Lemonade | Manuel Ugarte

6

Negación
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Emma se encontraba en la casa de Sara tomando un mate ella sola ya que a la española no le agradaba mucho el saber de este.

—Entonces ¿ si te está engañando ?—preguntó la rubia sin poder creer—¿ y me lo dices tan tranquila ?

—Es complicado boluda.

—La única que lo hace complicado eres tú Emma—suspiró Sara—no sé porque sigues con él ni porque aceptaste casarte.

—Es que él va a entrar en razón Sara—explicó la Uruguaya—se va a dar cuenta que ellas no lo aman como lo hago yo, ellas solo quieren la plata de él pero yo lo amo de verdad.

Su amiga nos podía creer lo que escuchaba...
¿ De verdad Emma creía que Manuel cambiaría drásticamente ?

—Mi amor—la miró a los ojos—él ya sabe que lo amas de verdad, por eso sigue haciendo todo esto.

—¿ Qué significa eso ?—preguntó con un tono de voz confuso.

Sara suspiró.

—Significa que Manuel sabe que lo amas y que nunca lo vas a dejar porque estás ciega de amor así que no le importa que otras lo quieran por la plata porque sabe que al final del día cuando llegue a casa de todas maneras alguien que lo ama está esperándolo.

Emma quedó callada por un momento, sabía que su amiga tenía razón aunque odiara admitirlo. Manuel solo estaba jugando con ella y ya estaba cansada de fingir que todo se arreglaría, vivir en negación ya no le estaba funcionando. Por otro lado la española se sentía cada vez más enojada con el novio de su amiga, Sara entendía que ella era muy buena y detestaba ser quien le tuviera que decir estas cosas para que viera con claridad.

—¿ Decís que me siga amando ?

Preguntó Emma mirando fijamente a un punto vacío, parecía que poco a poco el hechizo de Manuel estaba acabando.

—Yo no soy quién para decir si sigue amando o no porque el único que sabe eso es él—Sara tomó su mano—pero estas no son formas de tratar a alguien que amas.

Las palabras de su amiga la estaban rompiendo.
Empezaba a ver las cosas con claridad y notaba el hecho de que se había convertido en lo que siempre juzgo. Todas esas tardes con sus amigas diciendo que jamás serían como las típicas "botineras" que aguantan cualquier cosa por amor, parecía que el destino quería reírse un poco de ella por hablar de antemano.

—¿ Porque me está haciendo esto Sara ? - preguntó con desesperación—¿ No se da cuenta que no puedo amar a otro hombre que no sea él ? Te juro que intento comprenderlo pero cada vez se me está haciendo más difícil y mi paciencia se está acabando.

Aunque su amiga no lo quisiera admitir, el hecho de que al fin Emma estuviera sacándose la venda de los ojos la alegraba un poco.

—Intentar buscar un porqué sería justificarlo y yo no pienso hacer eso.

Emma asintió con la cabeza dándole la razón.

—Solo imagina algo boluda—se sentó derecha en su silla—si Manuel nunca hubiera hecho fortunas o formar un nombre que muchas personas respetan y solo se hubiera dignando a seguir viviendo como estábamos en Uruguay ¿ ellas estarían dispuestas a pasar lo que yo pasé con él ? ¡ Obvio que no ! Se hubieran escondido y me dejarían el pase libre.

Sara solo murmuró un bajo si permitiéndole a su amiga que se desahogara porque sabía muy bien que Emma estaba teniendo una conversación interna en voz alta.

—Él sabe que también soy la mejor mujer que pudo conseguir porque si no ¡ Que me deje ! Pero hace lo opuesto una y otra vez, me encuentra y intenta hacer que me olvide de todo así no lo mando a la mierda.

—Jamás va a encontrar a alguien que lo ame como tú lo haces.

Esas palabras de Sara habían despertado algo en Emma, enojo.

—Es una pena para él porque está haciendo que este amor verdadero se desgaste.

Esas fueron las últimas palabras que hablaron del tema porque justo su novio había llegado y ninguna quería estar contándole sus problemas de pareja a él.
Con un fuerte abrazo se despidieron y Emma fue rumbo a su solitaria casa.

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Una vez llegó, notó como en el pasillo de la entrada Manuel había dejado una nota que avisaba su llegada tarde.
¿ Porque no me escribió ?

Hecha una furia agarró el papel y lo tiró a la basura con una violencia que había despertado a su perro quien se acercó a brindarle amor a su dueña la cual al instante que lo vio se calmó.
Tomándolo en brazos se dirigió al baño para sacarse el maquillaje dejando a Toulouse en el piso.

Una vez se había retirado todo rastro de maquillaje no pudo evitar mirarse fijamente en el espejo por un tiempo indefinido, parecía que una nueva Emma renació. No notaba más su mirada cálida, ahora solo veía una mirada oscura y perdida. Definitivamente el hechizo de Manuel había acabado, ahora no era la mujer que de antes.. sentía que aquella chica la cual estaba ciega de amor se había muerto y solo le preguntaba a lo poco que quedaba de su antigua versión...
¿ Cómo permitiste todo esto ?
Emma no podía creer que en cuestión de minutos lograra ver todo lo que no quiso ver antes, cada mentira de Manuel se incrustaba en su piel y parecía que la cambiaban cada vez más y más. La nueva versión de ella era una bomba de tiempo que estaba esperando ser detonada y parecía que Sara había sido la causante de tal detonación.

La puerta principal siendo abierta la distrajo de su monólogo interno.
Ahora Manuel iba a escucharla a ella.