Capítulo 5. Audiencia

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En el Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio, Satoru se reunía nuevamente con Shoko y Geto en una sala de descanso. Ambos estaban radiantes de orgullo.

"Satoru, nos impresionaste mucho hoy," dijo Shoko, sonriendo. "Te mantuviste firme frente a Sukuna. Eso requiere mucha fuerza."

Geto asintió. "Sí, estoy orgulloso de ti por hacerte el difícil. Sukuna debe aprender que no puede controlar todo."

Satoru suspiró, su expresión cambiando a una más seria. "No es que me esté haciendo el difícil, Shoko, Geto. Realmente no quiero volver a ver a Sukuna. Haré todo lo que sea necesario para demostrarle que no tiene lugar en mi vida."

Geto lo miró con preocupación. "Entiendo, Satoru, pero quizás necesites considerar la protección de Sukuna. Los altos mandos podrían no reaccionar bien cuando se enteren de tu embarazo."

Shoko frunció el ceño. "Satoru, ¿les has dicho algo a los altos mandos?"

Satoru negó con la cabeza, sus hombros tensándose. "No les he dicho nada aún. No sé cómo van a reaccionar y... prefiero evitar un conflicto innecesario."

Justo en ese momento, el arbusto cercano se agitó y apareció Yaga-sensei, el director del colegio, con una sonrisa divertida en su rostro. "¡Así que eso es lo que estabas ocultando, Satoru!" dijo con tono jovial, mientras el trío de hechiceros se sobresaltaba.

Satoru, Shoko y Geto miraron a Yaga-sensei con los ojos muy abiertos. "¡Yaga-sensei! ¿Cuánto tiempo llevas ahí?" exclamó Satoru, tratando de recuperar la compostura.

Yaga-sensei se rió y se cruzó de brazos. "Lo suficiente para entender la situación. Así que, Satoru, ¿estás esperando un bebé y no pensabas decírmelo?"

Satoru bajó la mirada, sintiendo una mezcla de vergüenza y alivio. "Lo siento, Yaga-sensei. No estaba seguro de cómo ibas a reaccionar."

Yaga-sensei puso una mano en el hombro de Satoru, su expresión suavizándose. "Satoru, eres como un hijo para mí. No importa lo que pase, te apoyaré. Pero tienes que ser honesto conmigo y con los altos mandos. Esta situación no va a desaparecer y debemos manejarla juntos."

Shoko y Geto asintieron, mostrando su apoyo silencioso. Satoru, sintiendo el peso del momento, asintió lentamente. "Tienes razón, Yaga-sensei. Les diré la verdad a los altos mandos. Pero no dejaré que Sukuna controle mi vida."

Yaga-sensei sonrió y le dio una palmadita en el hombro. "Eso es lo que quería escuchar. Ahora, vamos a planear cómo abordar esto con los altos mandos de la mejor manera posible."

El trío de hechiceros se relajó un poco, sabiendo que, aunque el camino por delante sería complicado, lo enfrentarían juntos. Con el apoyo de Shoko, Geto y Yaga-sensei, Satoru se sentía más preparado para enfrentar los desafíos que se avecinaban.

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Sukuna llegó a su dominio, completamente herido y agotado. Se dejó caer en su trono, el dolor físico palideciendo en comparación con el torbellino de emociones que lo consumían. "¿Por qué me enamoré de alguien tan difícil de manipular emocional y físicamente?" se preguntó, frustrado. Satoru Gojo, el hechicero más fuerte y hermoso, no era alguien fácil de tratar, y cada encuentro con él lo dejaba más claro. Sukuna sabía que un hombre tan fuerte como Satoru no sería fácil de conquistar ni de controlar, y eso solo hacía que la situación fuera aún más complicada.

Mientras tanto, en el Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio, la situación se volvía tensa. Los altos mandos habían sido convocados para una reunión de emergencia, y Satoru, acompañado por Shoko, Geto y Yaga-sensei, se preparaba para enfrentarse a ellos.

"Gojo Satoru," comenzó uno de los altos mandos, su voz severa, "hemos revisado tu situación y exigimos que abortes el embarazo con la ayuda de Shoko. De lo contrario, serás desterrado del colegio y del mundo de los hechiceros."

Satoru se levantó, sus ojos azules brillando con determinación. "Me niego. Este es mi hijo y lo protegeré, sin importar las consecuencias."

Yaga-sensei dio un paso adelante, colocando una mano firme en el hombro de Satoru. "Apoyo la decisión de Satoru. Este colegio debe ser un lugar donde los hechiceros se sientan protegidos y respaldados, no perseguidos por decisiones personales."

Geto, con una mirada desafiante, agregó: "Deben respetar la decisión de Satoru. No es justo que se le imponga algo tan cruel. Él tiene derecho a elegir."

Para sorpresa de muchos, el director Gakuganji, conocido por su rigidez, intervino. "Estoy de acuerdo con Yaga y Geto. Satoru tiene derecho a ser padre si así lo desea. No podemos dictar su vida personal de esta manera."

Los altos mandos intercambiaron miradas, claramente divididos. Finalmente, uno de ellos suspiró. "Dado que no estamos todos de acuerdo, convocaremos otra sesión para decidir el juicio de Satoru Gojo. Hasta entonces, esta reunión queda aplazada."

Satoru asintió, agradecido por el apoyo de sus amigos y de Gakuganji, pero sabía que el verdadero obstáculo aún estaba por venir. Al salir de la sala de reuniones, su mente ya estaba en el próximo desafío: enfrentar a su padre, el líder del clan Gojo.

Mientras caminaba por los pasillos del colegio, Satoru no podía evitar sentir una mezcla de miedo y determinación. Sabía que la batalla con su padre no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer lo necesario para proteger a su hijo.

Con el apoyo de sus amigos y mentores, Satoru se preparó para lo que seguramente sería uno de los enfrentamientos más difíciles de su vida. Sabía que, pase lo que pase, tenía que mantenerse firme y proteger lo que más le importaba.

Una extraña relación entre los más fuertes (Satoru x Sukuna) M-preg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora