𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐲 𝐌𝐚𝐫𝐲→𝙼𝚞𝚣𝚊𝚗 𝚡 𝙾𝙲 𝚐𝚒𝚛𝚕

0.8 " 𝐹𝑟𝑖𝑜𝑠 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠"

"𝐸𝑙 𝑡𝑟𝑢𝑐𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑒𝑛 𝑠𝑒𝑟 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑠𝑖𝑛 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑡𝑒𝑟𝑛𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑎𝑙𝑚𝑎"

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Estar en la cascada era lo más difícil que había hecho, debido a la cantidad de agua y a la distancia caían como rocas en sus hombros, los primeros intentos fueron un desastre hasta que conoció a Inosuke que le grito a Tanjiro que debían recitar palabras para mantenerse concentrado.

— ¡Mizuki es increíble! — grito Zenitsu mirando como la albina mantenía la calma en la cascada.

— Es su tercer intento— Tanjiro estaba tirado en una de las rocas— hace el mismo entrenamiento que nosotros y siempre tiene energía.

   La chica completo el reto luego de un tiempo, Cumplió el resto y solo quedaba el de la roca aunque se rehusaba a intentarlo mientras se reía viendo a Inosuke sufrir intentando moverla.

— Sobre eso Geya-Kun me menciono algo sobre como pasarlo, hay que pensar en cosas que te den energía y concentrar la energia— hablo Tanjiro emocionado por su descubrimiento.

— Vale así que solo empieza a a pensar en onigiris o dormir y así la mueves wow eso sin dudas en asombroso— Ante el sarcasmo de Mizuki Inosuke se río cayendo al suelo tras intentar mover la roca— No se dile a el que te dijo que comparta de la que fuma.

— creo que tiene sentido— Tanjiro de quejo ante las risas de los otros tres.

— Tal vez — admitió ella y se levantó caminando un par de pasos— A ver, voy a intentarlo y si no funciona me deberás cincuenta onigiris.

— ¡Hecho! — Tanjiro sonrió mirándola— Y si funciona te doy venticinco  por el intento.

— ¡Vamos Mizu tu puedes! — grito Zenitsu animandola.

— Tu puedes rata blanca.

  Le mostró el dedo medio a Inosuke y luego suspiro, sostuvo la Cruz con sus dedos, cerró los ojos y sintió su corazón latir en tristeza.

Recordó aquel invierno en medio de los pinos, la fogata estaba encendida pero hacia frío debido a la nieve que insistentemente bañaba el panorama, en medio de aquel frío atardecer ella miraba aquellos ojos azules que le calentaban el corazón.

— Te amo con todo mi corazón Mimi— el era tan dulce que le calentaba  el corazón en medio del invierno— Y siempre vamos a estar juntos.

   Las lágrimas cayeron y toda su furia y fuerza se concentró en sus brazos y piernas, le dolía el cuerpo mientras intentaba mover la roca pero sin más esta cedió y la arrastró cargando toda su tristeza y furia.

   Recordo esa misma noche, cuando llegó a casa luego de ir a comprar un regalo para su chico en la ciudad, la puerta estaba abierta y cuando entró la sangre cayó como una cascada u mostro sus botas.

— ¡AHHH! — grito de tristeza empujando la roca.

  La movio lo más fuerte que pudo, escuchaba las voces de los otros corriendo a sus espaldas, cuando cumplió el tramo se detuvo cayó al suelo envuelta en un mar de lágrimas.

— Mizuki eres genial— Zenitsu se quedó en silencio sorprendido al verla llorar.

  Ella ya no dijo nada solo se sentó, Tanjiro se acercó a ella y la chica lo abrazo con fuerza llorando con todas sus ganas en su hombro temblando ante los recuerdos hasta que se cansó y se apartó secándose las lágrimas.

— Me debes unos onigiris— dijo con una sonrisa débil mirando al de cabellos rojizos.

— ¡Te daré los cincuenta! — grito Tanjiro animado.

— ¡Yo también quiero Tanjiro! — grito Zenitsu animandose.

— ¡Y yo muevanse malditos idiotas! — Inosuke grito y luego tomó la muñeca de Mizuki para hacerla correr.

  La chica estallo en risas corriendo con ellos hasta las cábañas de descanso, al final de la noche ya habían comido tanto que a penas podían moverse, Tanjiro los miro feliz de que les gustarían los Onigiris que hizo y luego dormio plácidamente junto con ellos en el suelo de la Sala.

   Mizuki decidio quedarse hasta que sus compañeros completarán el resto de retos y presencia que Tanjiro sería el primero, así que durmió plácidamente esa noche.

  A  la mañana siguiente lo unico que hizo fue merodear por los alrededores, práctico un poco de combate cuerpo a cuerpo con  Inosuke y analizó una pelea entre Tomioka y Sanemi que vio cuando iba de paso.

  El resto del día fue aburrido así que pensó en volver a la ciudad a molestar a el hombre raro llamado Reed  a quien le encantaba sacarlo de quisio.

  De hecho claro que le acusaba curiosidad, no creía mucho en la mentira de que era parte de la compañia antes, pero tampoco le dio mucha importancia seguro solo era un idiota intentando fingir ser interesante lo cual a Mizuki le acusaba demasiada gracia.

   
— ¿Vas a salir? — pregunto Tanjiro mirándola desde el pasillo.

  Esta vez pensó en escabullirse desde la entrada principal pero casualmente Tanjiro estaba despierto sentado ahí, cuando la vio ya era tarde, llevaba de nuevo el kimono que le regaló Mitsuri y esta vez su cabello estaba recogido en una perfecta coleta.

— No te puedo mentir— dijo relajando sus hombros— ¿Serviria de algo que te dijera que lo siento por irme asi?.

— Eres una adulta no tienes que disculparte conmigo.

  Eso la hizo sonreír, decidió sentarse en la entrada junto a él y mirar la Luna brillando en el cielo.

— Tanjiro ¿Que harías si te encontrarás con Muzan? — pregunto dudosa mirandolo— ¿Solo lo matarias?.

— Creo que le preguntaría la razón de su egoísmo, pero nada más que eso, lo mataría sin dudarlo— Le sonrió animadamente.

— Esa es una respuesta que por supuesto dirias— sonrió ampliamente— Volveré temprano.

— Vale vale

— No le digas a Inosuke.

— No le diré.

— Ni a Zenitsu.

— Miki no le diré a nadie así que puedes ir que cuando vuelvas te haré katsudon, solo cuidate.

— ¡Ah eres el mejor amigo del mundo! — lo abrazo con fuerza y luego se levanto— Nos vemos más tarde Tanjiro.

  Recorrió de nuevo la misma ruta larga de siempre mientras tarareaba, así el camino se hizo corto, a penas llegó la recibieron las farolas de las calles y no pudo hacer más que sentirse inmensamente feliz mientras caminaba mirando los adornos con curiosidad.

— Dame el maldito frasco.

—¡Hola Reed buenas noches! Hoy hace una noche bonita— fue sarcástica con una entonación falsa de alegría.

  Frente a ella Muzan que siempre aparecía cuando llegaba la miraba con todas las ganas de acabar con su vida en esa calle, pero ella solo soltó una risa divertida sacando el pequeño frasco de fármacos de su bolsillo para mostrarselo con una sonrisa.

— Yo también tengo algo de curiosidad sobre algunas cosas, Reed.