CAPÍTULO 17 - ¿SOLO AMIGOS? (GAY)

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[Sam]: ¿A qué hora quedamos?

[Noah]: Yo creo que a las 9:00 pm ya nos va bien.

Perfecto, ¿en la fuente de siempre? :[Yo]

[Sam]: De acuerdo!!

[Noah]: Nos vemos en un rato, chicos.

Habíamos quedado hace dos semanas y tenía ganas de ver a mis amigos, hacía meses que no sabía nada de ellos así que decidimos salir a tomar unas copas después de dar un paseo.

Llegué a la fuente diez minutos antes como mi costumbre de tempranero así me lo obligó a hacer y al cabo de los minutos fueron llegando los dos restantes. Me levanté y con dos besos saludé a Sam, que fue el primero en llegar.

-Cuanto tiempo sin vernos, madre mía - dijo.

-La verdad es que sí, parece mentira lo rápido que pasan los meses.

Pocos segundos después vimos aparecer a una persona alta y musculosa que con el sol en nuestra contra no costó distinguir que era Noah. Nos acercamos para saludarle igual que habíamos hecho antes nosotros. Le di dos besos y después hizo lo mismo con Sam.

-Macho, ¿no has soltado el gym en todos estos meses o qué? - preguntó inquietante Sam.

-Que va, además, hay día que me lo paso muy bien - nos miró e hizo un círculo con un dedo e introdujo el dedo índice de su otra mano entre el anillo levantando las cejas.

-Joder, que puto asco, ¿has follado en el maldito gimnasio?

-Sí, pero esa historia es ya capítulo pasado - dijo entre risas.

-En fin, ¿os apetece ir por el puerto? - Propuse.

-De acuerdo - dijeron ambos al unísono.

Empezamos a caminar a un ritmo prudente y tranquilo. Hablamos de cosas triviales que nos habían sucedido a cada uno durante estos meses. Contamos nuestras gilipolleces y nos pusimos verdes entre nosotros de coña.

Cuando ya llevábamos una hora y media caminando me empezó a entrar el hambre y decidimos parar en el restaurante donde siempre solíamos quedar a comer antes.

Nos sentamos en una silla de fuera ya que el ambiente así lo pedía, hacía una noche estrellada y el clima acompañaba aquella tarde de verano. Vimos a una pareja haciendo cosas raras en la playa, pero le quitamos importancia, que cada uno se divirtiese como le saliera de los cojones.

Pedí lo de siempre: Una hamburguesa de pollo y cerdo con salsa barbacoa y extra de bacon. Sam se pidió lo mismo que yo y Noah pidió una hamburguesa vegetariana.

-Te lo juro, cada día eres más raro - exclamó Sam.

Noah respondió sacándole el dedo del medio en señal de protesta. Seguimos hablando de nuestros últimos hechos y de las cosas que teníamos pendientes por hacer. Cuando terminamos de cenar, pedimos unos cubatas para alargar la velada.

Los tres nos pedimos lo mismo, licor de fresa con agua con gas. Lo malo de las bebidas alcohólicas dulces, es que te suben demasiado rápido. Así que no me di cuenta del momento en el que empecé a mirar a los chicos con otros ojos.

Me empecé a fijar más en los brazos de Noah, mis ojos a veces se desviaban hacia la entrepierna de Sam, la mirada se me quedaba clavada un rato en los ojos de el fortachón. Así que mi mente empezó a planear la que sin saberlo iba a ser "LA NOCHE".

-Chicos, os acordáis del juego ese que hacíamos de pequeños - dije.

-Jorge, ¿a qué juego no hemos jugado nosotros de pequeños?

101 Microrelatos EróticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora