CAPÍTULO 1 - EL VESTUARIO (GAY)

19.9K 42 3
                                    

Rondaba el minuto 88' del partido e íbamos ganando 4-3 al equipo rival. Pero a pesar de que la gran victoria que nos esperaba al terminar daba vueltas por mi mente, yo solamente podía fijarme en él. En su forma de moverse, en esas piernas que tan perfectamente manejaban el balón, en su manera de correr, en su cara, y como no, en esa bulto que habitaba entre sus piernas y que, al no llevar ropa interior, se marcaba con mucha fuerza.

La verdad es que llevaba muchos años jugando con Jack al fútbol, pero nunca me había parado a mirarle como lo estaba haciendo durante las últimas semanas. Pero por desgracia, había venido su novia a verle, así que esta esta fruta que tanto quería comerme, resulta ser que estaba prohibida.

Cuando quise darme cuenta y volví a centrarme en el partido, ya estábamos celebrando la victoria. Todos juntos saltando. Jack también saltaba, con tanta fuerza, que veía como su polla pegaba brincos con él. Notaba como la mía se empezaba a empalmar un poco, pero no lo suficiente como para que se hiciese notorio a través del pantalón.

Entramos corriendo al vestuario y allí continuamos con la fiesta. Estábamos todos saltando, vitoreando y bailando, nos quitamos las camisetas movidos por la emoción del momento y entonces ya no lo pude evitar. Noté como mi entrepierna se endurecía tanto que ni un kilo de hielo podría enfriar el calentón que llevaba encima.

Sin decir nada a nadie y lo más sutilmente posible me fui corriendo a la ducha para ver si se me pasaba. Estuve un buen rato, tanto que cuando salí, ya no quedaba nadie. No se habían dado ni cuenta de que había desaparecido. Pero tengo que asumir que me vino bastante bien, así que lo aproveché.

Los vestuarios siempre me han puesto cachondo, y en esa ocasión me aproveché de la situación de soledad. Nadie iba a entrar. Notaba que mi cuerpo seguía caliente y con necesidad de acción. Así que, a falta de otro, se la iba a dar yo mismo. Me quité los pantalones y me quedé desnudo en el vestuario. Me miré al espejo y pude ver como mi polla iba creciendo debido al morbo que la situación me estaba provocando.

Me senté en el banco y vi que alguien se había olvidado de su bolsa y no pude evitarlo. Me levanté y vi que había unos calzoncillos usados dentro, los cogí y el aroma a hombre que habitaba en ellos era lo que me faltaba para terminar de ponerme caliente.

Me metí un poco más adentro, donde nadie pudiese verme si alguien entraba a por esa bolsa que había sido olvidada. Me senté en el suelo del vestuario y me puse los calzoncillos en la cara para que el olor penetrase en mi y empecé a tocar mi punto de placer.

Lo bueno de la masturbación es que sabes lo que te gusta y lo puedes hacer tú mismo, empecé con movimientos suaves arriba y abajo. La verdad es que eso lo podría hacer más seguido, nadie entraba al terminar el partido y me gustaba bastante lo que estaba haciendo.

Pero lo que no me esperaba es que él saliera desnudo de la ducha, vi sus brazos fuertes, sus abdominales bien marcados y trabajados, sus piernas y...

-Jack... perdona, no...

-Tranquilo, no te preocupes, te he estado viendo durante todo el partido. Podría aunque sea disimular un poco, ¿no crees?

-Disculpa, emm - Miré a los calzoncillos que tenía en la mano y... MIERDA! - ¿Son tuyos?

-Sí, y si no te importa, voy a dejarlos donde estaban.

-Sí, perdona, no era mi... solo quería... lo siento.

-No te preocupes, luego te iba a mandar un mensaje.

-¿Enserio? ¿Para qué?

-Pues quería proponerte algo, pero visto lo visto, creo que te lo puedo decir ahora.

101 Microrelatos EróticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora