba muy despreocupado y excitado con su larga y bonita polla, golpeando su abdomen bajo, en dirección al baño y traía consigo el lubricante.

—Princess... Dije que no.

—Es sólo para hacer la mamada más divertida —decía con una sonrisa traviesa que aceleraba el corazón de Anton, y se quedaba boquiabierto viendo como Wonbin bañaba su polla con el lubricante de fresa y luego se acercaba a Anton para hacer lo mismo con la suya.

JUNE 28 ✮ WONTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora