Madonna | M.1

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capítulo para una de mis niñas alucinas @MariaDiazdeMorgan

—Dios ya estoy agotada. —Alex llegó sentándose en la silla donde le ayudarían a arreglarse, igual que a todas las mujeres de la casa. —Pero, se que va a ser una gran fiesta.

—¿Terminaste todo corazón? —dijo Max acercándose a ella.

—Si, ya quedo todo listo, los invitados comienzan a llegar a las dos, así que, ya pude venir a cambiarme. —él chico le dio un beso y sonrió. —You look amazing babe.

—¿Si? Solo es una camisa negra, como me dijiste.

—Te ves muy guapo. —asintió. —¡Y mira esos pequeños bebes! —dijo cuando miro a Luka y Lio llegar vestidos con una camisa y un pantalón de mezclilla. —Hacen que se me alborote la maternidad.

—Pues ya se están tardando. —dijo Fernando.

—El que se está tardando eres tú papacito, ya vas a los cuarenta y nomas nada.

—¡Tengo treinta y uno!

—Básicamente cuarenta.

—Cállate mejor, que si seguimos con esa analogía, tu ya tienes treinta.

—A mi se me resbalan tus comentarios nada que ver.

—¿Te gustaría el pelo lacio, recogido, ondulado? —interrumpieron la pelea.

—Lacio por favor.

—¿Maquillaje exagerado o natural?

—Natural por favor, solo mis pestañas si exagéralas ligeramente, me gusta que se vean largas.

—Claro. —las chicas sonrieron y comenzaron a peinar a Alex.

Su teléfono comenzó a sonar y suspiro, estaba cansada de atender llamadas todo ese día, era aburrido.

—Senna al habla.

—¡Alex, ya llegamos! —Natanael estaba hablando. —También ya están llegado una banda, ¿son los Angeles Azules? Y también un mariachi.

—Ey plebes, ¿no es ese Luis Miguel?

—¡Mierda, no me digan eso, apenas es la una. —su respiración se agitó. —Voy a apresurarme e iré enseguida, ¿quien más a llegado?

—Pues, estamos aquí, Oscar, Gabito, Junior, Peso y su primo Tito, Fidel y estos de Fuerza Regida.

—Estos, se dice los, baboso.

—Ay, cállense mejor, también están algunas otras personas que no conozco, una chica güerita con un chico alto y una chica de cabello negro largo.

—Dios mío, ya casi voy, solo que me terminen de hacer el cabello y me cambio. —suspiro. —Me mandas mensaje si llega mas gente.

—Ya que, también llego Kenia, ¿invitaste a Billie Eillish? Para ver si me emociono.

—Si, aunque no se si vaya, te dejo, avísame cualquier cosa.

—Seguro, adiós.

Colgó la llamada y miro al piso.

—¿Falta mucho?

—Un poco, ya casi acabo, tu cabello es muy manipulable.

—Y de tu maquillaje no te preocupes mucho, ya casi acabo.

—Emilian, amor, ¿puedes ir por mi vestido y zapatos?, están en...

—En la cama, si, ya voy preciosa.