Disfrutamos del calor porque hemos sentido el frío. Valoramos la luz, porque conocemos la oscuridad. Y comprendemos la felicidad porque hemos conocido la tristeza.
Los muros que construimos alrededor de nosotros nos protegen contra la tristeza, pero también impiden que nos llegue la felicidad.
Existen tantas noches como días, y cada una dura lo mismo que el día que viene después. Hasta la vida más feliz no se puede medir sin unos momentos de oscuridad, y la palabra "feliz" perdería todo sentido si no estuviese equilibrado por la tristeza.
Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada. Se limitan a llorar. Pero cuando su tristeza se convierte en indignación, son capaces que hacer cambiar las cosas.
Lo más triste en este mundo es querer a alguien que antes te quería a ti.
Mejor haber amado y haber perdido a su amor que no haber nunca amado o perdido.
Estoy perdida sin ti. Me siento sola y fría. ¿Cuándo piensas volver?
Uno puede elegir entre ser una persona feliz y optimista o ser una persona triste y negativa. Nadie es responsable de hacer a otro feliz o no. La elección depende de uno mismo.
El amor nunca se pierde. Aunque no sea recíproco, volverá para purificar y hacer tierno su corazón.
Lo único que cura a la tristeza es la acción.
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Fragmentos de mi mente
De TodoHay días en los que te levantas sin ganas de hacer nada, otros que despiertas con una energía tan acumulada que ni corriendo una maratón te pueden parar, o puede ser también que te despiertes con unos deseos inmensos de terminar lo que no hiciste ay...