Las cuatro mujeres se prepararon para ir al campamento Arkadia, quizás las creerían o quizás provocarían un caos, sólo pensar en la posibilidad de salvar a muchas más personas que solamente 100 valdría la pena comprobarlo, después de todo en menos de seis meses el planeta se destruiría.
Al llegar al campamento los guardias reconocieron a Clarke y a Estrella, las dejaron pasar, pero a las otras dos, se interpusieron en medio no las iban a dejar pasar, Lexa cubría su rostro y cabello, sólo les faltaba que nada más entrar descubrieran de su existencia.
--Los terrestres se quedan fuera, orden del jefe de seguridad.—salto con desprecio.
Clarke—Vienen conmigo... y yo hablare con Bellamy.—salto molesta. Ya lo que le faltaba.
--Las ordenes son para todos, incluso para ti Clarke, pero aun eres de los nuestros, puedes pasar... pero ellos se quedan. —seguía con su tono, incluso escupió a sus pies.
Estrella—Ves a hablar Clarke, yo esperare con ellas.—salto comprensible la joven, sabiendo que no iban a llegar a ninguna parte.
Clarke molesta empezó a caminar con paso firme pero no corriendo, pregunto dónde estaría el canciller y fue a su búsqueda, mientras las otras tres se quedaron en la puerta principal, sin llegar a entrar, pues los guardias seguían en la puerta con sus armas bien agarradas por si intentaban algo. Kalisto estaba harta de tanto odio a su alrededor, ya de niña tuvo que aguantarlo y vivió con ello, pero ahora... ellas no eran una amenaza, el mundo se acabaría y todavía existía personas que odiaban a los terrestres y encima les daban armas poderosas, pero debía calmarse, ambas amigas se sentaron en unas piedras a esperar. Estrella estaba impaciente que la rubia fuera a por Kane, no debía estar tanto tiempo ahí afuera y más junto a Kalisto, necesitaba hablar con ella, pero debía esperar el momento, de repente se puso rígida y fue al ver la imagen de Kevin, su esposo, acercándose a ellas, empezó a temerse lo peor, ya que el joven tenía una sonrisa de oreja a oreja al verla, pero cambio al verla junto a dos terrestres.
Kevin--¿Por qué estas fuera? Deberías entrar con los demás...
Estrella—Ahora no Kevin. Clarke me pidió que acompañara a sus guardianas...--le urgía que se marchara, vio de reojo que Kalisto se levantaba y se aproximaba a ella.
Kevin--¡¡¡Tú terrestre quédate donde estabas!!! –Agarro su pistola amenazante e iba a sacarla.
Estrella—No es el momento Kevin, márchate te lo pido.
Guardia—Si da un paso más disparo.—salto el guardia desagradable apuntando su rifle a Kalisto, esta ni se inmuto.
Kevin—Tenemos que hablar del futuro... de nosotros... del bebe.
Aquellas palabras fueron un cubo de agua fría para Kalisto, la cual, se paró a unos centímetros de Estrella, ésta sentía su respiración alterada, de hecho giro la cabeza para mirarla, sus ojos lo decía todo, malestar... odio... furia, vio como apretaba la mandíbula y los puños, intentando contener, aunque la noticia la había parado, no podía esconder sus sentimientos. Lexa se acerco a su amiga y trató de calmarla apoyando una mano en su hombro derecho, no necesitaban una pelea ahora mismo. Entonces Kevin molesto porque su esposa no le miraba, la cogió del brazo para que se girase, ocasionando un quejido en la joven, lo cual, era la provocación que necesitaba Kalisto... rápidamente la aparto de Kevin y se puso en medio, éste furioso saco su pistola, los guardias apuntaban a la pelirroja en un instante, Kevin al verse respaldado golpeo a Kalisto una patada para que callera al suelo, pero no lo hizo.
Kevin—¡¡¡De rodillas!!! –Ordeno, pero Kalisto ni se inmuto, le miraba con toda la rabia que tenia, le odiaba, y el joven lo sabía.--¡¡¡He dicho que de rodillas!!!
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Ángel Guardian (Lexa y Clarke)
Science FictionBreve resumen: Tras la pérdida de Lexa, Wanheda acepta su papel de Comandante de la Muerte, de ser la líder de su Clan los Skraikul. Aunque la muerte no es el final, muchas vidas han cambiado por esa muerte, de todas formas hay que seguir hacia dela...