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18 de mayo, 2022
Miami, Florida.

—Gracias por acompañarme al aeropuerto familia. —sonrió y abrazó a cada uno, dejando a su madre al final.

—No hay nada que agradecer, tengo algo que darte Alex.

—¿Qué?

—Te las mando tu padre, Ayrton. —le brindó los sobres y ella los miró incrédula.

—Él tiene mi edad de muerto.

—Las mando para ti, léelas cuando te sientas preparada, ¿de acuerdo? Las encontré hace poco mientras acomodaba la recámara, así que, son tuyas mi niña, sé que lo necesitas. —su madre sonrió.

Pero por mucho que tenía ganas de llorar, miró a Tom, su padre, y fue a él buscando un refugio.

—Sabes que tú eres mi padre, ¿cierto? —preguntó Alex. —No hay nadie más para mí que tú.

—Lo sé, pero él también lo es, sé que siempre esperaste saber lo que él pensaba de ti, quizá allí encuentres respuestas, ¿no lo crees?

Asintió y Tom abrazó a Alex, ella siempre había encontrado consuelo en él, era el hombre de su vida, igual que Michal, pero Tom además de ser un gran jugador, había sido su padre por elección y eso lo hacía para ella el mejor hombre del mundo, además, en sus brazos encontraba paz, porque Tom era su padre, no había otra explicación.

—Gracias papi. —sonrió como si fuera una niña y volvió a despedirse de todos. —Me voy a España familia, hasta pronto.

—Nos vemos en Mónaco, no perdería la oportunidad de verte cumplir tu sueño más grande. —dijo Michal abrazándola. —Cuídate y saluda a Albon de mi parte.

—Seguro, adiós.

Tomo los sobres en su mano y los guardo en su chamarra, tomó su maleta y comenzó a caminar.

—¿Crees que voltee? —preguntó Vivian a Michal.

—No, ella no es así. —sonrió mirando a su hermana alejarse.

 —sonrió mirando a su hermana alejarse

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Bienvenida a España, guapa. —dijo Carlos en español recibiéndola en el hotel. —¿Como te fue con el americano?

Gracias matador. —sonrió y le dio un beso en la mejilla. —Genial, es un gran suceso, me agrada bastante a decir verdad, solo eso.

—Deberías de presentárnoslo.

—Si seguimos hablando, ira al GP de Canada, supuestamente, aunque no le creo.

—Genial, ¿y que hay de Paulo? ¿Todavía ronda tu cabeza?

—Intento que no lo haga, si te soy sincera, cuando estoy con ustedes no pienso mucho en él.

En sí no pensaba en él muy seguido, sobre todo menos cuando Max estaba allí, él de alguna manera hacía que dejara de pensar y se tranquilizara un poco, ese chico con apariencia de León malhumorado hacía que de alguna manera dejara de pensar.

Madonna | M.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora