Capítulo 42

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42. Escapadita

Hazel

Hoy es mi cumpleaños lamentablemente. A ver, para mi es un día malo por varias razones, no es solo porque no me guste.

Pero lo bueno es que paso algo en el chat de la generación y mandaron un video de Cyrus pajeandose, y mierda, la tiene muy chica.

Me dio mucho asquis, porque el video es medio asqueroso, pero supe que también mandaron el video al chat dela generación de los terceros medios.

Pero por lo menos me distrae un poco de todo lo que incluye este día.

A ver, me voy a explicar. En mi cumpleaños número seis creo, Andreus abuso de mi, y lo hizo dos veces más aparte de esa. Desde ese día odio mi cumpleaños con todo mi ser, porque solo me recuerda ese momento que tanto me ha costado enterrar.

Pero no tengo que pensar en eso.

—El video que mandaron es asqueroso. —Theo opinó—Cyrus la tiene toda chica.

—Es verdad. —Saúl asiente—O sea, ni yo la tengo tan chica.

—Asqueroso. —susurro.

Theo asiente con la cabeza y Saúl pone cara de asco.

—Oye —Theo llama mi atención—Se que dijiste que no ibas a hacer nada por tu cumpleaños, pero...

—Te dije que no quería hacer na...

—Escúchame —me interrumpe—. Mi mamá dijo que podías ir a almorzar después de clases, solo si quieres, y que Noah y Saúl también pueden ir.

Si voy no voy a tener que ver a Andreus en el almuerzo, aunque igual lo voy a tener que ver en la tarde en la cena.

Y a esa cena también van mis abuelos.

Me suicidó.

—Esta bien, me parece bien.

—Que bueno, porque mi mamá es capaz de ir a buscarte a tu casa con tal de que pases un rato con ella. Tu sabes que te quiere más que a mi.

—Es que soy irresistible.

—Hay que avisarle a Noah. —susurra Saúl—Es una lata que no estemos en el mismo curso.

—Si, pero tenemos otras clases con ella. —respondo.

—Si. —suelta un bostezo.

La primera clase que tenemos es historia, la cual se pasa muy lento, porque son dos horas de clases, y después tenemos tecnología y diseño, la clase más inservible del mundo.

—Feliz cumpleaños. —Noah se para al frente mio con una sonrisa.

—Hola Ackie. —sonrío. 

Theo y Saúl fueron a la cafetería a comprar comida, y yo quede de esperarlos en una banca que hay cerca de nuestra sala de clases.

Noah se sienta a mi lado con las manos en los bolsillos, debido al frío que hace.

—Diecinueve años ya ¿eh? —sonrió mirándome a los ojos.

Estamos destinadas a perder | Estamos destinadas a ganar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora