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Bill.

Había sabido que era Tom desde el primer momento que se acercó a mí. Desde que olí su colonia mezclada con su sudor, desde que su piercing brilló en su labio, desde que sus manos tocaron las mías para esposarme.

Era él, no podía ser otro. Y extrañamente no me molestó, es más, hizo que mi pene empezará a despertar.

¿Qué hacía así vestido? ¿Qué hacía siguiéndole el juego a la Drag Queen? ¿Qué pretendía?

 - Tranquilo, también es mi primera vez. Seguro que lo haces genial. -Acabé entrando al juego, fingiendo que no sabía que era él... Esperando, ansioso por saber hasta dónde llegaría. 

Y nunca imaginé lo que pasaría.

Prácticamente me folló. Sin penetrarme, sin besarme. Solo con su lengua y su cuerpo, activó cada célula de mi ser, y la hizo arder. Me hacía querer más y más. Y no podía echarle la culpa al alcohol en mis venas, pues todo se me vino abajo en cuanto puse un pie en ese escenario.

Su anillo no dejaba de saltar sobre su pecho, cubierto de aceite, cubierto de mi saliva. Mi cabeza era un constante: "para", mi cuerpo era un insaciable "ni se te ocurra". Y yo solo me dejaba llevar por mis instintos. Y yo solo me dejaba hacer. 

Tom no paraba de restregarse, de botar encima de mí. De gemir en mi boca, de tener su frente junto a la mía. Y me vi siendo yo el que también buscaba su roce, el que le ayudaba a saltar encima de mí, el que buscaba su boca, el que necesitaba su tacto sobre mi piel. 

Estaba a punto de explotar. Mi erección cada vez iba a más, empezaba a dolerme, a estar mojada. Quería más, necesitaba más.

Pero la música paró. Y Tom se quedó inmóvil. ¿Ya está? 

- Llévame ahora mismo al hotel, y fóllame como si estos siete años no hubiesen pasado. Hazme daño, destrózame por completo. -Acabé cayendo, dominante pero a la vez suplicando. No podíamos parar ahora. No. Sí que podíamos, pero no quería.  

Tom me miraba confuso. Como si esperara que nunca hubiese adivinado que era él. Como si esperara asco y rechazo por mi parte. Y habría sido lo... esperado. Pero mi cabeza hacia rato que se había callado, y ahora solo hablaba mi cuerpo, mis ganas. 

- ¡QUE ALGUIEN SUELTE A LOS PERROS! -Gritó Helem subiendo al escenario, cogiendo la porra que estaba en el suelo, medio dándole azotes a Tom con ella. - ¡CREO QUE TENEMOS UN POLI CORRUPO ENTRE NOSOTROS! ¿Qué ha sido eso, cariño? Has revolucionado a todos nuestros presos, y ahora cumplirás cadena perpetua porque has robado todos y cada uno de sus corazones. 

Tom sonreía, dejando mi cuerpo. Atento a las palabras de Helem, el cabrón estaba disfrutando de ser el centro de atención. El hijo de puta hasta mandaba guiños y besos a la gran cantidad de tíos que estaban a los pies del escenario, gritando como quinceañeras en un concierto de Justin Bieber. 

¿Y yo qué? ¿Ya se había olvidado de mí?

- ¿Y tú, adorable pequeño? ¿Qué es esa erección? Parece que alguien ha disfrutado mucho de su castigo... -Helem me hizo levantarme, muerto de vergüenza. Dándome cuenta de verdad que yo también estaba sobre un escenario, completamente expuesto. ¿Qué cojones?

- MUÑECO, EL CAPITÁN SE VA A ENFADAR DE LA HOSTIA. -Gritó Ricky desde los brazos de Georg, que no tardó mucho en poner mala cara con ese comentario. ¿En serio no eran capaces de reconocer que el policía era mi hermano?

- Pues esperemos que ese capitán no haya visto nada, señor agente... guardaremos el secreto, ¿verdad? -En ese momento me di cuenta de que Helem sabía que era Tom, o más bien que sabía quien era Tom en mi vida, al menos más o menos. Con su ayuda... mi hermano había hecho todo esto. 

Muñeco encontrado (5ª temporada MUÑECO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora