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Al la mañana siguiente Pablo fue el primero en despertarse. Se sintió lleno al ver cómo los brazos de su, ahora, novio lo rodeaban.

Gavi empezó a dejar pequeños besos en el rostro de Pedri, este último poco a poco fue despertándose. El menor seguía repartiendo sus pequeños besos, mientras que el mayor metió sus manos por debajo de la camisa del contrario para poder acariciar la suave piel de su cintura.

-Buenos días Pepi.

-Buenos días mi amor. -Pablo no iba a admitir en alto lo mucho que le gustaba la voz ronca de Pedri por la mañana.

-Tenemos que bajar a desayunar. -Dijo Gavi trazando una línea imaginaria por la mandíbula del canario.

-¿Y si nos lo saltamos y nos quedamos aquí acurrucados?

-Pedro, venga levantate y date una ducha.

-Al menos dúchate conmigo.

-Te conozco y sé que no solo nos vamos a duchar, además vamos tarde apúrate. -Fue terminar de hablar y que tres golpes se oyeran en la puerta.

Pablo fue a mirar quién es mientras que Pedri cogía sus cosas y entraba al baño.

-¡Parejita! -Gritó la persona que Pablo menos quería ver.

~Pedri~

Entré en la ducha y mientras el agua caía oía una voz, pensé que se trataría de Ferran o Fermín, pero no era la voz irritable de ellos.

Me duché lo más rápido que pude para salir y comprobar de quién se trataba.

-Ansu, tío ¿Qué haces aquí? -Pregunté arqueando una ceja.

-Desde que los vi anoche tan juntitos quería saber cuál es vuestra relación. Pero Gavira no me dice nada, parece que anoche lo dejaste mudo. -Contestó acariciando el brazo de Pablo, el cuál rápidamente se levantó y agarrando sus cosas entró al baño.

-Tío, ya fue suficiente una vez. Busca a alguien que te dé ayuda y te quite esa obsesión por él, si sigues así está vez sí voy a tomar medidas. -Dije tratando de mantener la calma.

-Tú te llevaste lo que una vez fue mío, y no te lo voy a perdonar en la vida.

-Yo no me llevé nada, el me escogió porque quizás yo si fui de frente y le dije lo que sentía. Ahora hazme el favor y lárgate. -Dije serio mientras me dirigía a la puerta y abría.

-¿Sabes que esto no va a quedar así, verdad? -Dijo saliendo de la habitación.

-¡El blanco se te vería de lujo, puto psicópata! -Grité cerrando la puerta.

Cuando me volví a girar vi a Pablo detrás de mí, ya vestido con su pelo revuelto. Me acerqué y con mis dedos traté de peinarlo un poco.

-¿De qué hablaron?

-De nada con importancia, tú solo prométeme que cualquier cosa, por muy pequeña que sea, me la contarás.

-Lo haré. -Respondió dándome un pequeño beso.

Al separarnos cogimos nuestras cosas y bajamos a desayunar, para posteriormente empezar el entrenamiento.

💙❤️

En Cada Canción ~GadriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora