19. Capitulo final

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"Oliver...
Tuve que irme a casa, mañana tengo clases y no puedo faltar a dormir o papá se molestaría.
Gracias por lo de hoy."
Frunzo el ceño y siento como el hoyo en mi estómago crece, algo esta mal, algo esta muy mal.
Miro el reloj y maldigo al mismo tiempo que agradezco, me pongo de pie y me coloco la misma ropa intentando tardar lo menos posible, tomo las llaves y corro hacia el auto, enciendo el motor y meto dos mentas a mi boca al recordar que no he lavado los dientes, tomó mi celular y marco su número mientras arranco.
"Hola, soy Nora y como vez no puedo contestar, deja un mensaje y te llamo después" maldigo y cuelgo, intento de nuevo.
Un timbre.
Dos timbres...
Tres timbres...
"Hola soy Nora y..."
—¡carajo! -golpeo el volante y lo aprieto, "está en clases tal vez, tranquilo, todo esta bien, ella te ama" intentó calmarme y llamo de nuevo,
"Hola soy Nora y...."
Apagó su celular.

Te amo

Sus palabras vienen a mi mente y duelen.
—por favor no....
Detengo el auto frente a la universidad y bajo corriendo a la entrada, observo alrededor y cuando no la veo camino hacia la entrada.
—Solo alumnos -interrumpe el guardia mi entrada y maldigo.
—estoy buscando a una chica....
—Seguro que si...
—No, no lo entiende, es importante...
—tendrás que esperar...
—¿puede llamarla?, es Nora... Nora Dadario -utilizo su primer apellido esperando que así la reconozca pero el hombre niega.
—fuera -exige y quiero golpearlo, pero eso solo me metería en más problemas, me giro y cuando estoy por subir al auto una mano me detiene, un par de lindos y familiares ojos verdes me encuentran y la chica sonríe, Leah.
—se ha ido hace unos 15 minutos con su amiga, una rubia en una camioneta negra -dice y sonrío, me giro listo para correr al auto pero me detengo y la miro.
—te vez más hermosa sin tanto maquillaje -aseguro haciendo que sus mejillas se sonrojen y beso su frente, entonces corro hacia el auto.
"Una rubia en una camioneta nega"

Alan.

Tomó mi teléfono y le marco de nuevo a Nora, pero nuevamente me manda directo al buzón, conduzco hacia la casa de Paula esperando encontrarla allí.

Me relajo al ver la camioneta negra estacionada fuera seguida por el auto de Leon y el de Emma, estaciono detrás del de la hermana de H y bajo caminando hasta la casa, dos timbres después la puerta se abre, los ojos de Paula se abren y sonríe de forma falsa.
—¡Oliver! -grita tomándome por sorpresa y le sonrío de vuelta con incomodidad.
—Hola Paula... ¿Se encuentra Nora? -sus ojos se quedan sobre los míos pero no dice nada, —¿Paula?
—Perdón.... ¿Qué?
—Pregunté si...
—lo siento -dice mientras revisa su celular y traga saliva nerviosa.
—No Oliver.... Nora no se encuentra, de hecho no la vi... No fue a clases -dice y asiento, miente, miente y ella se lo pidió.
—oh... Bien, bueno, si la llegas a ver, ¿puedes decirle que la estoy buscando? -pido y asiente, intenta cerrar la puerta y pongo el pie, sus ojos se abren asustados y me mira, —¿y puedes decirle que la amo también? -el miedo desaparece seguido por algo que me hace sentir peor, sonríe de lado y asiente.
—Claro, yo le digo -asegura y asiento, me giro y camino hasta mi auto, subo y conduzco, cuando estoy seguro que he desaparecido de la vista de la casa detengo y bajo, marco el número de Alan, un timbre, segundo, tercero, buzón, intento de nuevo, primer timbre, segundo, tercero buzón, cierro los ojos y aprieto los puños, "esta bien, esta bien" intentó calmarme, marco de nuevo, buzón.
También apagó su celular.
Maldigo y busco el nombre de Harnold,  primer timbre, segundo timbre, tercer timbre...
—Oli..ver -duda y trago saliva.
—¿qué hay hombre? -digo con tranquilidad.
—Nada... Nada hay
—oh... Y ¿que haces?
—Yo.... Veo televisión -agrega a prisa como si fuera lo primero que se le ocurrió.
—oh, eso es genial, ¿qué ves?
-fútbol -suelta y con eso lo atrapo, el odia el fútbol.
—¿Nora está allí cierto? -pregunto directo porque se que sabe que esta allí.
—Oliver yo... No... -duda unos momentos y la llamada termina, niego y guardo mi celular, camino hasta la casa y sin hacer ruido salto la barda, camino hasta la puerta del patio esperado que la puerta este abierta y agradezco cuando descubro que así es, entro y camino hasta donde las voces se escuchan.
—Él sabe que estas aquí Nora, no es estúpido -escucho decir a Harnold.
—¿No se lo dijiste verdad? -ahora Paula.
—creí que lo harías ayer -Su hermana.
—Lo iba a hacer pero no pude... -dice ella y trago saliva, —él... Él fue a ver a su mamá -murmura.
—¿Él que? -la sorpresa de Alan es evidente.
—finalmente decidió que estaba listo para decirle adiós... No podía decirle que...
—¿y que pretendes hacer entonces? -pregunta Paula
—yo....
—¿simplemente no decirle nada? -la interrumpe harnold.

silencio.

—oh por dios Nora.... -la voz dolida de Harnold confirma su respuesta.

—no es sencillo ¿de acuerdo?, ¿qué se supone que diga?, Hey Oliver, ¿ves esa nube en forma de uva? O por cierto, mañana me voy del país.
—¿qué?
—Oliver.... -murmura miradome con ojos abiertos y poco color en el rostro.
—¿te irás?
—Oliver yo....
—¿cuándo lo decidiste? -la interrumpo, abre su boca y la cierra.
—Oliver déjame...
—¿Cuándo?
—hace un año pedí una beca para estudiar en España y hace un mes y medio me la dieron -dice finalmente y trago saliva, un mes y medio, entonces recuerdo su ida a la universidad, el misterio, su mentira.
—¿lo sabias? -cuestiono mirado a Paula, agacha la mirada, por eso se molesto cuando la encontró en casa, busco a mi primo pero esta mirando el suelo, miro a Harnold, abre su boca y la cierra en silencio, —creí que eras mi amigo... ¡Creí que éramos amigos! -grito y todos saltan, —y tu.... -el rostro de Alan se eleva consciente de que le habló a él, —eres mi primo... ¡Mi maldita familia!
—Oliver ellos no tienen la culpa, yo les pedí que me dejarán decirte a mi.... -interrumpe Nora interponiendose entre nosotros, mi mirada vuelve a ella, todo el tiempo que me ilusionó supo que se iba, pero aún así se me hizo creer que esto funcionaria, se quedó aún sabiendo que terminaría...
—¿fue una venganza? -pregunto y me mira, sus ojos se abren con sorpresa y después sonríe, limpia sus lágrimas y se encoge de hombros.
—Lo siento, estaba asustada -dice con burla y doy un paso hacia atrás, miro a todos y se encuentran igual de sorprendidos que yo, la miro de nuevo y niego.
—mentira...
—llorar no hará que te ame Oliver -suelta y doy otro paso atrás.
—No...
—oh, espera, aún falta mi favorita -dice y sé para frente a mi, —el que se enamora pierde Oliver, te lo advertí -miro su rostro esperando ver una reacción, la que sea pero que me diga que esta mintiendo, pero no lo hace, sacudo la cabeza y paso por su lado caminando hasta la puerta.
—¿sabes que es lo peor? -pregunto y me giro para verla, —que aún después de esto, sigo amándote -y entonces salgo.

De la casa.

De su vida.

Obteniendo mi victoria.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora