Capitulo 9: Unos tragos ayudan.

6 2 0
                                    

Clarke—Deja tus armas en aquel cajón, después cuando te marches se te devolverán...--dijo en idioma Trikul.—Contento Bellamy.

Salto con ironía al ver que Kalisto obedecía, dejando todas las armas, salvo un pequeño cuchillo que tenía en su bota derecha por si la necesitaba. Clarke la espero, estaba algo cansada la verdad, la hizo que la siguiera y la llevo a la sala donde tenían el comedor.

Clarke—Aquí no hablan terrestre, así que tendrás que hablar nuestro idioma, procura no meterte en líos...--se iba a marchar pero fue detenida por Kalisto, que la sujetaba del brazo derecho.

Kalisto—Ten cuidado...--decía aun en el idioma terrestre.—No está del todo recuperada.—salto preocupada por su amiga.

Clarke—La dejas en buenas manos... pero tranquila yo la cuidare, no le pasara nada, ten...--le dio una radio y lo sintonizo con la suya.—Si te necesitamos te llamare, no te alejes de Arkadia y procura no meterte en líos, no les provoques y si intenta provocarte procura pasar de ellos, sé que tienes un cuchillo oculto, todos los tenéis, pero no lo uses por favor, confía en mis consejos como siempre lo ha hecho Lexa.—se soltó del agarre y la apretó la mano en forma amistosa. —Estará bien, cuidare de ella te lo juro. Sólo que necesitamos estar a solas, ¿lo entiendes?—salto suplicante la rubia.

Kalisto—No meterme en líos, no provocarles ni dejar que me provoquen... lo intentare. —sentenció amistosa, sería difícil pero la rubia tenía razón.—Vigila su pierna se queja de dolores, y en ocasiones tiene fiebre... no tengo más medicina para darla.

Agradecida por la información la rubia se marcho a la enfermería, sin problema robo sutilmente unas pastillas para Lexa, no sabía exactamente como estaba, pero según los síntomas sabía que necesitaba, antes de irse se acerco a la chica con rasgos orientales, que estaba en la barra atendiendo, le dijo que cuidase bien de su amiga, la miro de reojo y con la mano la indico que se le acercara. Kalisto se quedo petrificada, ni un musculo podía mover, la joven al verla así se acerco, ya que de lejos aquella guerrera era como todos los terrestres, pero según se le acercaba su corazón latía con más fuerza, su boca se resecaba, intentaba que el aire llegara a sus pulmones pero sin suerte, sus pies no obedecían a sus síntomas de alarma, seguía avanzando hasta la terrestre que solamente les separaba la barra improvisada de acero.

Kalisto—Si tenéis licor...--decía en terrestre, y recordó lo que Clarke le había dicho...

--Tenemos licor y creo que te acompañare a esta ronda o unas cuantas.

Salto en el mismo idioma, poniendo dos vasos y ambas mujeres bebiendo de golpe su contenido como si estuvieran recién llegadas del desierto, volvió a servir y otra vez de golpe el trago. Se miraban cada vez que dejaban el vaso sobre la barra, intentaban decirse algo, pero ninguna pronunciaba más palabras, la joven camarera volvió a servir otro vaso y entonces apareció Bellamy.

Bellamy—No malgastes tanto licor con ella.

Dijo para molestar a Kalisto, la cual, seguía petrificada con la joven, ni se inmuto con la presencia del moreno, de hecho le era insignificante para ella, o para ellas... ya que la joven volvió a servir los dos vasos y volvieron a la par a beber de golpe su contenido, a una cuarta ronda, Bellamy puso su mano sobre la botella de la joven para que parase.

Bellamy— Star me puedes servir un vaso a mi también y celebramos los tres lo que estéis celebrando.—salto irónico, pero Kalisto seguía impasible.

Star—Si Bellamy, ten...--le sirvió el vaso y quiso imitar a las jóvenes, pero casi se queda sin aliento.

Bellamy--¡¡¡Dios que es este mata ratas!!!.—le había ardido la garganta y decía a duras penas molesto.

Kalisto—Licor de nuez, canela y miel, con un toque de cayena. Quizás muy fuerte para un Celeste.—salto maliciosa Kalisto sin mirarle en su idioma, sus ojos solo podían ver a la chica que tenía enfrente.

Bellamy—Veo que sabes hablar nuestro idioma, así nos entenderemos... así que Kali... guardiana de Lexa, debió ser un palo saber que la mato uno de los vuestros con una arma nuestra...--intentaba provocarla, aunque solamente fue un vaso aquello empezó a hacerle efecto.

Kalisto--¿Qué puedo hacer por el jefe de seguridad?.—dijo por fin mirándole a los ojos bebiendo otro vaso de golpe para demostrarle que no estaba tan fuerte el licor.

Bellamy—No sé quién eres... ni de dónde vienes, pero te voy a estar vigilando. —volvió a intentar beber de golpe el licor, pero era demasiado fuerte, aunque aguanto como un campeón.

Star—Bellamy creo que será mejor que te largues... porque creo que tendrás problemas. —decía sabiendo con quien estaba hablando su amigo. Le volvió a servir más... con tres quizás daría más problemas, pero éste le indicaba con el dedo que sirviera otra.

Bellamy—¿Tú también la vas a defender?.—volvió a beber.

Star—Clarke me ha dicho que la vigilase y cuidara de ella... así que si ella me lo ha pedido a mi no necesito que intentes de hacer mi trabajo.—Tanto Kalisto como ella dejaron de beber, aunque los vasos estaban llenos.

Bellamy--¿Sabes que tuvo las narices de atacar al Rey Rohan, que ha entrado con armas al campamento?.—empezó a hacer su defensa para acosar a la recién llegada.

Rohan—Si la joven ha dicho que Clarke le ha dicho que la vigilase y cuidara, deberías hacerla caso y además dejar de beber ese licor.—salto el rey detrás de ellos.

Kalisto simplemente se dio la vuelta y siguió mirando a la joven, era bella, su cabello recogido en una cola de caballo, y un mechón rebelde se le escapaba por su frente, quería apartarlo pero esa tentación se disipo, no debía ni tocarla, ni siquiera mirarla, pero ahora mismo no podía hacer otra cosa que observarla, degustar ese momento, ese momento de reencontrarse con su estrella... si era ella, la chica que conoció tiempo atrás, de quien decía que estaba enamorada y ahora odiaba... bueno ahora mismo no, porque ahora sabía lo que sentía Lexa cuando volvió a ver a la rubia, ahora sabía lo que sentía su amiga al tener el impulso de besarla... pero ella no podía hacerlo y menos delante de todo el mundo, y menos sabiendo lo que sus ojos habían visto desde la lejanía. Suspiro y quiso marcharse, pero el rey Rohan la detuvo, puso su mano sobre su hombro para que volviese a sentarse, y ahora se encontraba acorralada, a Bellamy a su derecha y al Rey Rohan a quien amenazo a su izquierda.

Rohan—¿Como una guardiana de Heda ahora sirve a una embajadora?

Kalisto—Es Wanheda.—le dijo para rectificara.

Rohan—ohhh sí, conozco bien a Wanheda, tengo una herida de nuestro encuentro.—le enseño el costado donde ésta le clavo su cuchillo.—Pero una guardiana secreta de Heda sirviendo a Wanheda... me es raro todo.—decía saboreando cada palabra mientras bebía de su vaso sorbo a sorbo.

Bellamy--¡Y además! Sabiendo que no se puede entrar en el campamento de Arkadia con armas, Lexa lo sabía...--le seguía el juego sutil de Rohan para sonsacar información.

Kalisto—Mi comandante me ordeno estar con ella, y después de mi luto he venido a cumplir mi palabra. —sentenció sin mirar a ninguno, no quería caer en ese juego de chiquillos.

Rohan—Tu comandante murió hace meses... y yo estuve bastante tiempo en Polis, cuando vivía para conocer a todo el mundo...--era cierto quería matar con sus manos a Lexa cuando esta rompió su trato, necesitaba conocer a todos sus guerreros, guardias, los horarios y largo etc. para hacerlo.

Bellamy—Y si fueses su guardiana, el día que aparecí con Octavia y Pikes con nuestras armas amenazando a tu comandante Heda, deberías estar ahí... y no apareciste. —recordó aquel momento, que fue para salvar a Clarke y no sólo le dejaron por mentiroso, sino por estúpido, además perdió a su novia por aquel entonces.

Kalisto apretó los puños, respiro profundamente, quería darles de golpes, sabía quiénes eran, los conocía bien, no solo mientras cuidaba del cuerpo de su amiga, sino antes en Polis, al Rey o por aquel entonces príncipe Rohan le veía como rata buscando información, para nada bueno... y Bellamy, ¡¡¡oh el gran héroe!!! Sabía lo que había hecho por Titus... no le tenía cara, pero ya por fin lo tenía, había amenazado a su comandante con un arma no terrestre, intento levantarse y encarar a los dos hombres, no aguantaba más, aunque lo había prometido el licor a ella también le estaba haciendo mella... 

Ángel Guardian (Lexa y Clarke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora