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Muchas personas tendían a dejar heridas abiertas de la infancia, abrían un espacio en el universo para generar una línea temporal de dolor en donde cada generación sufría por lo mismo. ¿Estarías dispuesto a cometer otra vez el mismo error sabiendo que marcarías a distintas generaciones? Seguramente por inercia muchos dirían que no pero Emma pensaba lo contrario. Ella siempre había dicho que las acciones de los padres definían a los hijos y lo pudo comprobar cuando lentamente empezaba a transformarse en la piel de su madre. A lo largo de cada proceso de sanación la comprensión y paciencia empiezan a tomar forma, el perdón tiende a sacar nuestra parte más vulnerable como humanos.
Emma había aprovechado el tiempo en volver a convivir con su familia y crear nuevos recuerdos dejando atrás el paso agridulce que una vez atormentó aquella familia. El poder estar abrazada a su padre y hablar con él sin sentir resentimiento, mirar a su madre y no juzgarla por sus errores. Emma se sentía una niña otra vez. Pero una gran parte de ella todavia estaba pensando en su "amado". Parecía que cada vez que quería disfrutar del momento abría su celular y veía las historias que subía Manuel con sus amigos, no podía evitar sentir que capaz se había cansado de ella. La inseguridad la carcomía viva, no podía imaginarse una vida sin él.
Aunque Manuel todavía seguía llamándola y escribiéndole todos los días el sentimiento del rechazo no la dejaba dormir por las noches. ¿Cómo debería actuar? Tampoco quería hacer una escena y dejarse en ridículo frente a todos, al final ella había terminado con él. Emma estaba madurando muchas cosas de ella misma y una de ellas era seguir impulsos felices para no atorarse en los dolores de sus errores porque a pesar de que él la había herido más que nadie en el mundo, Manuel era el amor de su vida.
Él era la persona con la cual soñaba casarse y tener hijos, aunque quisiera odiarlo e despreciarlo no podía hacerlo. Cada vez que miraba sus ojos oscuros ella sentía que las piernas ya no le funcionaban las piernas, cada vez que le hablaba ella sentía que un emperador le hablaba y cuando ambos estaban en su intimidad solos, Emma quería sacarse el corazón para dárselo. El amor que ella le tenía podría cruzar barreras y aunque muchas personas pensaran que era exagerado, nunca habían amado a alguien con tanta intensidad que dolía.
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Una vez Emma llegó a su casa no pudo evitar mirar alrededor y suspirar. Anhelaba tanto sentir la presencia de él en la casa, incluso cuando llegaba de entrenar y la abrazaba todo sudado haciéndola enojar. Extrañaba lo que eran antes de Francia.
Su mirada se enfocó en su celular cuando la idea de llamarlo empezaba a sonar tentativo. ¿Quedaría muy en ridículo si le rogaba que volviera con ella? Probablemente si, pero... ¿Quién podría juzgarla?
Al parecer se venía el final de una era....
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Holii! El capítulo es corto pero por un buen propósito🫶🏼 Otra vez gracias por el amor🥹
