Wonbin sentía que su cabeza se partía en dos o en cuatro. Los sonidos extraños que provenían de algún lado del apartamento de Min-jeong le estaban perforando de la forma más dolorosa el cráneo.
Estaba enredado entre las mantas de la cama de la chica y su ropa, no se había quitado nada al llegar y, al parecer, Min-jeong tampoco lo había puesto más cómodo. Con un puchero en su rostro, se sentaba en la cama y sobaba su cabeza. Mirando a un lado, notaba que sobre la mesa de noche, su novia había dejado un vaso de agua lleno y unos analgésicos para después de la borrachera.
—Genial, al menos me dejó algo —decía tomándolo con urgencia, el vaso quedaba vacío segundos después. — Dios, ¿qué es ese ruido?
Cuando se ponía de pie, caminaba como podía en dirección al ruido y las voces. Era Min-jeong riendo y hablando con alguien a quien apenas podía oír, pero era una voz masculina.
Cuando llegaba a paso lento y con cara de perro gruñón —como Minji le decía—, Min-jeong llevaba unos shorts que con suerte tapaban su culo. Se veía radiante y muy despierta para ser las... Dios, Wonbin no tenía ni puta idea de la hora que era.
—¿Min-jeong? — Llamó.
La chica estaba sobre una de sus piernas, apoyando todo su cuerpo mientras miraba al cuerpo masculino sobre el piso con una sonrisa estúpida, debajo de la pileta de la cocina. Jeongin sabía cómo lucía Min-jeong babeándose, y esa era Min-jeong babeándose.
—¡Oh, Binnie! —rápidamente cambiaba su pose coqueta a una de alerta y luego se relajaba acercándose al azabache. — Lo siento, amor. ¿El ruido te despertó? Te dije que el encargado vendría a arreglar mi triturador.
Cuando señalaba hacia atrás, Wonbin miraba con cara de pocos amigos, mientras el tipejo parecía hacer los últimos arreglos. Su vista volvía a Min-jeong y la miraba de arriba abajo.
—¿Podrías haberte tapado un poco, no?— soltaba con desconfianza.
Min-jeong rodaba los ojos. —Estoy tapada. Los celos no te quedan, amor— decía tomando el rostro del azabache entre sus manos.
Wonbin fruncía el ceño ¡Él no estaba celoso! Ella estaba siendo una descarada.
"Z.O.R.R.A zorra y tú serás un venado" sonaba en su cabeza con la voz de Sohee.
—No soy celoso, pero tienes unos shorts que apenas te cubren el culo y estabas toda encima d-...
—¡Listo! —decía el encargado.
Wonbin fruncía el ceño y miraba por detrás de Min-jeong, él debía seguir ebrio aún. Seguramente. Ese tipo de metro ochenta con pantalones viejos de jean, remera negra al cuerpo y cabello húmedo, no podía ser...
—Oh, Anton... Él es mi novio, Wonbin— decía Min-jeong llevándolo de su muñeca y acercándolo al diablo—. Wonbin, él es Anton, el encargado del edificio.
El díablo se veía tan fresco y fantástico. Su piel brillaba y sus ojos igual, sus labios estaban rojos y húmedos, una cara de sutil sorpresa al ver a Wonbin. La ropa, que debería verse común, se veía tan bien en él. El azabache recordaba la noche y madrugada que había tenido junto a este hombre y su rostro pálido se ponía rojo y también de paso se sentía como la mierda. Anton estaba fresco y divino, mientras que él se veía como la mierda. Cómo la mierda con mayúscula.
—Un gusto, Won... ¿Wonbin? —fingía el despreciable ser de pura perfección, mientras extendía su mano.
Dios, Wonbin se mordía la lengua. Decidía que no le gustaba cómo sonaba "Wonbin" con la voz coqueta del diablo que, en realidad, no era coqueta en ese momento. Solo era plana y agradable.
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JUNE 28 ✮ WONTON
RomansaPark Wonbin lleva una relación de cinco meses y monedas con su bonita y despampanante novia, pero su amistad de más de diez años con Lee Sohee, su descarado amigo gay y una invitación camuflada a la marcha del orgullo LGBTQ+ lo ponen en una inespera...