𝑗𝑢𝑔𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜
𝑦 𝑦𝑜 𝑚𝑒 𝑞𝑢𝑒𝑚𝑒¿𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜?
𝒎𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒐 𝒂𝒓𝒅𝒆𝒓
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Muzan seguía en la cama escuchando todo con atención mientras ella lo abrazaba entre las mantas.
Mizuki hablaba con la calma de un arrolló pero su historia era tan pesada y cargada de odio como un mar enfurecido en el infierno.
Muzan sabía que ella odiaba algo desde que la vio, siempre creyó que lo odiaba a el pero ahora sabe que no es así, incluso si Mizuki quiso matarlo en algún momento.
Ella no amaba a los miembros de la iglesia y asumía la culpa de la muerte de quien amaba por obligarlo a irse con ella por su egoista deseo de ser feliz.
Mizuki Mori se odiaba a ella misma a tal grado en el que se culpaba de todas las veces que su vida se vio destruida, aunque también culpaba a Muzan, el odio en su corazón no era para el si no para ella.
— Eres hermosa— no supo de que parte salió esa pequeña frase, simplemente lo dijo mientras sus dedos se enredaban en los cabellos blancos de Mizuki.
— Gracias demonio pervertido que seduce a niñas.
— No eres una niña— se quejó indignado alejando sus manos para mirar a otro lado que no fueran los ojos grises de Mizuki.
— Claro que si, tu ya debes tener más de cien añitos — dijo para luego soltar una carcajada que hizo molestar más a Muzan.
— Eres irritante.
— Soy hermosa tu mismo lo dijiste, soy tu bella Rosa.
—¿Que? — Muzan la miro de nuevo.
Sintió que sus niveles bajaban y subían al escuchar lo último.
— Que soy tu Bella Rosa Kibutsuji Muzan. — dijo ella con voz aterciopelada.
No respondió simplemente la miro de nuevo con una mirada mordaz y fría pero ella con una sonrisa lo beso y el sin más correspondió.
No sabía que el simple hecho de que Mizuki pronunciara las simples palabras de "soy tu... " que significa que era algo suyo, algo de el y que lo completará con "Hermosa Rosa" quedó tan perfecto que pensó en crear un Jardine de Rosas blancas en todo su Palacio solo para Mizuki.
— Quiero quedarme aquí por siempre— dijo ella deslizando sus dedos por el cabello del demonio— Quisiera que no hubiera una brecha tan grande entre nosotros Muzan.
— Eres mi Rosa, Mizuki, no existe nada que nos mantenga lejos.
—¡vaya que romántico que eres! — grito ella con las mejillas Rojas mientras lo abrazaba.
—Intentaré hacer todo rápido por ti.
Por un rato hubo silencio, la atmósfera pacífica se daño cuando dijo esas palabras, porque en el fondo Mizuki sabia que el no iba a detener un plan de toda una vida por ella y el sabia que si ella se lo pedía podía hacer algo para hacerla feliz pero no dejaría lo que realmente quería hacer.
— Por eso si tu quieres hacer lo que sea que quieres hacer no te obligare a no hacerlo Muzan, pero no dejaré que mates a más personas ya han sufrido demasiado.
Las palabras lo tomaron por sorpresa, es decir realmente esperaba verla mirándolo con los ojos vidriosos diciéndole que en realidad no necesitaba ese poder que tanto quería.
Que estarían bien solo ellos dos en el castillo infinito, pero no esas palabras.
— Te tomas su sufrimiento muy personal.
— Es imposible no hacerlo si estoy en la misma cama de quien si les ha hecho un terrible daño — dijo levantándose para mirarlo.
El demonio no dijo mi una sola palabra, solo miro como el cabello de Mizuki parecía brillas con la luz del fuego de la chimenea, como sus ojos reflejaban el rojo en sus propias pupilas y como sus labios se veían rosados pero un poco hinchados también sonrió al verla, al ver cómo solamente llevaba la camisa de botones que él usaba antes, la cual a ella le quedaba inmensamente grande.
— Muzan... No te pido que no hagas lo que harás porque se que pedirte lo no sería suficiente pero, posponlo.
— No lo hare, todo debe darse así Mizuki, incluso si quieres o no, no puedes cambiar las cosas.
Estaba tan cerca de cancelar muchas cosas por ella, pero aún tenía un margen, como la misma Mizuki dijo, aun existía una brecha demasiado grande entre quererla y amarla más haya de todo lo que tenía preparado para al fin llegar a lo que quería.
— Dejame disfrutar esto antes de que lo destruyas — dijo con una voz más fría de lo usual — si vas a acabar conmigo entonces dejame ser feliz una última vez antes de que hagas lo que quieres .
Esa suplica fue suficiente incluso si no cancelaba todo le concedería eso, la haría feliz y la dejaría ser feliz.
— Ellos...— No me preocupan ellos me preocupas tu, tu eres el que va a morir Muzan pero eres tan ingenuo que crees que no.
Muzan se sentó en la cama de inmediato fulminandola con la mirada mientras ella se levantaba, nisiquiera reparo en como su camisa le cubría hasta las rodillas y como ya se movía tranquila debido a que el resfriado ya se había ido.
— Dame dos semanas — dijo ella recogiendo su kimono del suelo— dos semanas en la sede, dejame querer un poco más a quienes están ahí y luego nos encontraremos aquí.
— No voy a...
— Lo harás Muzan— ella giro y cuando sus ojos grises le perforaron el corazón supo que no tenia otra alternativa.
Muzan jamás desistiría de su plan, no por un amorío, pero pensaría en posponerlo, al menos lo pensaría un poco, no dijo nada mientras la veía vestirse y cuando ella acabo y se giro a mirarlo sintió un terrible peso que nunca había sentido antes.
Una mirada demasiado cargada de amor y sentimientos una que no sabia como le había causado tantos estragos.
Mizuki no quería verlo muerto y el no quería verla infeliz, pero no se lo puede obtener todo en la vida.
— Nos vemos aquí en dos semanas a media noche— dijo de manera tranquila como quien proclama un juramento.
Juro que diría que no, juro que esta vez se negaría a esos ojos grises pero simplemente asintió mirando como ella se iba.
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𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐲 𝐌𝐚𝐫𝐲→𝙼𝚞𝚣𝚊𝚗 𝚡 𝙾𝙲 𝚐𝚒𝚛𝚕
Fanfiction"𝙽𝚘 𝚟𝚘𝚢 𝚊 𝚕𝚕𝚘𝚛𝚊𝚛 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚒, 𝚗𝚒 𝚌𝚛𝚞𝚌𝚒𝚏𝚒𝚌𝚊𝚛𝚎 𝚕𝚊𝚜 𝚌𝚘𝚜𝚊𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚜" Mizuki fue criada en la iglesia donde lo más importante era la fe, la divinidad y la bondad, hasta que su corazón la lleva a traicionar todo l...