Un Unico Deseo

Mi única verdad.

                       (𝟚 𝕤𝕖𝕞𝕒𝕟𝕒𝕤)

Estuvo oculto tras de un muro, reuniendo valentía para tocar la puerta, lastimosamente se le habían adelantado a tocar la puerta, sus latidos se aceleraron pero mejor no se buscó algún problema, decidio mejor alejarse.

—𝘈𝗁𝗁 𝗆𝖺𝗅𝖽𝗂𝗍𝖺 𝗌𝖾𝖺—Recalcó y mejor se dio la vuelta para irse.

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—¡Ya voy! —Tecchou le había avisado a Dazai acerca de una visita que lo estaba esperando al salir del trabajo. Al final de su horario laboral salió del lugar, tenía el anhelo de que fuera sigma el que había ido por el...Se quedó helado al ver de quien se trataba y más cuando la otra persona se reía de su reacción.

—𝘔𝘮𝘮𝘮𝘮, ¿𝘲𝘶𝘦? ¿𝘛𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘰́ 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘯𝘨𝘶𝘢 𝘦𝘭 𝘨𝘢𝘵𝘰? 𝘗𝘰𝘳 𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘢𝘴𝘪́ 𝘳𝘦𝘤𝘪𝘣𝘦𝘴 𝘢 𝘵𝘶𝘴 𝘷𝘪𝘴𝘪𝘵𝘢𝘴 𝘯𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘤𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢—

Respiro profundamente para no mostrarse débil ante el y mucho menos asustado.

—Tanto tiempo y veo que no eres nada tonto todavía....—Trato de regular su respiración.

—𝘔𝘮𝘮 𝘴𝘪 𝘵𝘶 𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘤𝘦𝘴 𝘺𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘧𝘶𝘪 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶́𝘯 𝘵𝘰𝘯𝘵𝘰, 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘯𝘢𝘴 𝘰𝘤𝘢𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘴𝘪 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘯 𝘰𝘵𝘳𝘢𝘴—El castaño lo interrumpió.

—No te hagas, ¿que quieres y como es que estas libre?—

—¡𝘢𝘩! 𝘕𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘵𝘦𝘮𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘪𝘦𝘯𝘴𝘰 𝘥𝘪𝘴𝘤𝘶𝘵𝘪𝘳 𝘢𝘲𝘶𝘪́ 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘦 𝘺 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘤𝘢𝘴𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘶... 𝘔𝘮𝘮 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘰 𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘯̃𝘦𝘳𝘰 𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘦𝘭 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢—

Dazai solo pudo reír ante esto.

—¿y según tu en donde es un lugar apropiado?—

Chuuya sonrió y le señalo su camioneta.

—𝘛𝘦 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘰—Subió en ella.

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No tuvo otra opción que subir, para esto Chuuya se aseguró de poner todos los seguros para hablar tranquilamente. Antes de que pudiera hablar Dazai lo interrumpio.

—Ni se te ocurra, ya se que dirás, y primero me diste la palabra a mi—No lo quería demostrar pero en el Fondo estaba temblando. Chuuya entre cerro los ojos y dio un suspiro resignado.

—𝘔𝘮 𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘤𝘩𝘰—Se recargo en el asiento y se cruzó de brazos.

—Ahora mismo me dices como es que ya estas fuera de tu celda...—

Chuuya dio una risa con esas palabras y  se giro a verlo.

—No encuentro el chiste como para que te rías de lo que dije...

—¿𝘗𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘢𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳𝘭𝘰, 𝘵𝘦 𝘢𝘭𝘦𝘨𝘳𝘢 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰?—

—El que esta haciendo las preguntas aquí soy yo—Habló con un tono de voz más elevado.

—𝘈𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘳𝘢́𝘤𝘵𝘦𝘳, 𝘯𝘰 𝘵𝘦 𝘤𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘦𝘳𝘮𝘦 𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘷𝘢𝘥𝘪𝘳𝘮𝘦 𝘰 𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘪 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘢 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘦 𝘺 𝘯𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳, ¿𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘢𝘯 𝘯𝘦𝘳𝘷𝘪𝘰𝘴𝘰—Acercó su mirada a la de el.