Al día siguiente volvían a tener entreno, iban a tener dos semanas duras ya que el primer partido estaba a la vuelta de la esquina.
Fermín y Ferran fueron los primeros en llegar para poder hablar con unos cuantos compañeros. Después de unos largos minutos finalmente aparecieron todos los del equipo, se pusieron su equipaje de entreno y salieron a la cancha. El Míster mandó a hacer un poco de cardio, y cuando ya fue momento de ponerse en pareja alguien interrumpió.
-¿Y sí cambiamos de parejas? -Preguntó Alejandro Balde.
Todos asintieron y posteriormente empezaron a ponerse con otras personas, obviamente Ferran y Fermín se pusieron juntos dejando a Gavi y Pedri solos. Fermín sonrió con orgullo al ver que la pareja de jóvenes se ponía junta, estaba claro que el plan del Tiburón no era del todo malo.
Gavi no muy convencido empezó a darle pases a su compañero. No podía dejar que esto le afectara y menos sabiendo que en dos semanas tenía un partido. Pedri por otro lado, estaba algo feliz de poder compartir aunque sea un rato con el que fue su mejor amigo y novio, podía notar como a pesar de todo seguían teniendo esa conexión especial, como cada pase lo mandaban perfectamente a los pies del otro. No solo Pedro lo notaba, los demás compañeros, incluido las personas del staff que estaban regadas por el campo, también lo hacían.
Una vez el entreno dió por finalizado todos se estaban llendo hacia los vestuarios, pero el entrenador llamó a Pablo y Pedro para que se encargarán de recoger los materiales y llevarlos al cuartito. Ellos no rechistaron, al menos no delante del Míster.
-Solo quiero darme una ducha e irme a dormir. -Se quejó Pablo por lo bajo.
El canario no perdió esa oportunidad de poder entablar alguna conversación con él sevillano.
-Oye, has mejorado mucho en los pases.
-Gracias, supongo. -Dijo Gavi sin levantar la vista de los conos que estaba recogiendo.
-Si seguimos así, estoy muy seguro que en el partido triunfaremos.
-Eso seguro.
Por primera vez después de mucho pudieron conversar sin necesidad de discutir ni dirigirse simples monosílabos. Se sentían cómodos hablando mientras se dirigían al cuartito de materiales, ambos volvían a sentir que eran los amigos de antes. Ya dentro del cuartito Gavi intentó subir una caja a la parte superior de la repisa.
-Espera que te ayudo.
Cuando se posicionó detrás de él para ayudarlo a subir la caja, el portazo que dió la puerta hizo que ambos dieran un pequeño brinco. Terminaron de colocar la caja y al salir la puerta no abría.
-Pablo... Esto no abre. -Dijo en un susurro reflejando miedo en sus ojos.
Unas risas se escucharon fuera del cuartito.
-¿Hay alguien ahí? Por favor ayúdenos. -Dijo Pablo dando golpes en la puerta.
-Déjalos, ya saben que estamos aquí, abrirán cuando les salga del nabo. -Dijo Pedri haciéndose una idea de quienes podían haber sido los listillos que los encerró.
Ambos se sentaron en el piso y miraron a la puerta esperando que el tiempo pasara rápido para poder salir. Estaban sumidos en un silencio que no parecía incómodo para ninguno de los dos.
-¿Por qué me mandaste aquellas dos canciones? -Preguntó Pablo rompiendo el silencio.
-Es lo que sentía en esos momentos.
-¿Puedes parar? No quiero vernos arrepentidos más adelante.
-No voy a parar, quiero que seas consiente de lo que siento todavía por tí. Ya sé que no me ves ni siquiera como un amig...
-Pedri. -Interrumpió en un leve susurro. -Empecemos por ser amigos, aquellos amigos inseparables. Quizás me esté quemando solo, pero como te dije en aquel mirador, lo menos que quiero perder es a mi Pepi, así solo me tenga que conformar con tenerte como un simple amigo.
Ambos tenían los ojos llorosos por revivir aquel momento en el mirador, y sin decir nada más se fundieron en un abrazo que ambos sabían que necesitaban más que nada.
La puerta fue abierta de golpe dejando ver dos figuras paradas enfrente de ellos, pero que no duraron mucho ya que entre risas se echaron a correr.
-A estos yo los mato. -Dijo Gavi levantándose del suelo.
-Oye... Entonces... ¿amigos? -Preguntó Pedri estirando la mano.
-Amigos. -Respondió Pablo estrechándosela.
-Aunque me gustaría aclarar que no voy a dejar de mandarte canciones, con ellas te voy a volver a conquistar.
-¡Pedro González!
Ahora era turno de correr de Pedri. Gavi no podía negar que esas últimas palabras del canario le hicieron sonreír como idiota.
💙❤️