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Tom. 

- Puedes aparcar dentro, hay sitio. -Me dijo Bill señalando hacia la cochera en la que había hecho guardia hace dos días. Sacó las llaves de su bolsillo, y apretando en un pequeño mando, las puertas se abrieron. 

- Mi coche es tres veces más grande que el tuyo, ¿estás seguro? -Dudaba muchísimo que la plaza del deportivo fuera suficiente para mi Cadillac.

- Sí, sí, si el coche de Derek tampoco está, puedes aparcar ahí. -Entrando a la cochera me indicó por donde tenía que ir.

- ¿No está el chucho en casa?

- Sí que está, lo que no está es su coche. Que lo cogí para recoger el mío, y lo dejé en el polígono.  

- Has dejado el coche de tu novio, en mitad de un polígono, un viernes noche. Haces lo que quieres con él, como si fuera tu muñeco... -Bill había aprendido bien de mí, se había vuelto fuerte, tanto física como emocionalmente, y ahora era él el que manejaba a las personas como quería.

- Ni se te ocurra comparar. Yo no me aprovecho de Derek. Y tampoco hacemos siempre lo que yo quiero, muchas veces sí, pero no siempre. -Empezó a reírse dándose cuenta de que más que un amo solamente era un caprichoso. 

- Yo también empecé a encapricharte en todo, quizás demasiado tarde, pero lo hice.

- ¿Y ahora vas a seguir haciéndolo? -Ahora era yo el que se quedaba pillado, por no saber si se me estaba insinuando o si en cualquier momento me pediría que me fuera si yo afirmaba que cumpliría cada uno de sus deseos.

- Depende. -Decidí dejar la respuesta abierta mientras terminaba de aparcar. -Siempre dependerá de si lo que me pides es que te quiera o que te suelte. 

- Tom... 

- No, si vas a decir cualquier mierda para intentar negarlo mejor no digas nada. Tengo dos semanas, tiempo de sobra para demostrarte que lo que digo es verdad. La primera vez necesité mucho menos para atraparte. -Le sonreí jugando con el piercing de mi labio.

- Ahora es diferente, ahora no soy un manojo de hormonas que se deja manipular. -Se quitó el cinturón e intentó salir del coche, pero lo paré antes de que sacara un pie fuera.

- Te conozco mejor de lo que te va a conocer nadie, te quiero como no he querido a nadie en mi vida, he esperado siete años para poder llegar aquí, siete años en los que no he parado de pensar en ti ni un solo día. Así que no, no son solo calentones tontos lo que me han hecho esperar tanto tiempo, no es tu jodido culo lo que ha hecho que me meta en peleas un día sí y al otro también. Estoy aquí, muñeco. Por ti, y por nosotros. 

Y como llevaba pasando estos dos días... Silencio. Bill ni si quiera parpadeaba, quizás me había pasado de sincero, de cursi, esa versión tan anti yo salía cada vez con más facilidad desde que volvía a tener a Bill a pocos metros. 

- Yo... -Pero volvió a callar, mordiéndose el labio inferior, no me provoques, muñeco...

- Sí, tú. Vamos, que por mucho que Derek sea tu perrito faldero fijo que ahora está cabreado, y no quiero perdérmelo.-Ahora fui yo el que salió del coche, y Bill tardó casi un minuto en reaccionar e imitarme. 

Solo llevaba un par de días en Hamburgo, y ya había dado la vuelta a su mundo. Seguía con la tontería de que se iba a casar con Sparky, pero no había sido capaz de decirme claramente que le quería, y también había dejado caer que no era feliz.  

Yo me encargaría de que me quisiera y de que fuera feliz.

Hicimos el mismo camino que le había visto hacer con Derek, y recordé el patético espectáculo que se había marcado hace un par de noches justo en esta misma calle. 

Muñeco encontrado (5ª temporada MUÑECO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora