Cuando abraces ese dolor, cuando le cojas tanto cariño que lo sientas como propio, como algo necesario, como un amigo inseparable, como parte de ti, tan íntimos que van de la mano a todos lados…
Hasta que te das cuenta, que tu mano hace rato no agarra nada, observas y no lo vez, giras en todas las direcciones y te das cuenta que estas solo… otra vez…
Comienzas a recordar todo;
Por qué te dolía
Qué era lo que te dolía
Cuánto te dolía
Y en ese preciso momento notas que estas riendo, que esos recuerdos, aunque dolorosos, son hermosos.
Y es ahí, cuando descubres que ya no te duele.
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Fragmentos de mi mente
RandomHay días en los que te levantas sin ganas de hacer nada, otros que despiertas con una energía tan acumulada que ni corriendo una maratón te pueden parar, o puede ser también que te despiertes con unos deseos inmensos de terminar lo que no hiciste ay...