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25 de mayo, 2022
Montecarlo, Monaco.

¿Sabes que es lo mejor de Mónaco? El vino, es sumamente barato. —Michal sonrió y abrazó la botella de vino. —Es increíble que tengas acceso a vino en el hotel sabiendo que vas a correr aquí.

—Bueno, es solo Mónaco, el premio más importante de la Fórmula 1, literalmente, medio Europa viene aquí a ver quién ganará un premio de la triple corona, y aquí tienes a tu hermana, la futura ganadora de su tercera corona.

—Presumida, lo dejaré pasar porqué literalmente gracias a ti me emborracharé gratis esta noche.

—Si como sea, me iré a mi habitación, veré si puedo ver una película o dormir aunque sea un rato. —sonrió y despeinó el cabello largo de su hermano, provocando que él riera.

—Diviértete guapa.

—Igualmente y no tomes mucho por favor porque no quiero que nuestros padres me regañen por tu culpa, o te mataré yo a ti.

—No lo haré.

Alex salió de la habitación, sabiendo que muy probablemente Michal tomaría en exceso esa noche, aunque por su resistencia nula al alcohol, se embriagaría muy fácilmente.

Alex salió del baño, se secó el cabello, dejándolo lacio porque no quería batallar al día siguiente alaciándolo, hizo su rutina de skincare y se estaba preparando para dormir hasta que tocaron la puerta de su habitación

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Alex salió del baño, se secó el cabello, dejándolo lacio porque no quería batallar al día siguiente alaciándolo, hizo su rutina de skincare y se estaba preparando para dormir hasta que tocaron la puerta de su habitación.

Al abrir, miró a Max, estaba vestido con un pantalón negro entallado, una camisa negra, una gabardina negra encima y una gorra.

¿Iba a ir a robar? sinceramente le hizo gracia sus pensamientos aunque no se rio.

—¿Te desperté?

—No, me acabo de salir de bañar, pasa. —se hizo a un lado y Max entro, así que ella cerró la puerta, siguiéndolo. —¿Qué pasó?

—Quiero llevarte a un lugar, ¿puedes acompañarme?

—Deja me pongo algo digno de Mónaco.

—Solo iremos a un mirador, no es tan importante lo que lleves puesto, además, así te ves bien. —Alex lo miró encogerse de hombros y suspiró.

¿Por qué los hombres nunca entendían el estilo de las mujeres? Aunque bueno, ella nunca era de arreglarse mucho, siempre había sido más del tipo despreocupado y que usaba ropa cómoda.

—Bueno, deja imagino que soy una chica millonaria que acaba de recibir una gran herencia que saldrá con un chico millonario que trabaja en la empresa de su padre a comer juntos a un restaurante o algo así. —se encogió de hombros y abrió su maleta comenzando a buscar entre sus pertenencias.

—¿Quieres hacer eso? ¿Salir con un millonario? Porque saldrás conmigo, tus escenarios no son tan alejados a la realidad.

—Presumido, sinceramente lo que sea que hagamos será divertido Max, pero aún así me vestiré bonito porque literalmente todo aquí es lujo y no quiero ser la rarita que lleva puesta una pijama. —se quitó la playera quedando en un top deportivo y se puso un suéter negro de lana, se puso unos tenis y tomo una gabardina. —¿Esto es muy de Monaco?

Madonna | M.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora