Capitulo 7. Baile del aniversario de Alasdain.

80 7 35
                                    


Argentis se encontraba delante del árbol que había frente a la casa de Beril.

Llevaba un vestido blanco con encajes e incrustaciones de plata. Era de corte sencillo, dejando al descubierto en parte su espalda inmaculada. Los zapatos de tacón la hacían parecer casi igual de alta que él.

El vestido la hacía brillar con luz propia bajo los destellos de la cúpula de Alasdain.


En el recibidor del salón, el Namak vestido con un elegante traje reluciente daba la bienvenida a los que iban llegando al evento.

Beril lo saludó silenciosamente con una inclinación de cabeza y dejó que Argentis lo guiara entre la gente.
El salón se encontraba en el lateral de la casa donde residía el Namak. Estaba lleno de plantas y flores que trepaban por las paredes y estantes, colgaban incluso del techo, ofreciendo aromas increíbles al pasar. Todo estaba lleno de vivos colores gracias a las flores recién colocadas.

Beril tuvo la impresión de estar en un lugar mágico.

No podía dejar de observarlo todo. Las mesas estaban dispuestas con innumerables bandejas repletas de pequeños bocaditos de colores y sabores extravagantes.

- Las bebidas son a base de fruta y licor, ten cuidado con ellas - dijo Argentis riendo entre dientes. - Más de uno sale siempre tambaleándose.

Beril rio. En ese momento encontraron a lo lejos a Quarzo y a Opal que hablaban con un grupo de gente que él conocía de vista por la noche en el círculo.

Cuando se acercaron lo presentaron.

- Él es Galium, - dijo Argentis señalando a uno de ellos mientras se acercaban. - y ella se llama Sélica. – una joven delgada y muy alta, con el cabello casi blanco que le descendía ordenadamente a lo largo de su figura. Lo miraba con unos profundos ojos negros llenos de curiosidad. – Estuvimos en su grupo en la primera misión, son del tercer nivel.

Los saludó con una sonrisa y una leve inclinación de la cabeza.

Llegó otro hombre también joven que saludó a Galium y a Sélica.

Saludó a Beril y después fijó su mirada en Argentis.

- Espero que bailarás conmigo esta noche. – la dijo más afirmando que preguntando.

- Beril, este es Ax...es... un amigo de mi hermana...

- Y también un fiel admirador tuyo. – dijo sin dejar de mirarla.

- Si, claro... – dijo Argentis con sonrisa nerviosa.

- No tenía idea de que se bailara en esta fiesta – dijo Beril cambiando de tema.

- No te preocupes, no es necesario bailar. Yo lo odio. – respondió alguien detrás de Beril.

Aramen apareció entre la gente sin previo aviso. A Beril le sorprendió lo cambiado que estaba sin la media barba habitual y vestido elegantemente. Aramen no era amigo de formalidades.
Olivin apareció poco después.

- Beril, ¿me acompañarías a por algo de beber? Tengo una sed horrible... – dijo cogiéndolo del brazo sin dejarle alternativa.

Argentis la miró algo molesta, pero no se atrevió a decir nada.

Cuando se acercaron a la mesa donde estaban las bebidas Beril sirvió dos copas y pasó una a Olivin.

- Odio las multitudes. – dijo ella exasperada.

- Ya somos dos.

Observaron cómo los salones se llenaban de gente joven y no tan joven, todos vestidos con elegantes vestidos y trajes.

Descubriendo AlasdainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora