Capítulo 10

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Erick se encontraba en el Salón Real junto a su padre. Ambos con el rostro melancólico y un tanto demacrado por la reciente perdida.

—Erick, es bueno ver que has decidido salir a respirar un poco... el encierro entre esas cuatro paredes no te es sano. Yo también sufro mucho la perdida de mi adorado hijo, pero como rey, debo tolerar el dolor y seguir adelante por mi pueblo.— el rostro de Erick se encontraba cabizbajo, sus ojos se cristalizaron.

Un suspiro pesado fue emitido por el rey, tomando fuerzas y tal vez coraje para dar la noticia a su hijo sobre su compromiso con la princesa Marlin, hija del rey de Wolfven y futura heredera al trono.

—Como bien lo sabes, si el heredero al trono fallece...el sucesor será el siguiente en la línea.

El omega levantó el rostro de golpe, sus ojos se abrieron ante lo que su mente estaba descifrando... el dolor de la perdida de Dante lo había hecho ignorar toda la realidad que lo envolvería a partir de la muerte del heredero.

Si Dante ya no estaba... ¿Él sería quien herede el trono? ¿El rey de Volkov?...

¿Y sus planes sobre el futuro con Jokebed? ¿Cómo le dirá ahora a su padre que ella es su alfa? Debía hablar urgentemente con Jokebed, ella debía pedir su mano al Rey y hacer oficial lo más pronto posible su relación ante todos.

—Erick— el Rey llamó su atención de nuevo pronunciando su nombre —Es tu responsabilidad ahora tomar el trono. Tú serás el nuevo rey de Volkov, sé que como tu hermano sabrás valorar y hacer honor a esta gran responsabilidad y privilegio. Además, tengo que informarte que hemos acordado con el Rey de Wolfven la unión de nuestros reinos...Erick, el día de tu coronación te casarás con la alfa Marlin, la futura Reina de Wolfven.

¿Casarse? ¿Con una desconocida? ¿Con alguien que no amaba?

—¡¿QUÉ?!— el tono de voz del omega subió sin darse cuenta. —Padre, no puedo hacer eso, no quiero casarme con ella, no la conozco, no sé quién es y lo más importante, no la amo.

—¡Es lo que debes hacer Erick! ¡Es lo mejor para Volkov!— el tono de voz del alfa fue alto al principio, pero fue bajando hasta ser casi un susurro.

—Padre, no puedo...— Erick hipaba con grandes lágrimas bajando de sus ojos —Porque yo...

Las puertas del gran salón fueron abiertas y apareció ante ambos Jokebed, haciendo una reverencia de 60°.

—Majestad— volteó hacia el omega—Alteza...

La alfa observó los cristalinos ojos de Erick, su rostro ojeroso y cansado que para ella no dejaba de ser hermoso. Soltó un pesado suspiro antes de continuar con lo que debía anunciar.

—He hecho lo que me ha solicitado Majestad, el rey de Wolfven quedó encantado con la invitación, promete estar acá en un par de días.

—Estoy complacido con tu trabajo Jokebed, es de gran placer anunciarte que tu posición como futura consejera sigue en pie. Trabajarás al lado de mi futura nuera, velando por el bienestar de mi Reino; debes saber que por méritos de tu padre y el ingenio que has mostrado, pongo toda mi confianza en ti. Por favor, no me defraudes y tampoco defraudes a tu padre que está tan orgulloso de tus logros.

Un malestar se instaló en el pecho de la alfa.

—No lo haré Majestad, le serviré a este Reino tal como lo ha hecho mi padre.

Erick solo permanecía como expectante de toda la escena, ¡¿Qué demonios estaba pasando?!

Con una inclinación más, Jokebed se despidió del Rey y caminó hacia fuera del Salón, el Rey observó como la chica se iba y luego dirigió su vista hacia su hijo, quien permanecía con un rostro indescifrable a su parecer.

—Erick... —las palabras del Rey fueron interrumpidas por su hijo.

—Padre, debo retirarme... no me siento bien.— sin dejar espacio a negaciones caminó a paso rápido con el objetivo de alcanzar a la alfa que no hace mucho había salido del lugar.

—¡Jokebed!— la llamó en cuanto logró verla a unos metros de distancia, la alfa volteó hacia él y Erick caminó más cerca de ella. Necesitaba muchas explicaciones.

—¿Qué es lo que está pasando? Explícame por qué fuiste a Wolfven, por qué no me has visitado en tantos días y ¡¿Qué demonios es eso de que serás "la consejera de la futura nuera de mi padre"?!— dijo lo último haciendo el gesto de comillas con sus dedos.

—Alteza, por favor, cálmese... si gusta podemos hablar en la biblioteca.— con recelo, el omega siguió a Jokebed hacía la habitación mencionada, estaba muy molesto, a punto de explotar, necesitaba desenredar las mil preguntas que se habían formado en su cabeza y saber qué había ocurrido durante el tiempo que estuvo encerrado en su habitación.

De ninguna manera pensaba casarse con ninguna otra alfa que no sea la suya, pero la actitud de Jokebed estaba poniéndolo nervioso y eso no le gustaba en absoluto.

—Alteza...

—¡NO ME LLAMES ASÍ! Estamos solos, actúa con normalidad, por favor...— Erick rompió en llanto de nuevo —Alfa, abrázame, tengo miedo.

La vulnerabilidad que mostraba Erick hizo que la alfa no resistiera el seguir sin tocarlo y finalmente se acercó al chico envolviéndolo en sus brazos. El omega sollozaba con el rostro escondido en su cuello respirando el aroma a menta que lograba tranquilizarlo.

Unos momentos después, cuando Erick se había calmado, ella rompió el agradable silencio.

—Erick, tu padre me pidió ir a Wolfven para invitar al Rey y a la princesa a una visita... en la que pedirán tu mano.— el rostro del chico dejó el cómodo lugar donde se encontraba para mirar a los ojos de la alfa. —Como lo escuchaste, en unos días ellos se harán presentes y tú...

—¿Por qué hiciste eso?— el ceño de Erick se frunció ante las estúpidas acciones de su alfa. — Debiste decirle que vas a casarte conmigo y pedir mi mano. ¿Cómo puedes prestarte a tal tontería?

—¡No es una tontería, Erick! Es la realidad. Ya no eres solo el príncipe de Volkov, eres el futuro Rey de este lugar, y eres un omega, para que esta nación siga siendo próspera debes unirte en matrimonio con la Reina de alguna nación cercana, no con una simple hija del consejero como yo.

—¡¿Qué estás diciendo?!— el miedo era palpable en la voz del omega. Sus ojos estaban cansados de tanto llorar, sin embargo, seguían expulsando lágrimas con cada minuto que pasaba en ese fatídico día.

—Que debemos terminar con esta locura, Dante ya no está, tenemos que caer en la realidad, aunque sea dolorosa. Tú debes casarte y gobernar, yo debo servirle fielmente a la Corona y...

Un fuerte golpe en la mejilla de la alfa la hizo voltear su rostro del impacto.

—¿Cómo puedes estarme diciendo eso? ¿Acaso quieres verme casado con otra alfa? ¿Qué pasó con tus promesas de amor y con nuestros planes? ¿Acaso todo era mentira? ¿Realmente te enamoraste de mí o solo estabas pasando el rato?

—Erick, por favor, compréndeme, fue un sueño hermoso... pero esto no es correcto, ni tu padre ni el mío, ni el Reino estarán de acuerdo con una unión sin beneficios.

—¿Te has escuchado? Solo estás hablando de lo que quieren los demás, pero y lo que nosotros queremos ¿Qué?... ¿No piensas luchar por nuestro amor? Estoy seguro que si tú hablas con mi padre y le explicamos que...

—No Erick, no haré nada de eso.—habló la alfa con voz áspera— Si las cosas no salen bien mi familia será la más afectada, mi padre perderá todo lo que ha logrado en su vida entera y lo que menos quiero es defraudarlo.

El corazón de Erick dolía demasiado, su lobo aullaba sintiendo el rechazo, era malditamente doloroso.

—¡ERES UNA ESTÚPIDA ALFA COBARDE!— sin más y con el corazón destrozado Erick salió de la biblioteca dejando a la alfa con el mismo sentimiento de dolor.

Jokebed le dio toda la razón, realmente lo era, era cobarde. No tenía el valor para luchar por su omega, ni tampoco para hacer lo que ella quería por una vez en su vida. Como siempre, había decidido obedecer a su padre y seguir al pie de la letra el camino que él había planeado para ella. 

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