¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La noche había caído sobre la U.A., y aunque el campus había vuelto a la calma después del ataque de la Liga de Villanos, la tensión aún se palpaba en el aire. En una habitación del personal, Aizawa estaba intentando calmar a Meredith, quien se encontraba inquieta y ansiosa después de la experiencia traumática. La niña, con grandes ojos llenos de preocupación, no parecía querer dormir.
─Shhh, Meredith. Está bien, todo está bien ahora ─susurraba Aizawa mientras la acunaba en sus brazos, tratando de calmarla.
Pero Meredith seguía retorciéndose, sus pequeños sollozos mostrando claramente su estado de ansiedad. Aizawa, aunque agotado, mantenía su paciencia, sabiendo lo crucial que era para la recuperación de Meredith que se sintiera segura.
─Papá... no quiero dormir ─dijo Meredith, sus ojos llenos de lágrimas.
En ese momento, Present Mic, que había estado ayudando a Aizawa, entró en la habitación con un biberón de leche tibia.
─Hey, pequeña. Mira lo que tengo aquí ─dijo Mic con una sonrisa amable.─ Un poco de leche para ayudarte a relajarte.
Meredith miró el biberón y luego a Mic, aún con los ojos llenos de dudas. Aizawa la sentó suavemente en su regazo y tomó el biberón de manos de Mic.
─Gracias, Mic ─dijo Aizawa, esbozando una pequeña sonrisa de gratitud hacia su amigo.
─De nada, Shouta. Solo quiero ayudar ─respondió Mic, observando con atención.
Aizawa acercó el biberón a los labios de Meredith, quien dudó por un momento antes de tomarlo. Mientras comenzaba a beber, Aizawa acariciaba suavemente su cabello, murmurando palabras tranquilizadoras.
─Así está mejor, ¿verdad? ─dijo Aizawa con suavidad.─ Vamos, bebé, bebe despacio.
Mic se sentó cerca, observando la escena con una mezcla de preocupación y cariño. Sabía lo mucho que Aizawa estaba invirtiendo en el bienestar de Meredith y quería asegurarse de que ambos recibieran el apoyo que necesitaban.
─Sabes, Shouta, estás haciendo un gran trabajo con ella ─dijo Mic, rompiendo el silencio.─ Ella se siente segura contigo. Eso es lo más importante.
Aizawa asintió ligeramente, pero sus ojos permanecieron fijos en Meredith, que estaba empezando a relajarse mientras bebía.
─Gracias, Hizashi. Solo quiero que sepa que está a salvo. Después de todo lo que ha pasado... ─Aizawa dejó que su voz se apagara, las emociones claramente visibles en su rostro.
Meredith terminó de beber y dejó escapar un pequeño suspiro, acurrucándose más cerca de Aizawa. Sus párpados comenzaban a cerrarse lentamente, el biberón de leche haciendo su magia.
─Eso es, pequeña. Es hora de dormir ─susurró Aizawa, meciéndola suavemente.
Mic se levantó y se acercó, colocando una mano reconfortante en el hombro de Aizawa.