Capítulo 1 "Víboras y Calaveras"

718 29 1
                                    

Ahora mi familia es la de ella, me han adoptado como un huérfano, es incómodo, porque pensé que su hermana me odiaba, se interpuso entre nosotros para evitar que estuviesemos juntos, pero al final no lo consiguió.

Mi vida con ella ha cambiado tanto que ahora soy tío de dos niños, han crecido, ahora caminan, hablan y se comen los mocos.

Hoy, como cada uno que otro domingo, soy invitado a pasar el rato, hacen barbacoa, me sirven whisky, es como si se preocuparan por hacerme sentir en casa.

No me siento en casa, en casa nunca me sentí de esta forma, nunca me sentí protegido, nunca me tomaban en cuenta, y ahora soy invitado de honor a todas las reuniones.

— ¡Leon!, bajáte de la mesa. — ordenaba mi cuñada a uno de los niños en español, está en su época de explorar y de aprender a decir groserías.

— ¿Por qué? — contestaba el niño, también está en la época de cuestionar todo.

— Porque vamos a comer, te puedes caer y puedes morir. — mi cuñada intentaba hacerlo entrar en razón, tal vez no de la mejor forma, pero era la única forma en la que hacía caso.

Entonces su otro hermano se acercó, tenía la capucha de francotirador de su padre puesta, le queda tan grande que cubre todo su cuerpo, parece un fantasma de pacman.

— Sí Leon, ¡Puedes morir! — se acercaba su hermano y lo asustaba por la espalda.

Mi reacción fue caminar lo más  rápido que podía hasta el niño con la capucha, y quitársela de encima, lo que hizo me traía de pronto recuerdos amargos de mi infancia, de cuando mi hermano me asustaba con una máscara de calavera.

— ¡No Kieran!, no asustes a tu hermano con eso, no lo hagas. — dije señalandolo mientras me hincaba sobre mis rodillas para estar a su nivel.

Los niños me sorprenden, sobre todo estos dos, la madre los regaña en español, yo los corrijo en inglés y de todas formas me responden, aprenden apenas a hablar y ya van encaminados a ser poliglotas.

— ¿Por qué? — me cuestiona Kieran viéndome con el ceño fruncido mientras se quitaba la capucha de su padre.

— Porque está mal asustar a los demás, no es gracioso. — explicaba.

Mi cuñada me veía directamente, parecía sorprendida de ver que los acaban de regañar, así que me levanté del suelo, limpié mis rodillas con mis manos y suspiré.

— Lo siento Luciana, sé que son tus hijos, no debí...

— No, no, está bien, si ves que hacen algo que se debe corregir hazlo. — me respondía ella agitando las manos.

Su padre en cambio me veía desde el fondo de la sala, directamente a los ojos, no decia una sola palabra me hacía sentir incómodo.

El mismo se levantó del sofá de dirigió a las puertas de cristal que dividen la sala del jardín y me hizo señas con las manos para que lo siguiera, así hice.

Estando afuera, mi ahora cuñado preparaba las carnes en el asador.

— ¿Qué fue lo que pasó? — me cuestionaba.

— No quiero problemas.

— No me estás entendiendo, ¿Lo que hizo Kieran te recordó algo?, ¿O alguien?

— Mi hermano hacia lo mismo, pero cuando estábamos grandes.

— Por eso actuaste así, ¿no quieres que Leon sufra tu mismo destino?

— No quisiera que nadie sufra mi destino.

— De acuerdo, gracias por corregir a mis hijos, pero la próxima vez déjamelo a mí, ¿entendido? — no me estaba amenazando, pero sabía que quería hacerlo, así que solo asentí.

Bravo Ghost: Lavender (SAGA COD #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora