Capítulo 19. Verdadera confianza

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El último día de clases en la Preparatoria de Hechicería se vivía con una mezcla de alegría y tristeza. Los estudiantes estaban emocionados por las vacaciones que se avecinaban, pero también sentían una punzada de tristeza por no poder ver al bebé de Satoru Gojo, que ya tenía tres meses de nacido. Durante las últimas semanas, el bebé se había convertido en una especie de mascota no oficial de la escuela, y todos los estudiantes se turnaban para cuidarlo durante las clases.

Satoru, consciente de los sentimientos de sus alumnos, se despidió de ellos con una sonrisa. "No se preocupen, pueden visitarlo cuando quieran. Mi casa siempre está abierta para ustedes." Los estudiantes sonrieron y algunos incluso aplaudieron, aliviados de saber que podrían seguir viendo al bebé.

Con esa promesa en mente, Satoru dejó la escuela y se dirigió a la residencia donde vivía. Era una tarde cálida y tranquila, perfecta para relajarse después de un día largo. Sin embargo, al llegar a su casa, se encontró con una presencia inesperada. Sukuna estaba esperándolo, de pie en la entrada con una expresión que Satoru no pudo descifrar del todo.

"¿Qué haces aquí?" preguntó Satoru, poniéndose en guardia de inmediato. "Aún no es tiempo de que veas al bebé."

Sukuna levantó las manos en un gesto de paz. "Tranquilo, Satoru. No vine a causar problemas. Solo quiero hablar contigo." Satoru no bajó la guardia, pero permitió que Sukuna hablara.

"Mahito, Jogo, Dagon y Hanami quieren conocer a tu hijo," continuó Sukuna. "Quieren pasar un fin de semana con él."

Satoru frunció el ceño. "Ni hablar. No voy a dejar que mi hijo esté con ellos. No confío en ninguno de ellos."

Sukuna sacó un periódico de su túnica y se lo mostró a Satoru. "Mira esto. Los ataques de maldiciones a humanos han reducido en un 99% desde que hicimos nuestro trato. He mantenido mi parte del acuerdo, y ahora te pido esto por favor."

Satoru miró el periódico y no pudo negar los hechos. Pero eso no cambiaba sus sentimientos. "Confío en ti, Sukuna. Pero no confío en los demás. No voy a arriesgar a mi hijo."

Sukuna dio un paso adelante, con una mirada sincera en sus ojos. "Te prometo que lo cuidaré. Haré que todos hagan votos vinculantes de no lastimar a tu bebé. Y, además, cada noche lo llevaré a dormir contigo y lo recogeré por la mañana siguiente."

Satoru lo pensó por un momento, sopesando las opciones. Sabía que Sukuna había cumplido con su parte del trato hasta ahora, y la reducción de los ataques de maldiciones era prueba de ello. Finalmente, suspiró y asintió. "Está bien, pero con una condición. Quiero que todos hagan votos vinculantes donde afirmen que no lastimarán a mi bebé."

Sukuna sonrió, sabiendo que había ganado. "Hecho. Prepararé los votos vinculantes y los haré firmar."

Con esa promesa, Satoru se dirigió a preparar la pañalera con todo lo necesario para el fin de semana. Incluyó pañales, ropa extra, biberones y el juguete favorito de su hijo. La preparación fue un momento emotivo para él, sabiendo que estaría separado de su hijo durante el fin de semana, pero confiando en que Sukuna cumpliría su promesa.

El sábado por la mañana, Sukuna llegó puntualmente para recoger al bebé. Satoru lo había vestido con ropa del clan Gojo, asegurándose de que estuviera cómodo y protegido. Sukuna tomó al bebé con una sorprendente ternura y, después de asegurarse de que todo estaba en orden, se fue con él.

Satoru pasó el resto del día con una mezcla de emociones. Se sentía nervioso por estar separado de su hijo, pero también confiaba en que Sukuna cumpliría su promesa. La noche llegó rápidamente, y cuando Sukuna regresó con el bebé para que durmiera con Satoru, sintió un alivio profundo al sostener a su hijo en brazos.

"Gracias," dijo Satoru sinceramente mientras acunaba al bebé. Sukuna asintió y desapareció nuevamente en la noche, prometiendo volver a recoger al bebé por la mañana.

Esa noche, Satoru durmió abrazando a su hijo, asegurándose de que estuviera seguro y protegido. Al día siguiente, después de alimentar y vestir al bebé, Sukuna llegó para llevárselo de nuevo. Satoru observó cómo se alejaban, con una sensación de confianza mezclada con una ligera preocupación.

El fin de semana pasó lentamente para Satoru. Intentó mantenerse ocupado, pero su mente volvía constantemente a su hijo. Pensó en las palabras de Sukuna y en el compromiso que habían hecho. Sabía que estaba tomando un gran riesgo, pero también sabía que era necesario para mantener la paz y la seguridad de todos.

Cuando finalmente llegó el domingo por la noche, Sukuna regresó con el bebé. Satoru corrió a recibirlos, tomando a su hijo en sus brazos y abrazándolo con fuerza. "¿Cómo estuvo el fin de semana?" preguntó, mirando a Sukuna con una mezcla de curiosidad y preocupación.

"Todo salió bien," respondió Sukuna. "Todos cumplieron con sus votos vinculantes y tu hijo está perfectamente a salvo. Fue un fin de semana tranquilo."

Satoru suspiró aliviado y miró a su hijo, que estaba feliz y saludable. "Gracias, Sukuna. Aprecio lo que hiciste."

Sukuna asintió. "Haré todo lo que esté en mi poder para protegerlo, Satoru. Puedes confiar en eso."

Con esas palabras, Sukuna se despidió y se fue, dejando a Satoru y a su hijo solos nuevamente. Satoru acunó al bebé y se sentó en el sofá, reflexionando sobre los eventos del fin de semana. Sabía que había tomado una decisión arriesgada, pero también sabía que estaba haciendo lo mejor para su hijo y para todos los demás.

A medida que pasaba el tiempo, Satoru y Sukuna continuaron con su trato, encontrando un extraño equilibrio entre sus roles de padres y protectores. Satoru sabía que siempre habría riesgos y desafíos, pero también sabía que tenía la fuerza y la determinación para enfrentarlos.

Mientras miraba a su hijo dormir esa noche, Satoru sonrió. Sabía que, sin importar lo que viniera, siempre haría lo mejor para proteger a su hijo y asegurar un futuro más seguro para todos. Y con la ayuda de sus amigos y aliados, estaba seguro de que podrían superar cualquier obstáculo que se presentara en su camino.

Una extraña relación entre los más fuertes (Satoru x Sukuna) M-preg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora