El estado de Erick había mejorado, las náuseas eran menos constantes y se estaba alimentando mejor. Los mareos y el cansancio continuaban manteniéndolo en reposo, por lo que casi no salía de su habitación.
Tenía tantas cosas en las que pensar; su embarazo, su compromiso próximo a romperse, la ira de su padre a la que deberá enfrentarse cuando sepa de su estado. Tendría que hacerse responsable por todo y no estaba dispuesto a llevarse entre sus problemas a Marlin, ella no lo merecía.
Estaba seguro de que se le exigiría el nombre de la madre de su hijo, de ninguna manera pensaba decirlo...ese cachorro era suyo, solamente suyo.
La puerta de su habitación generó un pequeño sonido al abrirse, sacando al omega de sus pensamientos y haciéndole voltear para ver a la persona que entraba.
Jamás esperó que fuera ella, la observó caminando dentro de la habitación más cerca de él. Sentía como si hubiesen pasado años sin verla, de inmediato se fijó en los ojos de la alfa, estaban llorosos e hinchados. Eso no le quitaba en absoluto que fuese hermosa a su parecer.
—¡Jokebed! —pronunció con voz débil.
—Precioso, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —preguntó de manera dulce mientras se arrodillaba a un lado de la cama.
La alfa movió su mano con la intención de tomar la de Erick, sin embargo, el omega la esquivó alejándose de su tacto.
—¿Qué haces aquí? —el tono de su voz fue como un puñal en el corazón de Jokebed.
Ella esperaba el rechazo, se lo merecía, pero eso no quitaba que doliera.
—Supe que no te habías estado sintiendo bien, por lo que quise venir a verte. —Erick soltó una pequeña sonrisa fingida.
—¡¿Por qué haces esto?! ¡¿Te resulta divertido?! —exclamó con resentimiento.
Jokebed intentó de nuevo tomar la mano de Erick, pero fue rechazada por segunda vez. El omega se apresuró a levantarse de la cama mientras empujaba a la alfa lejos de él, su cercanía lo estaba asfixiando.
—Erick...
—¿Qué es lo que quieres? Estoy perfectamente bien, puedes retirarte, la consejera de mi futura esposa no tiene nada que hacer en la habitación del príncipe heredero.
Un nudo se formó en la garganta de la alfa, escuchar de vuelta las palabras que una vez ella recalcó fue como recibir un balde de agua fría en un día de invierno.
—Perdóname... —su garganta estaba cerrada por el amargo sabor del rechazo, había tanto que explicar, tanto por lo que disculparse; pero no sabía cómo empezar, no conocía las palabras correctas para demostrar lo arrepentida que estaba de haber abandonado a su omega. —Sé que fui la peor alfa, que ahora me odias por lo que hice, pero por favor... perdóname... Erick, a pesar de todo yo no he dejado de amarte ni un solo día.
Las lágrimas comenzaron a bajar por las mejillas del omega, el dolor que las palabras escuchadas le provocaron no hicieron más que aumentar su ira en contra de la alfa.
—¿Tienes idea de lo que hubiese dado por escucharte decir eso en todas las veces que te busqué? Yo estaba dispuesto a todo por ti, porque creía que me amabas como yo lo hacía, pero me dejaste muy en claro que lo único que buscabas era divertirte, cuando te aburriste de mí me botaste como un trapo sucio ¡Y YO COMO TODO UN ESTÚPIDO SEGUÍ BUSCÁNDOTE! Incluso... Y..Yo —la vergüenza le impidió terminar su frase, decirle que se entregó a ella por primera vez le resultaba deshonroso después de todos los rechazos vividos.
—Nunca fuiste un pasatiempo— dijo desde la distancia en la que se encontraba, bajo la mirada fría del omega. —No fue falta de amor la causa por la que me distancié, tuve miedo por... mi padre, tenía miedo de defraudarlo a él y al Rey.
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Futuro Rey
Short StoryErick es un omega de 18 años, segundo en la línea como heredero al trono. Jokebed, una alfa, hija del más leal consejero del rey. Entre ambos nace un amor que se verá interrumpido por las obligaciones de la corona que recaen sobre Erick al volvers...