Capítulo 8

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Ackie

Hazel

Si, voy a salir con Noah, y no solo con Noah, también con Kylie y Miranda. La puta madre.

También estará Saúl, pero como es hombre y negro no importa

Digo, claro que importa, di no al racismo.

Nos vamos a juntar en un bar a conversar, y realmente no se en que momento accedí esto.

Noah me pone nerviosa, porque es jodidamente linda. Tiene un cuerpo hermoso y exitante, que hace que me den ganas de explorarlo con mis manos.

No puedo seguir pensando así, no está bien.

—Yo digo que es mejor cuando te duele —es lo primero que escuche al entrar al auto en donde dejé a Saúl y a Miranda.

—Nah, es mejor cuando hay más placer que dolor —Miranda da su opinión.

Me siento en uno de los asientos de atrás, ya que Saúl esta de piloto, y Miranda de copiloto. 

—Los dejo cinco minutos y ya se hacen mejores amigos —me coloco entremedio de sus dos asientos.

—Si, resulta que es bien divertido tu amiguito —Miranda se dirige ahora a Saúl—, que lastima que tu esposo no haya podido venir.

—Si, pero esta muy cansado y prefirió quedarse en casa.

—Me encantaría conocerlo —Miranda sonríe—, y ahora tengo unas ganas de conocer a la abogada sexi que tiene tan distraída a mi Hazel.

—¡No me tiene distraída! —chillo al instante.

—Amiga, hasta yo me doy cuenta —Saúl arranca el auto.

—Hijos de puta, coman mierda —me cruzo de brazos.

—No te enojes, que es una broma —Miranda carcajea.

Miranda y Saúl conversan como si se conocieran de toda la vida, y fueran amigos íntimos.

Sus conversaciones solo me causan risas, ya que son de todo menos normales.

Miranda tiene un don para sacarle tema de conversación a la gente, y Saúl es bueno haciendo chistes, así que su charla está como que intensa.

—Kylie me aviso de que ya habían llegado, así que respira hondo Hazel, que vas a volver a ver a Ackerman —Saúl me guiña un ojo.

—Tonto, que no necesito tomar aire.

Si lo necesito.

—Claro que si lo necesitas, pareces nerviosa.

Y si que lo estoy.

—Ya vamos nomas, que no va a pasar nada —Miranda comienza a arrastrarme hasta el interior del bar, seguida de Saúl. 

Saúl nos señala una de las mesas, en donde están Noah, y una rubia, la cual supongo que es Kylie, porque esta de espaldas.

Recuerdo que nunca llegué a convivir mucho con esta última, y Noah tampoco la mencionaba mucho.

—¡Hola! —Saúl chilla contento sentándose en una de las sillas—, ¿como están mis lesbiana favoritas?

—No soy lesbiana, la única aquí es Noah —Kylie le saca la lengua a Saúl, en un acto de pura madures.

Me siento al lado de Noah, ya que todos los otros puestos están ocupados. Desgraciados, lo hicieron a propósito.

—Bueno chicas, ella es Miranda —Saúl señala a mi amiga, quien hace un ademán de saludar con la mano.

Estamos destinadas a perder | Estamos destinadas a ganar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora