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Intuición
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Los días pasaban y Emma todavía tenía un sabor amargo en la boca, parecía que la idea de que Manuel estuviera ocultando algo no quería salir de su cabeza obligándola a no salir de un bucle interminable de preguntas

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Los días pasaban y Emma todavía tenía un sabor amargo en la boca, parecía que la idea de que Manuel estuviera ocultando algo no quería salir de su cabeza obligándola a no salir de un bucle interminable de preguntas. Él nunca notó ningún cambio.. no notó como ella lo miraba fijamente muchas veces al día intentando descifrar algún mensaje oculto que todavía no había sido capaz de interpretar, no notó como fruncía su cara cada vez que decía "voy a llegar un poco tarde hoy", no notó como su nueva playlist eran canciones hablando de rupturas, manuel no notó ningún cambio.

Emma intentaba darse mérito al notar que al menos tenía unas "amigas". Con un poco de miedo logró establecer un tipo de relación con las novias de los demás jugadores del psg, todas eran personas muy buenas y humildes. Esto la hacía extrañar un poco menos su vida pasada.

Manuel y Emma no eran personas que hablaban mucho o publicaran de su relación, ambos eran personas privadas y preferían guardar muchas cosas solo para ellos

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Manuel y Emma no eran personas que hablaban mucho o publicaran de su relación, ambos eran personas privadas y preferían guardar muchas cosas solo para ellos. Las redes sociales podían ser un arma de doble filo.
El after luego de ganar el partido era una locura, Emma veía como le brillaban los ojos a su novio y no pudo evitar olvidarse de todo, parecía que ese hombre la tenía hechizada. Sara, novia de uno de los jugadores, la cual se había encargado de integrarla a el grupo de "botineras" se quedó chusmeando con ella en una de las mesas alejadas.

— Tía Tenemos que probar la nueva cafetería que está a la vuelta de mi casa— dijo la española mientras le daba un sorbo a su martini—me dijeron que hay unos baristas para chuparse los dedos.

Emma solo sonrío mientras bebía su vino blanco.

—Lo mismo me dijiste la otra vez y no solo nos decepcionó sino que la comida estaba horrible.

Ambas se rieron.

—Me parece que tu amado te está buscando—mencionó la rubia viendo como Manuel la llamaba .

Emma se paró de su asiento y abrazó a su nueva amiga en forma de despedida.

—Amor te quiero presentar a unos compañeros—dijo Manuel ofreciéndole su mano.

Ella solo se dedicó a asentir con la cabeza y tomar su mano.

—Les presento a mi esposa Emma.

Un poco incómoda ella se encargó de sonreír y saludar a los amigos de Manuel.

—Muy bella tu novia la verdad —dijo uno de los chicos generándole unos cachetes rojos a la chica—igual no estoy viendo ningún anillo Manu- bromeo.

Todos se rieron mientras que la pareja intercambió una especie de mirada incómoda.

—Pronto lo estará—respondió Manuel con nerviosismo.

Emma nunca se quiso ilusionar con la idea de Casarse con el ya que ambos eran jóvenes pero muy profundo dentro de ella anhelaba con todo su ser estar toda la vida con el. Nunca fue por algo monetario o los lujos, ella estaba perdidamente enamorada . Era inevitable no derretirse al ver el brillo en los ojos de ella cada vez que lo veía.
La chica Uruguaya notó como la voz de su novio tembló un poco al hablar y notó como su mirada estaba concentrada en algo más, más bien en alguien más. Siguió su mirada y vio a una chica morocha la cual lo miraba fijamente a él, aunque intentara no lograba identificarla y parecía que no venía acompañada .
¿ Quién era esa mujer y porque Manuel estaba tan nervioso ?

Una vez el chico se diera cuenta que su novia lo miraba apartó la mirada empezando otra conversación con sus compañeros ignorando a Emma. La chica desconocida ahora la miraba a ella con una mirada burlona lo cual la confundía el doble y no podía evitar sentirse insegura ante su energía. Aquella chica era alta, atributos que muchos no podrían ignorar y aunque le costará negar...muy linda. Queriendo terminar ese martirio se alejó y fue hacia donde Sara quien todavía se encontraba sola.

—Sara —llamó a la española ganando su atención—¿conoces a la morocha alta esa? —la señaló disimuladamente.

Sara dio vuelta sus ojos, al parecer solo nombrar a la chica desconocida le provocaba rechazo.

—Guarra esa—dijo en voz baja—Es una inglesa que siempre intenta liarse con todos los jugadores , la muy hija de puta tiene historial, no había visto que estaba aquí.

Emma nunca en su vida había sentido un ataque de pánico pero creía que estaba al borde de uno.

— ¿ estás bien ? —preguntó Sara.

— Creo que Manuel me está engañando.

— Creo que Manuel me está engañando

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Lemonade | Manuel Ugarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora