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Enojo
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A una hora muy temprana por la mañana Emma se encontraba haciendo sus maletas, ya se había fijado hoteles en los cuales estaba permitido llevar animales y había reservado una habitación por un día

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A una hora muy temprana por la mañana Emma se encontraba haciendo sus maletas, ya se había fijado hoteles en los cuales estaba permitido llevar animales y había reservado una habitación por un día. En el espacioso cuarto todavía habían signos de la pelea anterior y se lamente profundamente por eso, a pesar de estar enojada con él, ella no podía negar que había actuado de manera inconsciente ciega por su propia ira al tirarle el adorno bastante cerca de Manuel.

Cuando sus maletas estaban prontas no dudó en pedirse un Uber y bajar estas mismas hacia la entrada principal, volvió a abrir la aplicación para preguntarle al del Uber si no era molestia que el perro se fuera con ella y una vez le respondió que estaba todo bien solo se encargó de tomar la correa de Toulouse.
Emma antes de irse decidió robarle una jugada a él.

Con rapidez escribió una nota con los post it que tenían en la heladera, lo sacó y se dirigió a pegarlo en el pasillo, todo empezaba a sentirse como un dejavú.

La chica se detuvo en la puerta observando la casa por última vez y no pudo evitar sentir una presión en el pecho, jamás se imaginó estar en esta situación con él. Su cabeza no dejaba de imaginar a mujeres desconocidas paseando por esta casa una vez le diera el paso libre a él.
Sacando sus cosas de la casa se dirigió hacia el Uber con Toulouse caminando al lado de ella, el conductor se bajó del auto ayudándola a guardar sus maletas, ya no había tiempo para arrepentirse.

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2 horas después

Manuel se despertó decidido a reparar el desastre que había causado.
Se levantó y fue hacia el cuarto de ambos esperando que la puerta esté cerrada pero para su sorpresa fue lo contrario. Con pasos lentos se adentró en el intentando buscar rastros de ella por algún lado pero fallando en el intento, tampoco podía ver ropa en el vestidor de ella.
Alarmado se fue del cuarto y bajo las escaleras más rápido de lo que uno podría intentando encontrarla en algún lado de la casa pero parecía un fantasma en una casa abandonada. Pensó en ir hacia el patio frontal en busca de ella pero una nota en el pasillo lo desconcentró.
Con manos temblorosas agarró el papel con la nota que simplemente decía:

"Ahora van a poder posar para una foto sin miedo, tú y tu chica perfecta, no te vas a tener que preocupar más por mi"

Cuando Manuel cayó en la realidad de que se había marchado de verdad, solo se dignó a llorar.
Él de verdad la amaba aunque pareciera lo contrario, no entendía porque la había herido de esa manera. Sentía que habían dos versiones de él y ahora su versión vieja estaba pagando las consecuencias por lo que hacía la actual, se estaba dando cuenta de todo lo que le hizo y no pudo evitar odiarse a sí mismo.
Él siempre había intentando cuidarla de todo el mundo para que no la dañaran pero se había olvidado de cuidarla de si mismo. Las promesas que les hizo a los padres de ella empezaba a resonar por su cabeza, sus padres le habían confiado a su niña y falló.
Intentó llamarla muchas veces pero no respondió ni una vez.

Lemonade | Manuel Ugarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora