4. Mamá, ¿tu amiga es gay?

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Odiaba manejar por la ciudad de México, pero justo el día que estaba programado el vuelo de Mariana, a mi esposo lo convocaron para una reunión urgente del congreso. Así que tuve que manejar yo al aeropuerto.

Mariana hablaba más de lo normal, me imaginaba que era por la emoción que le causaba regresar al extranjero. Sentía que se me hacía un nudo en el pecho el pensar en que me quedaría otra vez sin mi niña, pero no tenía el corazón como para detenerla en sus metas, aún a costa de mis sentimientos.

Estábamos en medio del trafico cuando Mariana, de la nada, me hizo una pregunta extraña.

—Ma, ¿tu apoyas a los gays?

Confundida, la mire por el espejo retrovisor, imaginándome que tal vez en ese momento Mariana me diria que era lesbiana o algo así (aunque me hubiera resultado difícil procesar esa información, pues le habia conocido por lo menos 3 novios).  Sus ojos castaños denotaban picardía.

—Si, supongo, mientras no se metan con la gente normal —Respondi, mientras apretaba el volante con ambas manos. Mariana se quedó unos segundos en silencio, pero después me volteo a ver, con una expresión divertida en el rostro.

—Es que... Siento que tu amiga, la de las gelatinas, es gay.

Fruncí el ceño, mientras intentaba procesar la información que había compartido mi hija conmigo.

—Mari, para empezar, se les dice lesbianas. Y no creo que a Xochitl le gusten las mujeres, tiene dos hijos... —Respondi, con una sonrisa burlona en la cara—. Su hija tiene tu edad, tal vez te llevarías bien con ella.

—Ni hablar, Xochitl es muy amable y todo eso, pero no sé si soportaria tanto amor y dulzura de una amiga —Renego Mariana, mientras se miraba en el espejo retrovisor. Era guapa, aunque no se arreglará demasiado—. Pero no sé, creo que es lesbiana, ma.

—Es del PAN

Mariana soltó una carcajada.

—Como si un partido definiera eso. No sé, solo te digo la impresión que me dió.

Nos quedamos en silencio, esperando a que avanzaramos en el tráfico.

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El lunes asisti a las oficinas de gobierno de la ciudad de México. No esperaba ver a Xochitl ahí, debido a que era una reunión de los miembros del PRD, pero ahí estaba.

Logré verla a lo lejos hablando con otros políticos y me quedé ahí, a la distancia, recordando las palabras de mi hija. ¿Tendría razón?, ¿Por cuanto tiempo puedes ocultar ese tipo de cosas?

A todos les regalaba una sonrisa sincera y les ponía una mano en el hombro, como tratando de arreglar todos sus problemas. Se movía entre la gente como si fuera la brisa, con gracia y elegancia. Sus movimientos eran tan naturales que parecían formar parte de una obra de teatro.

¿Qué era lo que había visto mi hija que no veía yo?

De repente, su mirada se cruzó con la mía. Me quedé paralizada y me sentí descubierta, expuesta ante ella. Sentí como mi estómago daba vueltas y le regale una sonrisa nerviosa.

Xochilt levantó su mano y me regaló una sonrisa mientras sus labios formaban mi nombre. Camino hacia mi con calma y ante cada paso, me sentía más ansiosa.

—Clau, ¿cómo estás? —Saludo Xochitl. El brillo de sus ojos me hizo sentir débil ante ella.

—Bien amiga, ¿y tú?

—Ya ves, aquí trabajando —Bromeo mientras me guiñaba el ojo. Rei mientras negaba con la cabeza, intentando no pensar más en las palabras de Mariana.

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Gracias por sus estrellitas y sus bonitos comentarios, lo aprecio muchísimo :) <3

Tras la cuarta transformación (clauchitl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora