DANA
No sé qué esperaba sentir, pero desde luego no es la intensa oleada de placer que me atraviesa. El dolor es ínfimo, apenas una punzada que se desvanece demasiado rápido. Las grandes manos de Johnny me anclan contra la pared de roca de la terma y el agua se mantiene en calma a nuestro alrededor. Sin embargo, en mi interior... estoy hirviendo. Su mordisco despierta en mí algo que no pensé que volvería a experimentar nunca después del accidente.
— Si hubiese sabido que morderte era lo único que hacía falta para que te derritieras en mis manos, lo habría hecho mucho antes — murmura Johnny aun contra mi cuello. Después, sus dientes son sustituidos por sus lengua y lame la zona de la marca. Un gemido similar a un suspiro se me escapa y el pecho de Johnny vibra con el gruñido que asciende por su garganta — . ¿Debería morderte en otros sitios?
Su pregunta me hace abrir los ojos, que mantenía fuertemente cerrados, y me topo con su mirada de nuevo oscura y de pupilas dilatadas. Su propuesta debería escandalizarme, pero en su lugar me encuentro a mi misma preguntando:
— ¿Cómo cuáles?
Johnny me regala una media sonrisa arrebatadora y no se molesta en responder a mi pregunta, simplemente me lo muestra. Su cabeza desciende y demasiado tarde me doy cuenta de a dónde se dirige. Solo cuando su boca se detiene justo encima de uno de mis duros pezones lanzo una exclamación ahogada.
— ¡Johnny! — intento darle un manotazo en el hombro.
No sé muy bien por qué. No es que quiera hacerle daño o realmente apartarlo. Creo que es por la vergüenza; por la profunda intimidad de tal acto.
Johnny atrapa mi mano y ríe. Mi inesperada reacción claramente le divierte. A mí, más bien, me hace sentir mortificada. Mis pechos sobresalen en la superficie del agua y la tela blanca y mojada apenas suponen una barrera, así que cuando Johnny mordisquea la dura protuberancia lo siento por completo. El mordisco es suave, mucho más que el que he recibido en el cuello. Cuidadoso, incluso.
<<Claro, es una zona muy sensible>>.
Jadeo.
— Aquí no dejaré marca. Lo prometo — murmura él y después sus labios envuelven mi pezón y succiona.
Mi cabeza cae hacia atrás. Abrumada por las sensaciones.
He tenido sexo antes. No soy ninguna virgen inexperta, pero con Johnny todo es más intenso, más excitante. Tal vez tenga algo que ver con mi clara obsesión por él; con el estúpido enamoramiento al que he estado tratando de resistirme con todas mis fuerzas, pero en el que no he podido evitar caer de lleno.
Cuando Johnny levanta la cabeza soy pura gelatina y no me molesto en esconderlo. Johnny ríe de nuevo.
— ¿Alguna otra zona que quieres que mordisquee? — bromea.
— Sí — murmuro aun con la mente obnubilada —. Justo aquí.
Johnny observa mi dedo índice que apunta directamente a mis labios.
— Será un placer — responde justo antes de lanzarse a devorar mi boca.
El beso es intenso. Nada de un simple toque de labios. No. En cuanto nuestras bocas entran en contacto me abro para él y su lengua se cuela en mi interior con avidez. Su cuerpo desnudo se presiona contra mí y rodeo su cuello con mis brazos para poder corresponder a su beso apasionado. Mis dedos se cuelan entre los mechones de su cabello y, cielos, es tan suave. Casi parece irreal.
Sus manos están ahora en mi caderas, pero en ningún momento bajan más allá. A pesar de la pasión que obnubila nuestro juicio, es consciente, al igual que yo, de que si continúa bajando no sentiré sus caricias. Así que se centra en mis pechos, que no tenía ni idea de que podían llegar a ser un punto tan erógeno. Sus dedos parecen expertos en hacerme gimotear.

ESTÁS LEYENDO
Secretos oscuros © #6
FantasyTodos tenemos secretos, pero quizás el más oscuro y peligroso sea el de Johnny, quien lleva toda la vida fingiendo ser alguien que no es. Mintiendo a sus seres queridos. Pretendiendo ser un simple lobo. Pero ¿qué pasará cuando su secreto quede al de...