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Anton había puesto música no tan alta mientras ayudaba a Wonbin con los últimos detalles del desayuno y lo veía moverse tranquilo, pero ese hombre estaba totalmente tenso como una cuerda de guitarra

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Anton había puesto música no tan alta mientras ayudaba a Wonbin con los últimos detalles del desayuno y lo veía moverse tranquilo, pero ese hombre estaba totalmente tenso como una cuerda de guitarra.

Cuando finalmente tomaban asiento en el pequeño desayunador que Anton tenía, estaban uno frente al otro, el dueño del apartamento no estaba tan seguro de poder disfrutar ese desayuno que Wonbin había hecho con tanto empeño porque ellos no estaban bien. Su estómago estaba cerrado ante el clima que los envolvía.

—¿No te gusta? —preguntaba Wonbin sin levantar la mirada del plato de Anton, movía la cabeza en señal a sus manos que no se habían movido para probar nada—. Llevas mirando la comida hace un buen rato.

Anton escuchaba la voz de Wonbin sonar pequeña y no tan grave y condescendiente como a él le gustaba.

—Lo que no me gusta es que no puedas verme a los ojos —respondía Anton mirando a un Wonbin que suspiraba, no pensaba dos veces cuando extendía su mano y levantaba el mentón del chico, los ojos de cachorro desolado estaban allí viéndolo finalmente—. Por esto no quería que fueras más lejos anoche... Sé que no te gustó, no necesito ser un adivino, sólo olvidémoslo. ¿De acuerdo? No tienes de qué avergonzarte. Quisiste ver qué carajos, no te gustó y no voy a ofenderme por eso, pero no me esquives la mirada, princess. Soy tu amigo antes que nada.

Wonbin parpadeaba y se perdía unos segundos en la sonrisa tirante y sutil en los labios ajenos, luego quitaba su rostro de los dedos de Anton y chasqueaba su lengua.

—Te equivocas —exclamaba mirándolo unos segundos y poniéndose colorado, luego cubría su rostro y gritaba no tan alto, pero demasiado frustrado—. Nunca fui tímido con toda la mierda del sexo y la intimidad. ¡Carajo!

Y ahí estaba el chico temperamental que le había gustado en primer lugar. Veía al hombre frente a él, fregar su rostro y suspirar, prefería mantenerse en silencio antes de apabullar a Wonbin con muchas palabras o excusas. Pero decir "sexo", e "intimidad" refiriéndose a ellos, aceleraba el pulso de Anton.

—No puedo mirarte a la cara porque abusé de ti mientras dormías —decía agachando la cabeza—. Lo siento, hombre. No sé qué carajos estaba pasando por mi cabeza. Jamás, jamás hice algo así. Lo juro —susurraba, viendo a Anton a los ojos—. Lo siento, no quería tocarte.

Anton apretaba sus dientes intentando que no fuera demasiado obvio, sonreía y asentía poniendo su mejor rostro comprensivo. Pero se sentía vulnerable ante la última frase. Era más fácil decir por Wonbin que este no quería tocarlo al escucharlo del mismísimo hombre.

—Estamos bien. No cuenta como abuso, yo no debí dejar que siguieras, pero lo hice y fui un imbécil.

—No quería tocarte dormido, pero-... —aclaraba Wonbin y se mordía la lengua antes de continuar, pero lo hacía.— No busques una excusa ahora para mí, no la estoy pidiendo, no la necesito. No sé qué me sucedió. Estabas dormido, cerca y no pensé. No volverá a suceder.

JUNE 28 ✮ WONTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora