CAPÍTULO 36 - A... ¿DESCANSAR? (GAY)

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-¡Ya está todo!

Cerramos el maletero y nos pusimos rumbo a la masía que habíamos alquilado para pasar el fin de semana. Necesitábamos desconectar. Llevaba meses sin vacaciones así que me apetecían... demasiado.

Rumbo al aeropuerto que nos llevaría al destino que tanto tiempo llevábamos queriendo ir: Grecia.

Llegamos a la T1 y descargamos del coche todas las cosas que necesitaríamos durante nuestra estancia allí.

Facturamos nuestras maletas y nos subimos al avión. Las vistas de Barcelona desde arriba cuando despegamos eran impresionantes. Enseguida empezamos a sobrevolar las nubes y entonces me quedé dormido.

Me desperté cuando escuché por megafonía la temperatura del aeropuerto en el que acabábamos de aterrizar. Nos bajamos los 3 del avión y, a pesar del frío que hacía en tierra inglesa en esas fechas, se podía caminar cómodamente por la calle.

Llegamos al famoso puente de la ciudad y nos paramos a cenar en un sitio cercano.

Estuvimos hablando y terminando de organizar lo que íbamos a hacer y, una vez terminado todo, nos levantamos y nos fuimos.

Disfrutamos un poco más de la ciudad antes de ir a llevar las maletas al apartamento, que nos pillaba en la parte norte de Londres.

Llegamos a la casa a las 23:30. A través de las fotos no se apreciaba la inmensidad del lugar. Parecía más pequeño, pero era increíble. Tenía piscina climatizada y sauna. Increíble y tirado de precio.

Teníamos una habitación para cada uno y otra que nos sobraba. El comedor era gigante y tenía aspecto rústico.

Podía ser perfectamente la casa de mis sueños, una pena estar simplemente de vacaciones. Cada uno colocó sus cosas en las habitaciones que nos designamos por sorteo. A mi me tocó la que tenía vista a la ciudad. A pesar del frío londinense, en casa se estaba bien. La calefacción era potente y calentaba perfectamente gran parte de la casa.

No vi la necesidad de ponerme el pijama, así que cogí una camiseta de manga corta blanca y unos pantalones de chándal grises. 

Mis amigos estaban poniendo la plataforma en la tele para poner una película. 

-Voy al baño - dije, llevaba sin mear desde que salimos de Barcelona, no me aguantaba más.

Fue entrar y llevarme la sorpresa. No me lo podía creer. Bajé corriendo las escaleras llamando a mis amigos.

-¡Tíos, tíos, tíos! No os vais a creer lo que hay en el baño. 

Subimos los 3 corriendo por las escaleras hasta llegar al excusado.

-¡Me cago en... que puta maravilla! - exclamaron cuando vieron lo mismo que yo.

-¿Sabremos usarlo? - preguntó John.

Los 3 nos quedamos estupefactos al ver el jacuzzi que había montado en el baño.

-Habrá que comprobarlo - respondí.

Le di a un botón que indicaba agua caliente y empezó a llenarse. Nos desvestimos en un momento. Yo me quité toda la ropa, John también, pero Clay se quedó en ropa interior. 

-No te cortes, bro - dijo John - A nosotros no nos vas a gustar, estamos entre hermanos. 

-Cállate cabrón, no me los quito porque voy a buscar la botella de cava para brindar. ¿O vais a estar aquí sin celebrarlo?

Nos miramos John y yo y asentimos en conformidad. Al cabo de un rato apareció Clay con 3 copas en la mano y una botella de cava. 

El jacuzzi ya estaba casi lleno y nos metimos dentro, Clay con los calzoncillos, pero ninguno se atrevió a pronunciar palabra. El calor era una maravilla después de la fría tarde que habíamos pasado en la ciudad.

101 Microrelatos EróticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora