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Los días se habían convertido en semanas, y las semanas en meses, desde que Meredith había pronunciado su primera palabra

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Los días se habían convertido en semanas, y las semanas en meses, desde que Meredith había pronunciado su primera palabra. El progreso de la pequeña había sido notable. Aunque sus palabras seguían siendo limitadas, ahora comenzaba a llamar a Aizawa "papá" de forma más regular y con una claridad que llenaba de esperanza a su cuidador.

Cada vez que Aizawa escuchaba la palabra "papá" salir de los labios de Meredith, sentía una mezcla de alegría y responsabilidad. Había sido un camino largo y arduo, pero ver a Meredith avanzar de esta manera hacía que cada esfuerzo valiera la pena.

Una tarde, mientras Aizawa leía en la sala, Meredith se acercó con su peluche favorito en brazos.

─Papá, juega ─dijo, extendiendo el peluche hacia él.

Aizawa sonrió y dejó su libro a un lado, aceptando el peluche.

─Claro, Meredith. ¿Qué quieres jugar? ─preguntó con suavidad.

Mientras jugaban, Aizawa no podía evitar sentirse emocionado por cada pequeño logro de la niña. Sin embargo, esa paz se interrumpió abruptamente cuando recibió una llamada urgente de la Comisión de Héroes.

─Aizawa ─la voz del jefe de la Comisión sonó grave al otro lado de la línea.─ Necesitamos hablar contigo. Es urgente.

Poco después, Aizawa se encontró en una sala de reuniones de la Comisión, enfrentándose al jefe y a varios otros altos mandos. La tensión en el aire era palpable.

─Aizawa, hemos recibido informes de que Meredith, la niña que estás cuidando, ha comenzado a hablar más frecuentemente ─comenzó el jefe, su tono frío y calculador.─ Necesitamos que obtengas información de ella sobre su tiempo en el laboratorio. Es crucial para nuestras investigaciones.

Aizawa frunció el ceño, sintiendo una ola de protectividad hacia Meredith. Sabía que la Comisión tenía sus razones, pero también sabía que la pequeña apenas comenzaba a adaptarse a su nueva vida.

─Es una niña que apenas ha comenzado a hablar y a adaptarse al mundo real ─respondió Aizawa con firmeza.─ No puedo presionarla para que hable de algo que probablemente ni siquiera entiende completamente.

El jefe de la Comisión no pareció impresionado por las objeciones de Aizawa.

─Entendemos tu preocupación, Aizawa, pero necesitamos esa información. Cada detalle que Meredith pueda recordar es vital para detener a quienes la pusieron en esa situación en primer lugar.

Aizawa respiró hondo, tratando de mantener la calma.

─Forzarla a revivir esos traumas podría causar más daño que bien ─dijo.─ Debemos ser pacientes y permitir que hable cuando esté lista.

Uno de los otros miembros de la Comisión intervino, su tono más conciliador.

─Aizawa, comprendemos la dificultad de la situación. Pero necesitamos tu colaboración. Puede que no estemos pidiendo que la interrogues, pero cualquier cosa que ella mencione espontáneamente podría ser útil. Simplemente mantén los oídos abiertos.

𝐏𝐚𝐩𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞『𝐀𝐢𝐳𝐚𝐰𝐚 𝐒𝐡𝐨𝐮𝐭𝐚』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora