Capítulo 14. Visitas esperadas e inesperadas

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Satoru, ya recuperándose en la residencia del clan Gojo, recibe una visita sorpresa de todos sus estudiantes. Llegan cargados de pañales, mamilas, y ropa de bebé, emocionados por conocer al pequeño recién nacido.

"¡Sensei, trajimos todo lo que pudimos encontrar!" dice Nobara, con una sonrisa mientras carga una enorme caja de pañales.

"¡Queremos conocer al bebé!" añade Maki, agitando un pequeño traje de bebé con el logo del clan Gojo.

Satoru, con el bebé en brazos, se ríe y los invita a entrar. "Vengan, vengan. Él también está emocionado de conocerlos."

Uno por uno, los estudiantes se acercan a ver al bebé, asombrados por su apariencia albina y sus ojos azules brillantes. Yuuji, con una expresión particularmente feliz, se acerca y le dice al bebé con una voz suave: "Hola, pequeño primo."

Todos se detienen y miran a Yuuji con sorpresa. Megumi, frunciendo el ceño, pregunta: "¿Primo? ¿Qué quieres decir con primo?"

Yuuji sonríe y se rasca la cabeza. "Bueno, técnicamente, Sukuna es mi tío. Así que eso hace al bebé mi primo."

Satoru también está sorprendido. "¿En serio, Yuuji? Nunca lo mencionaste."

Yuuji se encoge de hombros. "No parecía relevante antes. Pero ahora que hay un bebé, pensé que debería decirlo."

Nobara, curiosa, se inclina hacia Yuuji. "¿Entonces tienes alguna conexión familiar con Sukuna?"

Yuuji asiente. "Sí, algo así. Pero no quiero que eso cambie nada. Solo quiero ser el mejor primo que pueda ser para el bebé."

Satoru, aunque inicialmente sorprendido, se siente feliz por la actitud positiva de Yuuji. "Bueno, eso es una noticia inesperada, pero me alegra saberlo. Este bebé va a tener un montón de personas que lo aman."

Los estudiantes pasan el día jugando con el bebé, haciéndole caras divertidas y turnándose para sostenerlo bajo la atenta mirada de Satoru. Al final del día, cuando el sol comienza a ponerse, todos se despiden, prometiendo regresar pronto para ver cómo crece el pequeño.

Satoru, mirando a su bebé dormido en su cuna, sonríe. "Tienes una gran familia, pequeño. Y no podrías estar en mejores manos."

ᕦ⁠(⁠ ⁠⊡⁠ ⁠益⁠ ⁠⊡⁠ ⁠)⁠ᕤ

Al día siguiente, Suguru visita a Satoru en la residencia del clan Gojo. Aunque aún queda una sombra de tensión entre ellos, el ambiente es mucho más relajado que antes. Satoru está sentado en una silla cómoda, sosteniendo a su bebé, cuando Suguru entra, visiblemente nervioso.

"Hola, Satoru. ¿Cómo estás hoy?" pregunta Suguru, intentando mantener la voz firme.

"Hola, Suguru. Estoy bien, mejor que ayer. ¿Quieres cargar al bebé?" responde Satoru con una sonrisa cálida.

Suguru asiente, algo temeroso, y extiende los brazos. Con cuidado, Satoru le entrega al bebé, asegurándose de que esté bien sostenido. Suguru observa al pequeño con fascinación. "Es encantador. Se parece mucho a ti."

Satoru sonríe, sintiendo una mezcla de orgullo y felicidad. "Sí, tiene mis ojos. Pero espero que tenga la fortaleza y el corazón de su madre... o, bueno, el lado bueno de su padre."

El bebé, aparentemente curioso, mira a Suguru con sus grandes ojos azules. Suguru, conmovido, acaricia suavemente la mejilla del bebé. "Hola, pequeño. Soy tu tío Suguru."

Satoru observa la escena con una sonrisa, disfrutando del momento. "¿Sabes? He estado pensando mucho en el futuro. Quiero que mi hijo crezca rodeado de personas que lo amen y lo apoyen. Y tú, Suguru, eres una de esas personas."

Suguru, conmovido por las palabras de Satoru, asiente. "Haré todo lo posible por estar aquí para ustedes, Satoru. Lo prometo."

Pasaron un rato agradable, charlando sobre el futuro y los planes para el bebé. Satoru se sintió más ligero, como si una parte del peso que llevaba encima se hubiera desvanecido. Ver a Suguru interactuar con su hijo le dio una sensación de esperanza y tranquilidad.

Mientras el bebé empezaba a quedarse dormido en los brazos de Suguru, Satoru susurró: "Tienes un gran futuro por delante, pequeño. Y con tu tío Suguru a tu lado, sé que estarás bien."

Suguru, mirando al bebé dormido, sonrió y asintió, sintiendo una renovada determinación de apoyar a su amigo y al pequeño con todo su corazón.

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El profesor Yaga, Utahime y Mei Mei fueron los siguientes en visitar a Satoru y a su bebé. La residencia del clan Gojo estaba más animada que nunca, llena de risas y charlas. Mei Mei, como siempre, no perdió la oportunidad de bromear.

"Vaya, Satoru. Me lamento no haberte embarazado yo. Habría sido una excelente inversión para heredar tus millones," dijo Mei Mei con una sonrisa traviesa, mientras miraba al bebé.

Satoru rió, sabiendo que era una broma, pero apreciando la intención. "Lo siento, Mei Mei. Tal vez en otra vida."

Utahime, quien normalmente era la hater número uno de Satoru, se acercó al bebé con una sonrisa sincera. "Es adorable, Satoru. Se parece a ti, pero espero que tenga un poco más de sentido común," dijo, aunque en tono amigable.

Satoru sonrió. "Eso espero yo también, Utahime."

Yaga, por su parte, aprovechó la visita para darle un buen sermón a Satoru. "Ahora tienes una gran responsabilidad, Satoru. No es solo tu vida en juego. Debes pensar en el bienestar de tu hijo. Asegúrate de ser un buen padre y de enseñarle bien."

Satoru asintió, aceptando el consejo de su maestro. "Lo sé, Yaga-sensei. Haré todo lo posible para ser un buen padre."

Finalmente, Shoko, siempre preocupada por la salud de sus amigos, revisó a Satoru para asegurarse de que se estuviera recuperando bien. "Estás mejorando, Satoru. Pero aún necesitas descansar mucho. Nada de locuras, ¿entendido?"

Satoru asintió, agradecido por el cuidado de Shoko. "Gracias, Shoko. Prometo no hacer nada imprudente."

El ambiente en la residencia del clan Gojo estaba lleno de calidez y camaradería. A pesar de las bromas y los sermones, todos estaban allí para apoyar a Satoru y a su hijo. Mientras los visitantes se despedían, Satoru se sintió agradecido por tener a tantas personas que se preocupaban por él y por su bebé.

"Sé que no siempre lo demuestro, pero realmente aprecio a todos ustedes," dijo Satoru, sosteniendo a su hijo en brazos.

Yaga, Utahime, Mei Mei y Shoko sonrieron, sabiendo que sus esfuerzos y preocupaciones no eran en vano. El bebé, ajeno a todo, dormía plácidamente en los brazos de su padre, rodeado de personas que lo amaban.

Una extraña relación entre los más fuertes (Satoru x Sukuna) M-preg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora