Especial 3

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— Así no se sostiene una taza —articuló Zhi Yue.

Si bien era una recomendación, sonó a disculpa. Habló demasiado bajo, preocupado.

— ¿Entonces? —preguntó Kiriya.

— Así. Como yo. Solo una mano. Pon tus dedos así. Reposiciona tu codo y mide la presión de tu hombro.

— ¿Así?

Zhi Yue acomodó la altura de su muñeca.

— Sí, sí. Muy bien. Ahora, cuando bebas, no generes ruidos. «Poco es exacto; y mesura, silencio». —Kiriya lo intentó—. ¡Exacto! —Zhi Yue se emocionó demasiado. Respiró hondo y se calmó. Miró su taza—. Eso era todo...

— Gracias. Espero que me enseñes más.

— Claro —repuso, sonriente.

Misticismo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora