Me encantaría poder decir que desde esa noche las cosas solo habían ido en esa misma dirección, que todas las veces que la llamé ella respondió, que todos los mensajes enviados obtuvieron una contestación, que las veces que la busqué, ella atendió, pero estaría mintiendo, desde aquella noche ella me había evitado tanto que en momentos llegué a creer que la desesperación y necesidad que tenía por escuchar su voz me había hecho inventar un sonido parecido a través de la bocina, pero yo sabía que era verdad, yo sabía que si había pasado, ella si había respondido, yo si había escuchado su voz, y todas las noches lo repetía en mis sueños, desde hacía 6 lunas.
''El numero que usted marcó se encuentra apagado o fuera del área de servicio''
Maldigo y lanzo el celular lejos, ya lo había apagado, ¿Qué clase de idiota miserable me hacía eso? Uno muy grande por supuesto, el timbre de la puerta se escucha y cierro los ojos ignorándolo, consiente de quien se encontraba llamando. Durante los últimos dos días Alan había estado intentando convencerme de acompañarlo a alguna estúpida fiesta de fin de año con sus amigos, ¿Cuándo iban a entender que sus intentos de hacer música jamás me interesaron?, me uní a ellos solo por Nora y sus sensuales gafas... esas gafas....
—¡Se que estas allí Oliver –grita y toca de nuevo a puño cerrado, dios mío sí que era terco.
—Deberías saber entonces que no te abriré –susurro con sarcasmo y me enderezo en la cama, enfoco mi mirada en la pared, azul, justo como sus ojos, cierro los míos y sonrío al recordar todas las locuras que hice por ella, en primer lugar, escuchar a Paula con sus intentos de baterista, río y sacudo la cabeza, jamás entendí como ella podía juntarse con mi primo y sus amigos, era... mi pensamiento me golpea fuerte, ella era amiga de mi primo, tal vez ella estaría....
Ni siquiera sé como llegué aquí, pero cuando vuelvo a la realidad me encuentro cerrando a puerta ante un Alan bastante sorprendido.
—¿Y donde es la fiesta? –cuestiono, me mira confundido por unos segundos y después se rinde a mi repentino cambio de parecer asintiendo y caminando conmigo hacia su auto.
Y aquí estaba yo, frente a mi primo y estúpidamente emocionado por a una fiesta llena de personas que jamás me agradaron, maldita sea.
Nora Hansen me podía... y mucho.
La música suena a todo volumen cuando el auto par frente a la enorme casa, tomo una respiración profunda recordándome porque estoy aquí
''Nora''
Me repito agarrando fuerzas para salir del auto, cierro la puerta y busco a Alan quien se encuentra caminando a prisa hasta la rubia parada a metros de nosotros, cuando la encuentra la abraza y besa haciendo que quiera golpearlo por envidia, deseando poder hacer lo mismo con Nora, cuando finalmente se separan la chica le dice algo y cuando mira sobre el hombro del moreno sus ojos se abren, sonrío falsamente hacia ella mientras me acerco.
—¿Oliver? –cuestiona y me mira de pies a cabeza negando, —vaya.... Creciste
—¡Hey –se queja mi primo y río ante eso.
—Te vez genial –agrega ignorando al moreno y sonrío agradecido, ¿pensará lo mismo Nora?
—Tu también, ¿Cómo van las cosas? –cuestiono y sonríe, mira a mi primo y este asiente, la rubia muerte su labio y levanta su mano, por algunos momentos me pregunta que intenta hacer entonces caigo en la cuenta, es su mano izquierda, y su dedo anular lleva.... Abro mis ojos y miro a mi primo, este asiente sonriendo orgulloso y un puñado de recuerdos me golpean el estomago dejándome sin aire, —Felicidades –digo finalmente intentando disipar esas imágenes, ambos sonríen y después me detengo, abro la boca y Paula niega rodando los ojos.
—No, no estoy embarazada –asegura con cansancio y río, aparentemente no fui el primero que tuvo esa idea.
—Lo siento –me disculpo y niega.
—Cuando se lo conté a Nora me felicitó por mi bebé –dice y río con ganas, esa era mi gafitas, —vamos, los chicos se alegrarán de verte –murmura y toma la mano de su ahora prometido caminando de regreso por donde ella llegó, ¿estaría la ojoazul dentro de esas personas? ¿Se alegraría de volverme a ver?
Cuando entramos a la propiedad mi mirada viaja en busca de su objetivo único y principal, pero solo rostros desconocidos se encuentran a mi paso, escucho ''bienvenido'', ''que bueno verte'', ''te vez muy guapo'' y otros cumplidos amables que respondo con una sonrisa forzado, tal vez, después de todo, mi yo idiota anterior seguía presente, cuando estoy por rendirme y renunciar a esperar más por encontrarla la cabellera rizada aparece en mi visión y sonrío, si él estaba aquí, ella seguramente estaría con él, ignorando a la chica que en algún momento llegó a mi caminó con decisión hasta el chico, el castaño frente a él de ojo azul, pero jamás tan azul y hermoso como el de Nora me mira y sonríe de manera amable, como saludarías a un viejo amigo, lo que me toma con la guardia baja.
—Oliver –dice y asiento, el castaño frente a él se gira y me sorprende no ver la sonrisa habitual en su cara.
—Leon –digo hacia él y miro al castaño que me fulmina con la mirada, si sus ojos dispararan estaría muerto y desangrado ahora mismo, ¿Qué le sucedía?, —¿Cómo han estado? –cuestiono sintiéndome incomodo, Harnold niega en señal de ''no voy a responderte'' lo que solo me confunde más.
—Está bien H, ya son 4 años –murmura y entonces entiendo, él me odia por lo que le hice a Nora... él me odia y no puedo juzgarlo.
—Hemos estado bien –dice finalmente pero aun en tono seco, él me odia totalmente.
—Nos casamos –presume el castaño a sus espaldas y mis ojos se abren, ¿es que las bodas son gratis? Una sonrisa aparece en mis labios, Nora y yo podrían...
—¡Nora –grita el castaño interrumpiéndome, me giro a prisa escuchando como mi cuerpo truena y maldigo.
Efectivamente vino Nora, pero no vino sola.
Estrellita y comentario por favor♥
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Obteniendo mi victoria.©
Teen FictionSegunda parte de "El que se enamora pierde" -------------------------------------------------------------- Obra registrada en safe creative. NR 1507024547768 Prohibida su copia y/o adaptación. Todos los derechos reservados © 2015