1

637 78 249
                                    

Tom.

Habían pasado dos semanas desde que le había pedido a Andy que le hiciera llegar una carta a Bill, sabia perfectamente que ellos seguían manteniendo contacto, incluso después de siete largos años.

Yo había decidido mantenerme al margen completamente, y había obligado a todos y a cada uno de los Encadenados a que ni me hablarán de Bill ni a Bill le hablaran de mi.

Así sería más fácil para él, y algunos días (pocos) también para mí.

- Tom... ¿con que intención quieres que le envié esta carta a Bill? -No sé a qué mierdas venía esa pregunta por parte de Andy, pero estrujaba la carta en sus manos como si fuera a romperla en cualquier momento, venga, no me puto jodas que los celos injustificados estaban saliendo a la luz siete años después.

- ¿Cómo que con qué intención? Andy, mira que hay que ser cortito, Gore ha muerto, el muñeco tiene que saberlo, tiene que volver con nosotros.

Andy puso unas caras muy raras y sin más salió del que ahora era mi despacho en la nueva sede de los Encadenados. El sótano en el que Bill fue secuestrado. Aquella vieja comisaria volvió a abrir sus puertas, de día era una comisaria normal y corriente, liderada por Black; pero por las noches ahí dentro se cocían todos los trapicheos de los barrios bajos.

Mi vida durante estos siete años... había sido diferente en muchos sentidos.

Seguía siendo el líder de los Encadenados, el único e inigualable capitán. Pero ahora lo era entre las sombras, tanto Andy como Ricky ahora eran la parte visible. Yo simplemente me encerré entre aquellas cuatro paredes, y pasé años investigando, buscando, trazando planes y dando caza a todos y cada uno de los 143 Caídos que habían apoyado a Gore en su estúpida guerra contra mí.

Y en cuanto este ultimo cayó... No dudé ni medio segundo en ponerme en contacto con él, con mi muñeco.

- Oye, ¿tú estás seguro de que enviaste la carta? Como a ti se te haya pasado por la cabeza la idea de no hacerlo te juro que te meto la paliza de tu vida, eh. -Acabé acorralando a Andy una noche mientras intentaba entrar a su casa, no tenía ni puta idea de porque pero últimamente tanto él como Ricky me evitaban cada vez que podían.

- Sí Tom, envié tu dichosa carta, hace dos semanas, uno de mis agentes literarios de Hamburgo se encargó de dejarla en su buzón. -Rechistó abriendo lo justo la puerta para solo pasar él y poder seguir evitándome. ¡Y una mierda! metí mi pierna en el umbral de la puerta y me colé allí dentro con él.

- No tiene puto sentido. En la carta iba mi número y un billete de tren hasta Stuttgart para hace tres días, y ni me ha llamado ni se ha presentado aquí. ¿QUÉ MIERDAS ESTÁ PASANDO? -Empezó a entrarme la mala hostia y acabé tirándome en el sofá de Andy mientras él me miraba desde la puerta sin decir nada.

- Tom... tú mismo nos pediste que no te contáramos nada de él ni de su vida. -Quiso dar por terminada la conversación con esa mierda de afirmación y volvió a abrir la puerta señalándomela para que saliera por ella.

-¡Eso fue hace siete putos años! Además, Gore ya está muerto, ya no hay peligro. No sé porque mierdas estás así de raro, si son celos te los puedes ir metiendo por el cu...

- ¡ÉL SABE QUE GORE ESTÁ MUERTO! ¿VALE? BILL SABE QUE GORE ESTÁ MUERTO DESDE EL MISMISIMO DÍA QUE MURIÓ. -Me interrumpió mientras daba un fuerte portazo y empezó a caminar hacía mí.

- MENOS SENTIDO TIENE ENTONCES. -Yo también me puse en posición de ataque, levantándome y quedándome a pocos centímetros de su cara. Dispuesto a llegar a las manos en cualquier momento.

Muñeco encontrado (5ª temporada MUÑECO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora