Madonna | M.1

25

—¡Tiene jacuzzi! —dijo Alex dejando su maleta a un lado de la puerta. —Max en serio este hotel es woah.

—Bueno, lo mejor para los mejores.

Tocaron la puerta de la habitación y Max fue quien abrió, recibiendo una bolsa grande y naranja de Hermes, miro a Alex en el balcón.

—La vista es sumamente genial. —dijo Alex volviendo a entrar. —¿Qué es eso?

—Es un regalo de no-cumpleaños para ti, porque lo vi y me gusto, pero Victoria, mi hermana, es sumamente especial así que, pensé en dártelo a ti. —le dio la bolsa naranja y Alex la miro dudosa.

—Pero Max, esto es de marca y sumamente caro.

—Solo tómala y ábrela, es algo sencillo, en verdad.

—Pero...

—Alex, tómala fue mas caro nuestro viaje a Londres que lo que hay en la bolsa.

La tomo dudosa y se sentó en la cama para ver que era lo que había dentro. Primero miro el vestido verde esmeralda.

—¡Es un vestido! —sonrió y lo extendió. —Es un vestido verde esmeralda, como el de Elvira.

—Dijiste que querías uno, no es el mismo modelo pero, ese creo que se te vería bien. —Max sonrió. —Y en la caja hay un complemento para el vestido.

Alex saco la caja y la abrió, encontrándose una tarjeta de autenticidad, con un número de serie.

—Max no es cierto. —tomo la bolsa cubierta con un cubre polvos y miro la bolsa Birkin color verde. —¡Es una broma! ¿Sabes lo difícil que es conseguir una bolsa Birkin? Yo llevo casi un año esperando para comprarle la suya a mi mamá.

—Lo supe cuando pedi que me consiguieran una para ti, jamás había comprado bolsos, así que, si ahora ya lo sé.

—No debiste. —dijo Alex.

—Es para que lo uses mientras estamos aquí, te iba a comprar joyería pero he visto que te gusta mas la joyería plateada.

—Si, pero para cuando me ponga esto, o use la bonita bolsa que le acabas de dar usare cosas doradas. —sonrió y se acercó a él, lo abrazó. —En serio mil gracias, aunque ya paso un mes de mi cumpleaños y es un regalo sumamente caro.

—Si pero, no te preocupes por el dinero porque mereces eso y más, dile eso a quien sea tu futuro novio.

—Eso dice la canción que hicieron para mi en la época que intente ser rubia.

—¿Es en serio?

—Si.

—¿Dónde puedo ver eso? No puedo ni siquiera imaginarte rubia.

—Solo no te vayas a burlar.

Busco en su teléfono las pocas fotos de ella rubia y le mostró la que ella consideraba que era la mejor.