17. Una victoria con sabor agridulce

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2018

—De acuerdo al conteo rápido de votos, la próxima gobernadora de la ciudad de México será Claudia Sheinbaum, quien fue gobernadora de la delegación de Tlalpan —Explico el presentador de Televisa. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda y di un brinco en el sillón, sonriendo mientras abrazaba a Xochitl.

—¡FELICIDADES CLAU! —Exclamó Xóchitl, mientras me daba besos en las mejillas. Sus ojos brillaban de emoción y me lagrimearon los ojos de felicidad. Nos quedamos abrazadas por un momento, mientras mirábamos la televisión.

Mi celular empezó a vibrar, por las felicitaciones de mis compañeros de trabajo, mi hija y amigos. Pero no conteste, porque solo quería celebrar ese momento al lado de Xochitl.

Habían pasado unos meses y la relación entre nosotras iba muy bien, incluso podría decir que era emocionante tener una relación privada. Ni siquiera mi hija lo sabía.

Xochitl había ganado las elecciones de la alcaldía Miguel Hidalgo y aunque había rechazado unirse a mi partido, me sentía feliz por ella. Todo estaba saliendo bien.

Aún estaba sorprendida por la noticia de que había ganado la gobernatura de la ciudad de México, pues siendo sincera, jamás creí que llegaría tan lejos en la política y más en un país machista como lo era México. El futuro que se acercaba se veía brillante.

—Muchas gracias preciosa, sin ti no lo habría logrado —Pronuncie, mientras le depositaba un cariñoso beso en su mejilla derecha.

—Tú eres increíble, Clau. Lo mereces más que nadie —dijo, mirándome con una mezcla de orgullo y amor. Tomé mi celular y revise las notificaciones, viendo que tenía una llamada de Andres Manuel López Obrador. Aunque no quería separarme de Xochitl, me levanté para regresarle la llamada, porque finalmente, era el presidente de México.

Me coloque mis pantuflas y salí al jardín para llamarle. Tardo unos segundos en responder.

—¡FELICIDADES SHEINBAUM! —Exclamo AMLO, de una manera tan ruidosa que tuve que alejar la bocina de mi oído. Andrés Manuel creía que Xochilt y yo seguíamos siendo conocidas del trabajo, así que a veces me preocupaba que me mencionara el tema, porque no sabía si podría disimular.

—Gracias, no habría podido lograrlo sin todos sus consejos —Agradeci, mientras me recargaba en el árbol donde nos habíamos besado por primera vez Xochitl y yo.

—Se que podrás con esto Claudia. Te manda saludos Ebrard —Dijo, para después colgar. Fruncí el ceño y no pude evitar poner los ojos en blanco, pues la relación entre Marcelo Ebrard y yo se había vuelto tensa debido a que él había comenzado a verme como su competencia, aunque no había manera.

Bostece y regrese a la sala, dónde Xochitl estaba leyendo un libro. La televisión aún estaba encendida y mostraba clips de las obras que había realizado en Tlalpan.

—Preciosa, ya me iré a acostar porque mañana tengo la conferencia de prensa temprano. ¿Vienes?

Xochitl asintio.
—Te alcanzó en un ratito. Descansa, Clau.

Sonreí y subí a dormir, pensando en que la vida me estaba sonriendo.

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—Claudia... Seguramente te van a preguntar sobre tu religión en esta conferencia. ¿Ya sabes que responder? —Pregunto Jared, mi maquillista.

—Si, no te preocupes por eso.

Jared me coloco rubor en las mejillas. Todo mi equipo estaba corriendo, tratando de tener todo listo para las preguntas. Me empezaba a sentir un poco nerviosa, pues era la primera vez que me presentaba frente a tanta gente.

Lamentablemente, Xochitl no podía ir a apoyarme.

—Lista, alcaldesa —Dijo el muchacho, mientras admiraba su trabajo por el espejo. Me levanté de la silla y seguí a los guardaespaldas que me indicaron a dónde tenía que ir para dar la conferencia.

Tome asiento en la mesa y trate de dar mi sonrisa más sincera, aunque por dentro me sentía un poco preocupada.

Las preguntas no se hicieron esperar y logré responder correctamente la mayoría, hasta que por fin, una periodista preguntó mi religión y por instinto, respondí que era atea.

Por supuesto, mi respuesta no tenía nada de malo, pero siendo de un país totalmente católico, decir que no creía en nada era un error grave. Al darme cuenta de eso, me imaginé a mi equipo de marketing negando con la cabeza y colapsando.

Por suerte, la siguiente pregunta no tenía que ver con eso. El muchacho, que tendría alrededor de unos 27 años, pregunto por mi relación con Xochitl Gálvez.

Sentí que me congelé y desee que Jared me hubiera colocado demasiado rubor, porque seguramente estaba pálida como un muerto. Abrí la boca para responder, pero Ebrard, que estaba sentado al lado mío, contestó:

—Es una colega de Claudia y han trabajado juntas por la cercanía de las alcaldías que gobernaron. ¿Alguna pregunta relacionada con las propuestas de Sheinbaum?

Ebrard me miró de reojo, mientras yo solo apreté los puños por debajo de la mesa, maldiciendo que el canciller me hubiera salvado el pellejo.

Las demás preguntas fueron dirigidas a mi gabinete, así que tuve tiempo para pensar y me dí cuenta de que iba a tener menos privacidad, que seguramente tendría que llevar seguridad privada conmigo y eso me entristeció... Porque, ¿cómo podría continuar mi relación secreta con Xochitl con todo eso?

7-7

Gracias queridxs lectorxs x seguir al pie del cañon con esta historia jajajaja. Se que tardo en actualizar pero no sé preocupen, no abandonaré la historia jiji, siempre termino todas las mmdas que escribo 🙈 gracias por su apoyo ❤️😭

Tras la cuarta transformación (clauchitl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora