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Apatía
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Emma se encontraba llegando a el lugar en donde iba a había merendar con sus "ex" suegros, con su celular en mano discutiendo con el hijo de ellos

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Emma se encontraba llegando a el lugar en donde iba a había merendar con sus "ex" suegros, con su celular en mano discutiendo con el hijo de ellos. Manuel seguía llamándola y escribiéndole desde el celular de Franco para que le devolviera las llamadas, la castaña solo terminó la conversación diciéndole " Déjame de romper las bolas, no te voy a llamar " con un poco de suerte la iba a dejar de atomizar por unas horas.

La bienvenida con Mabel y Miguel le había cambiado la tarde para bien, aunque tuviera que dar explicaciones no muy convincentes sobre porque Manuel no había podido venir. La pareja de casados no creían la historia de que había venido sola porque Manuel estaba en concentración, era de público conocimiento que la temporada había terminado solo que como la chica no sabía nada de futbol había quedado revelada.
Mabel se había hecho una auto nota en su cerebro para hablar con su hijo y reclamarle cosas que ni siquiera sabía , ella los conocía como la palma de su mano y sabía muy bien que algo grave había tenido que pasar para que ella se fuera de Francia.

Miguel le estaba contando una anécdota sobre el viaje a Brasil que habían hecho hace un par de semanas restándole importancia a la mentira de Emma pero Mabel no podía hacer lo mismo, la veía muy cambiada y triste.
Había notado como faltaba el anillo en su dedo, no podía evitar preguntarse
¿ Qué hizo mi hijo ?

—Y entonces Herni se cayó en frente de todos los brazucas.

Su suegro le comentaba haciéndola llorar de la risa.

— Como para haber estado ahí ¿ no ?

Miguel negó riéndose levantándose para abrazarla.

— Me toca irme a laburar, pásate un día de estos y hacemos algo en la parrilla.— la abrazó dándole un beso en el pelo— chau negrita

Prometiéndole que iría vió como Miguel se iba. Mabel quería aprovechar la oportunidad para que le contara, ellas siempre se contaban todo.

— Mi amor—tomó su mano a través de la mesa— ¿ Qué pasó?

No hicieron falta más preguntas, ambas sabían lo que significaba.

— Ni yo sé que pasó— sus ojos se humedecieron— no estaba para nosotros, se ve que la vida no nos quiere juntos.

No quería entrar en detalles con Mabel. Aunque sabía que la apoyaría no quería crear algún tipo de conflicto familiar.

— Pero si ustedes se aman mi amor— intentaba hacerla razonar— no se pueden rendir.

Emma soltó un suspiro intentando no llorar en el intento de expresarse.

Lemonade | Manuel Ugarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora