Capítulo 26. Preocupación

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Era una tranquila tarde de sábado y Satoru Gojo, con una devoción inquebrantable, cuidaba a su hijo Rin. Mientras jugaban en la sala, Satoru notó algo extraño en la mejilla izquierda de su bebé. Al principio pensó que era una mancha de comida, pero al observar más de cerca, vio que era una pequeña marca, similar a uno de los tatuajes de Sukuna.

El corazón de Satoru se aceleró con preocupación. La posibilidad de que su hijo se pareciera más a Sukuna de lo que había esperado lo llenó de temor. Trató de limpiar la marca, pero no desapareció. En ese momento, una presencia familiar llenó la habitación.

"¿Qué estás haciendo, Satoru?" La voz de Sukuna resonó, llena de una mezcla de burla y satisfacción.

Satoru giró rápidamente, sosteniendo a Rin con más fuerza. "Sukuna, tus visitas son terribles. ¿No puedes simplemente anunciarte como una persona normal?"

Sukuna sonrió, sus ojos brillando con malicia mientras se acercaba a ellos. "Veo que has notado la marca. Es solo el comienzo. Nuestro hijo será tan poderoso como yo, si no más."

Satoru apretó los dientes, tratando de mantener la calma. "Rin no será como tú. Será bondadoso y usará su poder para proteger a los demás, no para dominar o destruir."

Sukuna extendió las manos hacia el bebé, y aunque Satoru dudó por un momento, finalmente dejó que Sukuna tomara a Rin en brazos. La alegría en el rostro de Sukuna era palpable, una emoción rara para él. "Este pequeño será grande. Puedo sentir su potencial."

Satoru cruzó los brazos, observando con una mezcla de desconfianza y preocupación. "Esa marca... ¿qué significa, Sukuna?"

Sukuna acarició la mejilla de Rin suavemente, sus ojos llenos de un raro orgullo. "Es una señal de su herencia. La sangre de un rey fluye por sus venas. Será más poderoso de lo que puedas imaginar."

Satoru negó con la cabeza. "Rin no necesita ser poderoso para ser grande. Lo que importa es su corazón y cómo usa su poder. Y me aseguraré de que nunca siga tus pasos."

Sukuna levantó una ceja, divertido. "¿Y cómo piensas lograr eso? No puedes negar lo que es."

"Lo que es," replicó Satoru con firmeza, "es mi hijo. Lo criaré con amor y valores. Y sí, puede que lleve tu sangre, pero también lleva la mía. Haré todo lo posible para que sea un buen hombre."

Sukuna dejó escapar una risa baja. "Veremos, Satoru. Veremos."

Mientras Sukuna balanceaba suavemente a Rin, el bebé sonrió, inconsciente de la tensión entre los dos hombres. Satoru observaba cada movimiento, decidido a proteger a su hijo de cualquier influencia negativa.

Después de unos minutos, Sukuna devolvió a Rin a los brazos de Satoru. "Disfruta estos momentos, Satoru. Pronto, Rin empezará a mostrar quién es realmente."

Satoru sostuvo a su hijo con ternura, sus ojos llenos de amor y determinación. "Rin ya ha mostrado quién es. Es un niño amado y siempre lo será. No dejaré que nada lo cambie."

Sukuna se desvaneció en la sombra, dejando a Satoru con sus pensamientos. Observó la marca en la mejilla de su hijo, su mente llena de preocupaciones sobre el futuro. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también sabía que haría cualquier cosa para proteger a Rin y guiarlo hacia un futuro brillante y bondadoso.

Mientras acariciaba la mejilla de su hijo, Satoru se prometió a sí mismo que nunca dejaría que la oscuridad de Sukuna dominara la vida de Rin. Haría todo lo posible para asegurarse de que su hijo creciera rodeado de amor, esperanza y justicia.

Esa noche, mientras Rin dormía pacíficamente en su cuna, Satoru se sentó a su lado, vigilando con cuidado. La pequeña marca en la mejilla de Rin era un recordatorio constante del desafío que enfrentaba, pero también una motivación para luchar con más fuerza por el futuro de su hijo.

Una extraña relación entre los más fuertes (Satoru x Sukuna) M-preg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora